El P. José María Tojeira, vocero de la Compañía de Jesús en Centroamérica, dio nuevos alcances sobre la situación de la Orden en Nicaragua y ha asegurado que el régimen dictatorial del presidente Daniel Ortega “va a pasar” y “hay que saber aguantar”.
“Este régimen va a pasar y eso hay que saberlo. Hay que saber resistir, hay que saber aguantar, hay que saber reclamar la verdad, hay que mantener una palabra profética”, señaló el jueves 24 de agosto a Radio Progreso, un medio de comunicación jesuita en Honduras.
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La declaración del religioso español, naturalizado salvadoreño, es una respuesta a la reciente arremetida de la dictadura nicaragüense liderada por Ortega y su vicepresidente Rosario Murillo. Esta semana el régimen expropió la Universidad Centroamericana (UCA) y la Villa Carmen —residencia de seis jesuitas ancianos—, canceló la personería jurídica de la congregación y traspasó todos sus bienes al Estado.
“Es evidente que este tipo de regímenes pasan. Hay un dicho de un historiador inglés (John Dalberg-Acton) que decía que el ‘poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe completamente’. Yo creo que en Nicaragua la situación es de poder absoluto y una forma de corrupción. La corrupción se destruye a sí misma, no es duradera”, agregó el exrector de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” en El Salvador.
Para el sacerdote, las instituciones de la Iglesia, como la Compañía de Jesús, “son mucho más duraderas”.
“No es que no tengamos pecados o errores, pero no tenemos esa brutalidad de autorreferencia e imposición de criterios a todos los que nos rodean, sino que tratamos de dialogar y de caminar como pecadores que quieren seguir a Jesús”, aseguró.
Durante la entrevista también reconoció la importancia para la Iglesia Católica del injustamente encarcelado Obispo de Matagalpa, Mons. Rolando Álvarez, afirmando que él “ha tomado una decisión profética” al permanecer en Nicaragua y no ceder ante las presiones para ser deportado.
“Yo creo que él es el máximo merecedor en estos momentos de la solidaridad internacional”, añadió.
Última actualización sobre los Jesuitas en Nicaragua
Durante la entrevista, el P. Tojeira informó que los jesuitas nicaragüenses están trabajando en tres obras que siguen activas en su país, que incluyen al Instituto Loyola, el Colegio Centroamérica y las escuelas de Fe y Alegría.
Los miembros de la Orden, agregó, “se encuentran bien, pero preocupados por supuesto, tomando sus precauciones, no saliendo mucho de su trabajo y utilizando más los medios electrónicos”.
“Están resistiendo. Son gente trabajadora, constante, recia en muchos aspectos”, acotó.
No obstante, también contó que algunos “han tenido que salir” del país, incluyendo al rector de la UCA, el P. Rolando Alvarado, “porque había acusaciones fuertes contra la universidad y, dada la falta de Estado de derecho en Nicaragua, era posible que lo detengan o enjuicien”.
“También han salido los jesuitas ancianos, porque con la supresión de la personería jurídica —que era la dueña de la casa donde vivían— a ellos los echaron y no los dejaron sacar prácticamente nada. Esta personería jurídica se utilizaba para financiar los gastos de estos jesuitas. Todavía quedan algunos, pero a los más enfermos los hemos traído a El Salvador”, continuó.
El P. Tojeira lamentó que la Congregación se haya quedado actualmente “sin las posibilidades de mandar financiamiento para la atención de los enfermos”.
“Hay que enfrentar la realidad y seguir siendo fieles a la vocación de servicio. Tenemos que seguir trabajando venga lo que venga”, añadió.
Ayuda a los exestudiantes de la UCA
Tras la toma de control de la UCA en Managua por parte del régimen, miles de estudiantes se hallan en una encrucijada, enfrentando incertidumbre sobre su futuro académico, gestiones de notas y trámites.
En ese contexto, el P. Tojeira compartió que la Compañía de Jesús está trabajando para otorgar algunas becas a los estudiantes de la UCA en las universidades jesuitas de Guatemala y de El Salvador .Asimismo, informa que está otorgando apoyo monetario en algunos casos.
Aquí se ha cerrado una universidad porque se odia el pensamiento libre, se odia la capacidad de incidir en las situaciones sociales y de política del bien común de nuestros países”, criticó el sacerdote tras la expropiación de la UCA.
Asimismo, subrayó que “en la medida en que crece el autoritarismo, crece siempre el odio al pensamiento libre”.