Este jueves 3 de agosto, en la mañana, antes de dejar la Nunciatura Apostólica, el Papa Francisco concelebró una Misa en la que participaron los familiares de una catequista fallecida antes de la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa, Portugal. 

El Pontífice ofició la Santa Misa en privado acompañado por cuatro familiares de Christine, la mujer francesa de 62 años, animadora de catequesis, que vino a Lisboa para la JMJ y falleció hace unos días a causa de un accidente que sufrió en la casa donde se alojaba.

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El Obispo de la diócesis de Frejus-Toulon, Mons. Dominique Rey, informó con "gran tristeza" sobre la noticia de la muerte de Christine, responsable del grupo de la JMJ de Saint-Georges de Toulon (Francia), que falleció el 2 de agosto a consecuencia de sus heridas. 

El lunes 31 de julio, la mujer resultó gravemente herida al caerse por las escaleras de la casa donde se alojaba en Oeiras, villa portuguesa del distrito de Lisboa. 

Christine -según el Obispo Rey- estuvo hospitalizada en cuidados intensivos y recibió la Unción de los enfermos. "Acudí a rezar junto a su cama y varios miembros de su familia pudieron reunirse con ella antes de que nos dejara".

Este jueves en la mañana, el Santo Padre brindó consuelo y palabras de aliento a los familiares de Christine, especialmente a sus hijas, en la Nunciatura Apostólica de Lisboa. 

"Su muerte nos entristece profundamente. Su fervor y sus múltiples compromisos en su parroquia" han dejado "una profunda huella en todos nosotros", escribió Mons. Rey. 

"Se puso a disposición de los jóvenes que necesitaban una unidad psicológica in situ en Lisboa. Christine estaba encantada de dar a los jóvenes la oportunidad de vivir la Jornada Mundial de la Juventud. Continuamos estos encuentros, pensando en ella, rezando por ella", añadió el Obispo.