El próximo viaje internacional del Papa Francisco lo llevará a Mongolia, una democracia que se encuentra en medio de dos potencias autoritarias: Rusia y China.

Cuando el Santo Padre aterrice en la capital de Ulán Bator el 1 de septiembre, se convertirá en el primer Pontífice en la historia de la Iglesia en visitar Mongolia. Pero el viaje podría tener implicaciones geopolíticas más allá de la población de sólo 1.450 católicos.

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Mongolia es una democracia postsoviética que continúa teniendo fuertes vínculos con sus vecinos geográficos China y Rusia, así como una importante relación diplomática con Estados Unidos, al que Mongolia llama su “tercer vecino”.

En el primer discurso del Papa Francisco en el Palacio de Gobierno mongol, el Sucesor de Pedro se dirigirá no sólo a los líderes democráticos de ese país, sino también al cuerpo diplomático local, que incluye a funcionarios de las embajadas de Rusia, China y Corea del Norte. Este discurso en particular presenta una oportunidad para que el Santo Padre envíe un mensaje a Moscú y Beijing.

Rusia

Los medios estatales rusos ya han señalado que están prestando mucha atención al viaje del Pontífice. El medio de noticias Tass, propiedad del Kremlin, incluso sugirió la posibilidad de una escala del avión papal en el aeropuerto de Moscú como lugar “neutral” para que el Papa Francisco se reúna con el Patriarca Ortodoxo Ruso Kirill.

Durante la era de gobierno comunista unipartidista de Mongolia en el siglo XX, sus vínculos políticos y económicos con la Unión Soviética eran muy fuertes, y Rusia sigue siendo un proveedor de energía esencial para el país asiático. 

Los soviéticos le dieron a la capital de Mongolia su nombre actual, Ulán Bator —que significa “Héroe Rojo” en ruso—, en 1924, en honor al comunismo. El idioma mongol ha utilizado un alfabeto cirílico similar al ruso desde la década de 1940, aunque el gobierno ha anunciado planes para volver a la escritura tradicional del país para 2025.

Hoy Mongolia importa el 90% de sus productos petrolíferos de Rusia y se ha abstenido en las votaciones de la ONU que condenaron la invasión rusa de Ucrania.

La guerra en Ucrania ha surgido en muchos de los discursos del Papa durante sus viajes internacionales el año pasado, incluido un discurso ante los líderes gubernamentales en el Kazajstán postsoviético, donde el Santo Padre pidió el fin de esa “guerra trágica y sin sentido”.

Debido a su papel único como democracia euroasiática, Mongolia ha sido presentada como un lugar para posibles negociaciones de paz entre Ucrania y Rusia. El viaje del Papa Francisco a Mongolia se produce en medio de una misión de paz del Vaticano encabezada por el Cardenal Matteo Zuppi, quien realizó visitas diplomáticas a Kiev, Moscú y Washington. El Santo Padre también le pidió que continuara la “ofensiva de paz” del Vaticano en Beijing.

China

Mongolia comparte una frontera de unos 4800 kilómetros con China, que también es el socio económico más importante de Mongolia. Históricamente, los mongoles conquistaron toda China durante el siglo XIII, y posteriormente Mongolia fue parte de la dinastía Qing de China durante más de dos siglos, por lo que se podría argumentar que esto es lo más cerca que ha estado la Iglesia Católica de un viaje papal a gigante asiático.

El Obispo de Hong Kong y futuro Cardenal, Mons. Stephen Chow, ha afirmado que viajará a Mongolia para el viaje del Papa con una delegación de unos 30 católicos de su Diócesis. A principios de este año, el Prelado se convirtió en el primer Obispo de Hong Kong en realizar una visita oficial a Beijing en casi 30 años. 

Mientras el Papa Francisco esté en Mongolia, el Partido Comunista Chino implementará nuevas restricciones religiosas, denominadas “Reglamentos sobre la gestión de sitios de actividades religiosas”, que entrarán en vigor el 1 de septiembre. Las restricciones prohíben la exhibición de símbolos religiosos al aire libre, exigen que la predicación “refleje los valores socialistas fundamentales” y limitan todas las actividades religiosas a lugares aprobados por el gobierno, según China Aid. 

Las restricciones chinas a la libertad religiosa afectarán tanto a cristianos como a budistas, incluso en las regiones del Tíbet y Mongolia Interior, lo que podría ser un posible tema de conversación para la dimensión interreligiosa budista-católica del viaje del Papa Francisco a Mongolia. El Pontífice, que recibió anteriormente a una delegación de líderes budistas mongoles en el Vaticano, tiene previsto participar en una reunión interreligiosa en Ulán Bator el 3 de septiembre.

Las relaciones entre el Vaticano y China han tenido un año difícil. El mes pasado, el Vaticano anunció la decisión del Papa Francisco de aprobar el nombramiento del Obispo de Shanghai, quien anteriormente había sido instalado por las autoridades chinas sin la aprobación de la Santa Sede. Fue el segundo nombramiento no autorizado por parte de Beijing desde noviembre de 2022.

Actualmente, China domina el comercio de Mongolia, quien le envía el 86% de sus exportaciones al gigante asiático. El carbón representa la mayoría de las importaciones de China desde Mongolia. Durante el viaje de seis días del primer ministro mongol a China este verano, éste habló sobre llevar las relaciones entre ambos países "a nuevas alturas" y firmó un contrato para la construcción de una conexión ferroviaria de 1.800 millones de dólares con el fin de ampliar aún más el comercio y la cooperación económica entre los dos naciones, un impulso a las futuras importaciones de carbón mongol por parte de China.

Cabe destacar que Mongolia también acordó profundizar la cooperación para extraer metales de tierras raras con su “tercer vecino”, Estados Unidos, durante una visita de Estado oficial del primer ministro a Washington a principios de este mes. Estados Unidos también firmó un acuerdo de “cielos abiertos”, allanando el camino para que Mongolian Airlines vuele a Estados Unidos por primera vez.

El Papa Francisco visitará Mongolia en el fin de semana previo al Día del Trabajo, que en Estados Unidos se celebra el lunes 4 septiembre. Durante el viaje de cuatro días, el Santo Padre tiene previsto reunirse con líderes gubernamentales, entablar un diálogo interreligioso y celebrar una Misa para la pequeña población católica del país.

Traducido y adaptado por ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.