"Amigos, permítanme que yo, anciano, comparta con ustedes, jóvenes, un sueño que llevo en el corazón: el sueño de la paz". Así se ha dirigido el Papa Francisco a los presentes en el Campo de Gracia en Lisboa en su intervención previa al rezo del Ángelus.
El Pontífice se ha dirigido así a los jóvenes al recordar a quienes no han podido acudir a la Jornada Mundial de la Juventud "a causa de conflictos y guerras". En particular, el Papa dijo: "Siento un gran dolor por la querida Ucrania, que sigue sufriendo tanto".
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Y, tras confiarles su anhelo sobre "los jóvenes que rezan por la paz, viven en paz y construyen un futuro de paz", invitó por medio del rezo mariano del mediodía a poner "el futuro de la humanidad en manos de María, Reina de la Paz Y de regreso a casa, sigan rezando por la paz".
El Papa dio un gracias especial "a nuestras raíces, a nuestros abuelos, que nos transmitieron la fe, el horizonte de una vida. Son nuestras raíces".
"Ustedes son un signo de paz para el mundo, un testimonio de cómo las diversas nacionalidades, las lenguas y las historias pueden unir en vez de dividir. Ustedes son la esperanza para un mundo diferente. Gracias. ¡sigan adelante!", enfatizó el Pontífice.
Tras desvelar que el 2025 se celebrará en Roma el Jubileo de los Jóvenes y en 2027 la próxima Jornada Mundial de la Juventud en Seúl (Corea del Sur), lanzó un último obrigado, "el más grande" dirigido "a dos personas especiales, a los protagonistas principales de este encuentro", en referencia a Jesús y María.
Gracias, obrigado
El Papa Francisco aprovechó también la ocasión para dar las gracias en el sentido profundo del término en portugués: "Obrigado no sólo expresa la gratitud por lo que hemos recibido, sino también el deseo de corresponder al bien".
Así, el Pontífice dio las gracias al Patriarca de Lisboa, Cardenal Manuel Clemente, al presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa y al Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, Cardenal Kevin Farrell, "que ha rejuvenecido en esta jornada".
El Papa se dirigió también a la capital lusa, "obrigado a ti, Lisboa, que permanecerás en la memoria de estos jóvenes como 'casa de fraternidad' y 'ciudad de sueños'", y a los voluntarios de la jornada Mundial de la Juventud.
Del mismo modo, el Papa recordó "a quienes desde el cielo han velado por la JMJ, es decir, a los santos patronos del evento, a uno en particular: a Juan Pablo II, que dio vida a las Jornadas Mundiales de la Juventud".
Cuidar el recuerdo de la JMJ
Cuando se dirigió a los jóvenes, el Papa Francisco les señaló que "Dios ve todo lo bueno que ustedes son y sólo él conoce lo que ha sembrado en sus corazones. Por favor, cuídenlo con esmero".
En este sentido, les invitó a mantener "presentes en su mente y en su corazón lo momentos más hermosos", para que cuando lleguen los de cansancio y desánimo, "y tal vez la tentación de dejar de caminar o de encerrarse en ustedes mismos, reaviven las experiencias y las gracias de estos días".
El Papa no dejó pasar la oportunidad de recordar a los que no han podido acudir a la JMJ en persona "pero que han participado en las iniciativas organizadas en sus países por las Conferencias episcopales y las Diócesis".
En particular, tuvo un recuerdo para "los hermanos y hermanas subsaharianos reunidos en Tánger".