Mons. Hansen relató su experiencia en un correo electrónico dirigido a los feligreses. El obispo compartió cómo emprendió un viaje de evacuación de 12 horas desde Yellowknife a Grande Prairie, Alberta, para refugiarse donde su familia, tras verse obligado a huir de la amenaza de los incendios.
El mensaje fue posteriormente reproducido en The BC Catholic, una publicación semanal en la Columbia Británica.
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Mons. Hansen destacó la situación diversa de los evacuados, mencionando: “Soy uno de los evacuados afortunados que tiene familia en Alberta, por lo que me siento muy cómodo quedándome en la casa de mi sobrina y su esposo. Ese no es el caso de todos los que se vieron obligados a marcharse”.
El incendio ha generado una movilización urgente de evacuación, con muchas personas alojándose en hoteles y centros de refugio en Alberta y Columbia Británica. El Prelado canadiense observó con preocupación la magnitud de la crisis, señalando: “Mientras conducía, vi muchas tiendas de campaña y caravanas a lo largo de todo el viaje".
También compartió cifras impactantes proporcionadas por Cabinradio.ca, una fuente de medios que brinda información actualizada sobre los incendios: “Aproximadamente el 63% de la población de los Territorios del Noroeste se encuentra actualmente bajo orden de evacuación si seguimos las cifras de población más recientes proporcionadas por la Oficina de Estadísticas de los Territorios del Noroeste”.
El líder religioso indicó que existen múltiples niveles de crisis en los Territorios del Noroeste, con varias comunidades luchando contra los incendios y enfrentando la incertidumbre climática. Algunas comunidades ya han sufrido pérdidas significativas debido a los incendios, con daños materiales y estructurales.
Sin embargo, el Obispo también compartió un rayo de esperanza en medio de la adversidad: “Una crisis saca lo mejor de la humanidad”. En ese contexto, destacó cómo la comunidad se apoyó mutuamente durante la evacuación y cómo incluso en medio del caos, prevaleció un espíritu amigable y solidario.
Con respecto al futuro, Mons. Hansen pidió oraciones por lluvias que alivien la sequía y la devastación que han afectado a la región. En el cierre de su relato, expresó su gratitud por la seguridad de su personal y clero disperso, mientras todos esperan con cautela el desarrollo de los eventos en los próximos días.
“Todo nuestro personal y clero se encuentran a salvo y ubicados, aunque se han dispersado en diferentes direcciones por avión y por carretera. Continúen con las oraciones mientras pedimos el milagro de lluvias abundantes para nuestra tierra reseca”, agregó.
Traducido y adaptado por ACI Prensa. Publicado en CNA con permiso de The B.C. Catholic.