Tras una ola de ataques y muestras de discriminación por parte de judíos radicales hacia los cristianos y lugares santos en Israel, el presidente de ese país, Isaac Herzog, expresó su solidaridad al Patriarca Católico de Jerusalén y futuro cardenal, Mons. Pierbattista Pizzaballa, en una reunión privada.

El encuentro se produjo el miércoles 9 de agosto en el Monasterio de Stella Maris. Allí el Arzobispo Pizzaballa estuvo acompañado de los carmelitas de Haifa, el Patriarca Ortodoxo Theophilos y otros representantes cristianos.

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Por su parte, y de acuerdo al Patriarcado Latino de Jerusalén, el presidente Herzog se hizo presente junto a su esposa y una delegación con la finalidad de realizar "una visita de solidaridad".

Ante esto, los líderes cristianos manifestaron su "satisfacción por este acto que apoya el llamamiento al establecimiento de un marco más estrecho de paz, entendimiento y convivencia".

 

El ataque de los judíos

De acuerdo a un comunicado de la Comisión Justicia y Paz de la Asamblea de Ordinarios Católicos de Tierra Santa, y publicado a fines de julio por la agencia vaticana Fides, los cristianos de Jerusalén y Haifa han sido víctimas de "escupitajos, abusos verbales, a veces violencia física, actos de vandalismo y pintadas en las paredes".

Entres estos actos de discriminación, desprecio y racismo también se encuentran las diversas invasiones de un grupo de judíos extremistas al Monasterio carmelita de Stella Maris, que está ubicado en las alturas del Monte Carmelo y a donde fue el presidente Herzog en solidaridad con los cristianos. 

Los radicales son seguidores del rabino Eliezer Berland, original de Haifa, y reclaman la propiedad donde se encuentra el antiguo monasterio.

Ante estos hechos, la Comisión alzó su voz de protesta y manifestó la preocupación de muchos cristianos porque estos ataques podrían motivar a otros grupos más grandes a controlar totalmente la zona, tal como ha ocurrido en otras localidades.