En Lima, tierra de Santa Rosa, existe un santuario construido sobre el hogar donde ella nació y creció, pero algo que poco se conoce es que la santa, cuya fiesta en Perú es este 30 de agosto, murió en otra casa, donde se guarda un gran tesoro espiritual.
Al final de su vida, Santa Rosa de Lima fue acogida en la casa de los De la Maza, una familia española acomodada que se preocupó por ayudarla en su enfermedad. Don Gonzalo de la Maza y su esposa, doña María de Uzátegui, le dieron un pequeño cuarto. Allí la santa partió a la Casa del Padre.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Más de 400 años después, el terreno de la residencia de los De la Maza es ahora un convento llamado Monasterio de Santa Rosa de Santa María, que es custodiado por monjas dominicas de clausura.
En declaraciones a EWTN, Sor Ana María de Jesús, priora del monasterio, señaló que “después de su canonización el cuartito que a ella le dieron para que viviera, hiciera su oración, hiciera su trabajo para sostener a su familia se convirtió en un santuario”.
En efecto, aquel cuarto es hoy una pequeña capilla, a la que no se puede acceder fácilmente por estar dentro de un claustro y que las religiosas tienen muy bien conservada.
Allí se pueden observar varios cuadros en las paredes donde están representados diversos momentos y apariciones místicas que tuvo la santa, mientras que en el altar mayor se conserva uno de sus huesos, lo que constituye una reliquia de primer grado.
Al entrar por la puerta principal, a mano izquierda, hay un pequeño espacio protegido con vidrios. Dentro está una imagen yacente de la santa colocada sobre un piso de ladrillos color rojizo. Ese suelo es lo que se conserva de aquella época. En ese preciso lugar estaba la cama donde la santa murió.
Asimismo, hay una placa en castellano antiguo que, parafraseado al español actual, diría: “Desde este lugar, dichosa, partió con vuelo ligero, triunfante, pura y hermosa, a unirse con el Cordero la que fue Rosa de Lima el 24 de agosto de 1617”.
Otra reliquia presente en esta capilla es una pesada cruz que Santa Rosa mandó a hacer para rezar diariamente el Vía crucis en el patio de la casa, como penitencia. La priora regaló a EWTN un pedacito de esa cruz, que es conservado en un altar especial dentro de las oficinas de ACI Prensa en Lima.
El Monasterio de Santa Rosa
El Monasterio de Santa Rosa de Santa María fue fundado en 1708 y su comunidad está conformada en la actualidad por varias monjas con votos perpetuos.
De acuerdo a las temporadas del año y a las fiestas patronales las hermanas producen diversos dulces para vender, lo que les sirve asimismo como fuente de ingresos para su sustento. Entre ellos están las chocotejas para la novena de Santa Rosa y el turrón de Doña Pepa por el Señor de los Milagros en octubre. En otros momentos preparan también alfajores.
En este lugar, donde se percibe paz y tranquilidad, fuera del bullicio de la ciudad, las religiosas se dedican a hacer penitencia y mucha oración.
“Pedimos muchísimo, muchísimo, porque ese es nuestro fin, el hacer oración para bien de nuestros hermanos”, indicó la priora, quien ingresó al convento siendo muy joven y ya tiene más de 50 años como dominica. En este sentido, con alegría manifestó su deseo de morir fiel a su vocación y al servicio de los demás.
Es preciso indicar que el monasterio cuenta también con una gran iglesia donde los fieles pueden acudir para participar en la Misa y recibir los sacramentos.
Este artículo fue publicado en 2023 y ha sido actualizado para su republicación.