En una disputa cada vez más áspera entre el Obispo de Fort Worth en Texas, Mons. Michael Olson, y un monasterio carmelita local, las monjas desafían una orden del Prelado que prohíbe a los laicos católicos visitar y rezar en el monasterio.
El convento de la Santísima Trinidad de Arlington emitió la semana pasada un desafiante comunicado en el que afirmaban que Mons. Olson no tiene autoridad para cerrar su monasterio y que su capilla sigue abierta al público. Las religiosas señalaron, además, que el Prelado y la diócesis siguen negándoles los sacramentos, incluida la Misa y las Confesiones.
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La declaración del monasterio, escrita por el abogado Matthew Bobo, indicaba que aunque "Mons. Olson continúa su vengativa guerra personal contra las monjas carmelitas de Arlington", ellas "no reconocen ni reconocerán el abuso injustificado y no autorizado de este obispo y el ejercicio del poder total que de repente intenta ejercer sobre el monasterio".
El obispo cierra las puertas del monasterio al público; las monjas las abren de todos modos
Aunque Mons. Olson ha declarado el monasterio cerrado al público, Bobo informó que las monjas "decidieron abrir sus puertas y permitir a los fieles laicos venir a rezar a la capilla”.
"El monasterio y todas sus propiedades pertenecen a las monjas carmelitas descalzas", afirmó Bobo. "Nadie tiene derecho a decirle al dueño de una propiedad privada quién puede y quién no puede entrar en su propiedad privada”, y añadió: “El obispo ha intentado aislar a las monjas carmelitas de Arlington, separándolas de sus colaboradores de toda la vida y, al hacerlo, impidiendo que los fieles laicos asistan a la iglesia de su preferencia”.
Y sobre el proceder del Obispo manifestó Bobo: “Con sus actos rencorosos puede, por supuesto, impedir que los sacerdotes oficien Misa y escuchen Confesiones, pero no puede impedir que los ciudadanos particulares acudan a una propiedad privada". Además agregó que "las monjas carmelitas de Arlington invitan a sus fieles laicos a acudir a rezar a la capilla del monasterio".
¿Qué está sucediendo?
Tras investigar una supuesta relación ilícita entre la priora del monasterio, la Madre Teresa Agnes Gerlach, y un sacerdote de Carolina del Norte, el P. Philip Johnson, Mons. Olson expulsó a la Madre Gerlach de la vida religiosa en abril de este año. El Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica del Vaticano otorgó a Mons. Olson plena autoridad sobre el asunto.
En respuesta, las carmelitas siguen afirmando que la Madre Gerlach no ha cometido ninguna infracción que justifique su dimisión y que ha sido injustamente atacada por el obispo. Aunque las religiosas interpusieron una demanda civil por robo, difamación y abuso de poder contra Mons. Olson, su caso fue desestimado por un juez de distrito el 30 de junio.
En el comunicado de la semana pasada, las monjas afirman que el Obispo de Fort Worth las ha sometido a "injerencias, intimidaciones, agresiones, humillaciones privadas y públicas y manipulaciones espirituales sin precedentes". Para Mons. Olson, la postura de las carmelitas constituye una acción cismática, es decir, una separación de la autoridad propia de la Iglesia católica.
Sobre esta base, el Prelado manifestó el sábado que el monasterio de Arlington "permanece cerrado al acceso público hasta el momento en que el Carmelo de Arlington se desdiga públicamente de estas acciones escandalosas y cismáticas".
Mons. Olson también afirmó que la decisión de desafiar su autoridad y prohibirle la entrada a los terrenos del monasterio puede haber traído una pena de excomunión "latae sententiae" sobre ellas mismas.
La excomunión es la separación de un individuo de la comunión con Dios y su Iglesia y, en última instancia, elimina la posibilidad de la promesa del cielo hasta que uno se arrepienta. Es el estado más grave posible para un católico.
La declaración de Bobo señalaba que las religiosas "no se separan de la Iglesia católica, ni tienen intención de hacerlo, a pesar de la incongruente declaración del obispo", y añadía que "siguen dedicadas a la Iglesia católica y a la Santa Sede y rezan para que el Vaticano ponga fin a esta maliciosa persecución del obispo".
Las carmelitas retiran la demanda para apelar el despido de la priora
Según el comunicado del abogado, las religiosas han decidido no seguir adelante con su demanda civil contra Mons. Olson para que la Madre Gerlach pueda apelar su expulsión de la vida religiosa ante las autoridades eclesiásticas.
"Las monjas de Arlington decidieron no apelar el fallo jurisdiccional del tribunal civil porque el Vaticano dejó claro que el proceso canónico no procedería hasta que el litigio civil hubiera concluido", informó Bobo. Y añadió que, “basándose en ello, las monjas carmelitas de Arlington tomaron la decisión de poner fin al litigio civil. No fue porque consideraran justa la sentencia del juez".
Durante la investigación eclesial que dio lugar al despido de la Priora, Mons. Olson le negó la oportunidad de elegir a su propio abogado canónico, eligiendo él mismo a uno para que la representara.
Sobre ello, Bobo señaló a CNA —agencia en inglés de EWTN News— que el abogado canónico designado por la diócesis para representar a la Madre Gerlach estaba "comprometido" y era un "lacayo" del obispo.
En su declaración, Bobo dijo que "las monjas ponen sus esperanzas y oraciones en una revisión justa y equitativa del caso canónico por parte del Vaticano para asegurar que los actos tomados por el obispo Olson sean revertidos y ellas sean completamente exoneradas, permitiéndoles volver a su vida contemplativa de oración sin más interferencias ilegales por parte de Mons. Olson".
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.