El P. Eduardo Hayen Cuarón, exorcista y director del semanario Presencia de la diócesis mexicana de Ciudad Juárez, advirtió que la película The Exorcist: Believer (El exorcista: creyentes) es sólo una "película de terror más" que deforma la realidad del diablo.
La cinta es una secuela de la conocida película El Exorcista de 1973, dirigida por William Friedkin –fallecido el 7 de agosto de 2023– y protagonizada por la actriz Linda Blair, quien también participa en esta última entrega. El filme se estrenará el viernes 13 de octubre de este año.
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Sobre El Exorcista: Believer, el sacerdote mexicano asegura a ACI Prensa que "exponerse a este tipo de filmes que deforman la realidad de la presencia diabólica y hacen que muchas personas, sobre todo adolescentes y jóvenes se obsesionen por el mundo de la oscuridad, es perder el tiempo".
El exorcista alerta asimismo que el hecho de que "la película se estrene el 13 de octubre, viernes, no es sino fomentar la superstición, haciendo creer que esos días son de mala suerte o de alguna actividad extraordinaria del demonio, lo cual es absolutamente falso".
El P. Hayen comenta también que el tráiler de la cinta "da la impresión de que se trata de una película de terror más, entre tantas películas malas del género".
"La realidad de la posesión y del exorcismo aparece magnificada, exagerada, como suelen mostrarse en el cine de horror hollywoodense. Parece una película más de sustos que una película seria sobre la realidad del demonio", explica el presbítero.
"La película, aunque puede ayudar a recordar la existencia de los demonios y su actividad extraordinaria entre los hombres, no es conveniente verla", subraya.
El peligro de la acción del diablo
En el diálogo con ACI Prensa, el sacerdote mexicano también se refirió a dos peligros respecto a la acción del diablo en la vida de las personas.
"El peligro más grave de la actividad demoníaca es hacernos sucumbir a la tentación y vivir una vida moralmente contraria a Dios, es decir, una vida en pecado mortal", precisó.
Para concluir, el P. Hayen resaltó que "el verdadero triunfo del demonio no es su actividad extraordinaria sobre los cuerpos humanos u objetos, sino su actividad ordinaria en las almas empujándolas a vivir en pactos con el mal.