El ex cardenal Theodore McCarrick no es competente para ser juzgado por cargos criminales de abuso sexual en Massachusetts, dictaminó este 30 de agosto un juez de distrito estatal en un tribunal penal.
La desestimación de los cargos se produce después de los exámenes de salud mental realizados a McCarrick —por separado— por parte de profesionales médicos contratados tanto por el excardenal como por los equipos legales del estado. Ambas evaluaciones coincidieron en su incompetencia.
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McCarrick, de 93 años, fue acusado en un tribunal estatal de tres cargos de agresión indecente y agresión a una persona mayor de 14 años, en relación con las acusaciones de abuso sexual contra un adolescente en la década de 1970 que habrían ocurrido en Wellesley, Massachusetts.
Ese adolescente fue identificado en febrero por NorthJersey.com como James Grein, un exresidente de Nueva Jersey que ahora tiene 64 años.
Los cargos en Dedham fueron los primeros cargos penales que McCarrick enfrentó luego de varias acusaciones de abuso sexual contra menores y seminaristas, lo que llevaron a su expulsión del estado clerical en 2019.
Sin embargo, los cargos penales por agresión sexual presentados en abril en Wisconsin contra el expurpurado siguen pendientes, al igual que varias demandas civiles.
En una declaración presentada ante el tribunal con fecha del 30 de agosto, Grein acusó al equipo legal de McCarrick de “entrenar” al expurpurado para las entrevistas psiquiátricas.
“Sus abogados defensores parecen haberse quedado sin aplazamientos para retrasar aún más el proceso, por lo que pasaron a las cuestiones de competencia”, afirmó.
“Sólo ellos y el señor McCarrick conocen el alcance del entrenamiento para prepararlo para sus dos entrevistas. Si McCarrick es declarado incompetente, habrán ganado y la justicia habrá perdido”, escribió.
Grein también señaló que el sobreseimiento del caso y la posterior libertad de McCarrick podrían resultar en “represalias por parte de sus seguidores”.
Afirmó que cuando hizo públicas las acusaciones contra el excardenal en 2018, “McCarrick envió seguidores a mi casa para recordarme que él es el ‘hombre más poderoso de Estados Unidos, si no del mundo'”.
Las acusaciones de Grein en 2018 quedaron registradas en una entrevista con el New York Times, que lo citó únicamente por su nombre. En sus declaraciones, afirmó que McCarrick había abusado sexualmente varias de él desde que tenía 11 años.
“La primera vez que me dijo esto fue en 2012 en el funeral de mi madre”, relató Grein en su declaración judicial del 30 de agosto. “Sus ojos y su voz siniestros me advirtieron de represalias si lo hacía público”.
Refiriéndose a un examen neurológico de McCarrick realizado por el psiquiatra David Schretlen, quien fue contratado por la defensa, Grein expresó: “Me cuesta conciliar el concepto de que alguien que es inteligente y elocuente tampoco es competente para ser juzgado y responder por sus acciones. "
Grein relató que McCarrick era parte de su familia inmediata “desde 1945”, por lo que pudo presenciar el ascenso del expurpurado “a la cima de la Iglesia”.
“Era carismático, inteligente e ingenioso. Su mente podía trabajar rápido y podía controlar a su audiencia con bastante rapidez. Fue brillante y creo que todavía lo es”, señaló.
“Estos procedimientos debían haber proporcionado un nivel modesto de compensación”, dijo.
Grein afirmó que presentó cargos “con la esperanza de encontrar justicia en este tribunal”; sin embargo, “McCarrick camina como un hombre libre y yo me quedo sin nada. Nada excepto el temor continuo a las represalias que amenazaron dos veces”.
“Rezo mucho”
Cuando Schretlen examinó a McCarrick el 5 de diciembre de 2022, el informe médico concluyó que el excardenal tenía un “trastorno cognitivo grave” y una “discapacidad funcional cotidiana” que se clasifica como demencia y probablemente se deba a la enfermedad de Alzeimer.
En junio, la psicóloga Kerry Nelligan examinó a McCarrick en su residencia en Missouri, el Vianney Renewal Center, en nombre del estado, lo que figuraba en documentos judiciales. Descubrió que McCarrick “sufre un proceso orgánico de deterioro cognitivo” que no mejorará.
En el informe se incluyen conversaciones entre McCarrick y Nelligan, con grabaciones de las respuestas del expurpurado contradictorias y a menudo olvidadizas.
Cuando se le preguntó sobre la última vez que celebró Misa, respondió: “Cuando te jubilas, no te retiras de la Misa. Ofrezco Misa todos los días”.
Luego, el informe decía que Nelligan preguntó si McCarrick todavía ofrecía Misa. “No. Ahora no puedo porque en un momento determinado cuando llegas a cierta edad…” respondió, deteniéndose. “Ofrezco Misa de vez en cuando”.
McCarrick reconoció que no era un miembro activo del clero y que había perdido su posición en la Iglesia.
En los hallazgos de Nelligan, la psicóloga citó el informe de Schretlen, en el que McCarrick dijo que había tenido “una pequeña cantidad de derrames cerebrales” que resultaron en “un poco de afasia”, una condición que afecta la forma en que uno se comunica y comprende la palabra y el habla escrita, según la Clínica Mayo.
Según los registros médicos, McCarrick padece una variedad de afecciones que incluyen hipertensión, hiperlipidemia, enfermedad renal crónica, insuficiencia cardíaca, enfermedad cardíaca aterosclerótica de la arteria coronaria nativa, fibrilación auricular (tratada con un marcapasos) y “antecedentes” de enfermedad isquémica transitoria, ataques también conocidos como mini-accidentes cerebrovasculares.
También le reemplazaron la rodilla izquierda hace tres o cuatro años.
Cuando se le preguntó cómo pasa su tiempo libre, McCarrick dijo: “Rezo mucho. Leo muchas cosas de la Iglesia. Juego al bingo. Gané en Semana Santa... cinco dólares”.
En las entrevistas con McCarrick, Nelligan escribió que “demostró déficits significativos en todos los aspectos de su memoria”.
“En resumen, según los datos de que dispongo en este momento, es mi opinión que el Dr. McCarrick no presenta las habilidades y destrezas típicamente asociadas con la competencia para ser juzgado”, escribió Nelligan.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.