Félix Maradiaga, ex candidato presidencial y ex preso político que vive ahora exiliado en Estados Unidos, denunció que la dictadura de Daniel Ortega en Nicaragua, con sus recientes ataques contra los Jesuitas, avanza hacia un modelo similar e incluso más radical que el de Corea del Norte.
En los últimos días, la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, en el poder desde 2007, confiscó las cuentas y bienes de la Universidad Centroamericana y expulsó a 6 jesuitas de la comunidad que vivían junto al centro de estudios.
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El régimen acusó a la universidad de ser un “centro de terrorismo” y dejó sin vivienda a los jesuitas, pese a que estos demostraron con documentos que son los dueños de la propiedad que les fue arrebatada el 19 de agosto.
“Más que una nueva fase de represión es una radicalización de los crímenes de lesa humanidad, de las violaciones a los derechos humanos que la dictadura sandinista de Daniel Ortega y Rosario Murillo vienen perpetrando desde el 2018”, denunció Félix Maradiaga en declaraciones a EWTN Noticias.
“Ya sabemos que son casi 400 personas las que perdieron la vida por culpa de la dictadura. Además de eso, más de 26 universidades han sido cerradas y 700 mil nicaragüenses han sido forzados al exilio desde el 2018. Y [hay] muchos otros datos que señalan con perplejidad lo tenebrosa que es esta dictadura”, prosiguió Maradiaga desde el exilio en Estados Unidos.
“Esa radicalización lleva, efectivamente, hacia un modelo similar al de Corea del Norte, incluso podríamos decir que más radical de lo que se está viendo en otras dictaduras como la cubana. No obstante esa radicalización, lamentablemente no ha recibido de parte de la comunidad internacional la respuesta severa que merece”, resaltó el activista y defensor de los derechos humanos.
“Actos como los perpetrados el 16 de agosto, en los cuales se confiscó la UCA y posteriormente se expulsó de su residencia a la Compañía de Jesús, ameritarían de parte de la comunidad internacional una medida más fuerte”, subrayó Maradiaga.
Tres vías concretas
Félix Maradiaga indicó a EWTN Noticias que la reacción de la comunidad internacional a la dictadura de Nicaragua debe considerar tres vías.
“La primera es una respuesta contundente: de conformidad al derecho internacional, activar mecanismos de respuesta que incluso exijan juicios internacionales, la extradición y sanciones más fuertes contra los operadores del régimen”, resaltó.
En segundo lugar, se debe “determinar a la comunidad católica nicaragüense como un grupo perseguido; y en tercer lugar, la ayuda material a los jóvenes que han perdido estas oportunidades”, concluyó.
Desde hace algunos años la dictadura de Nicaragua emprende una feroz persecución contra la Iglesia Católica: ha cerrado universidades, ha clausurado Cáritas —el brazo solidario de ayuda a los más pobres—, ha expulsado a sacerdotes, religiosas, etc., y ha confiscado dinero y bienes de distintas diócesis y congregaciones.
Tal vez la principal víctima de la dictadura es Mons. Rolando Álvarez, Obispo de Matagalpa, encarcelado injustamente desde el pasado 10 de febrero, acusado de ser traidor a la patria y condenado a 26 años y 4 meses de cárcel.