La diócesis de Salamanca en España informó de un proceso iniciado tras la acusación de un sacerdote que habría sufrido abusos sexuales por parte de otro, cuando el primero era menor de edad, un caso que ya está en el Vaticano y que aún está pendiente de resolución.
La diócesis respondió con un comunicado a lo informado por La Gaceta de Salamanca el viernes 18 de agosto, donde se daba cuenta de la denuncia del P. Policarpo Díaz (56), quien acusa a otro presbítero, 20 años mayor, de haber abusado de él cuando estaba en el seminario de Calatrava y tenía sólo 11 años.
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Díaz se desempeñaba desde 2011 como vicedelegado de pastoral juvenil, y desde 2018 trabajaba como vicario pastoral.
El comunicado de la Diócesis de Salamanca precisa que cuando el Obispo, Mons. José Luis Retana, supo del caso y escuchó a ambas partes por separado, decidió apartar al sacerdote acusado “de todas sus tareas pastorales y del contacto con menores. Además, este presbítero —de mutuo acuerdo con el obispo comenzó un proceso de acompañamiento en un centro especializado de ayuda para sacerdotes”.
Si bien el caso ha prescrito para la ley española, se inició una investigación previa y el informe final fue enviado al Dicasterio para la Doctrina de la Fe en el Vaticano, donde “el proceso continúa abierto a la espera de una resolución”.
Tras señalar que el sacerdote denunciante pidió retirarse de la diócesis durante un año — tiempo que ha sido prorrogado el comunicado precisa que “el presbítero denunciado ha firmado la recepción de la notificación por parte del Dicasterio de la Doctrina de la Fe de su dimisión del estado clerical, es decir, su secularización” o expulsión.
El comunicado señala finalmente que la diócesis quiere llegar a la verdad de los hechos, reitera su compromiso en la lucha contra los abusos sexuales y alienta a cualquier persona que pueda haberlos sufrido a que haga la denuncia respectiva.
“Quiero ser pastor y padre”
El 19 de agosto Mons. José Luis Retana escribió una carta a los fieles de la diócesis de Salamanca, en la que resalta: Quiero ser “pastor y padre para hablaros al corazón y que me ayudéis con la oración”.
Tras destacar la importancia de poner los ojos en la misericordia de Dios, el Prelado constata que la Iglesia lleva años luchando contra los abusos, una “lacra extendida en la sociedad”, ante la cual “no siempre lo hemos hecho bien”.
“Debemos mostrar un firme compromiso con la transparencia y actuar con determinación contra todo hecho que conozcamos, poniéndolo en conocimiento de las autoridades judiciales. Pedimos perdón si no hemos sabido hacerlo bien”, asegura.
El Obispo también anima a ayudarlo a acoger “tanto dolor y sufrimiento de las víctimas. Quiero estar abierto a escuchar a todos, acoger con amor de madre los dolores de las víctimas, y también de las comunidades que sufrís, familias, y juntos acercarnos a aquel que solo nos puede sanar y consolar. Y también rezad para [que] el Señor me otorgue el don de ‘acompañar con misericordia activa’, a los ‘sacerdotes que se encuentran en peligro o que han fallado en algo’”.
Finalmente, y tras alentar a confiar en el proceso abierto en el Vaticano, el Prelado invita a todos a que, antes de Misa, se rece “ante el Santísimo Sacramento del Altar con la oración litúrgica de Vísperas”.