El Cardenal Pietro Parolin explicó que la etapa del viaje papal en Fátima, Portugal, fue deseada por el Papa Francisco para estar cerca de los enfermos y de los que sufren y para rezar por la paz del mundo.
Con motivo de la próxima Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Lisboa, que se lleva a cabo del 1 al 6 de agosto, el secretario de Estado vaticano mantuvo una conversación con los medios sobre las expectativas y la preparación del 42º viaje internacional del Pontífice.
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"Es una visita importante en la que el Santo Padre se encontrará con los jóvenes enfermos y rezará con ellos el Santo Rosario. Será un momento intenso. Creo que el Papa quiere reiterar el mensaje de la Virgen a los tres pastorcillos cuando se apareció en el lejano 1917", afirmó el Cardenal Pietro Parolin en la entrevista que fue publicada este martes 1 de agosto.
Según el Purpurado, el mensaje de Fátima sigue siendo importante. "Eran palabras de consuelo, eran palabras de esperanza en un mundo en guerra, no muy distinto de la realidad que estamos viviendo hoy. Y la Virgen invitaba a los pastorcillos y, a través de ellos, a los hombres, a rezar y recitar, en particular, el Santo Rosario con gran confianza para obtener la paz en el mundo".
Por eso el Papa Francisco insiste en esta visita al Santuario de Fátima durante la JMJ, porque "siempre lleva en su corazón el drama de los implicados en los conflictos" y "nos pide que no perdamos el ánimo y perseveremos en la oración y en el rezo específico del Santo Rosario", enfatizó el Cardenal Parolin.
Durante su estancia en Fátima, a donde el Papa llegará en helicóptero el sábado 5 de agosto, está previsto que recorra el recinto en el 'papamóvil' hasta la Capilla de las Apariciones, donde rezará el Rosario y dirigirá unas palabras a los peregrinos antes de volver a Lisboa.
El Papa Francisco ya había visitado el santuario mariano los días 12 y 13 de mayo del 2017, con motivo del centenario de las apariciones de la Santísima Virgen María en la Cova de Iria.
Los jóvenes que ya llegaron a Lisboa, esperan al Santo Padre, quien les ha invitado "a preparar este acontecimiento sobre todo con la oración".
El Obispo de Roma parte a la JMJ con la certeza de que los encuentros allí "tienen una gran fuerza en sí mismos, incluso la fuerza de cambiar, para alguien, su vida", afirmó el secretario de Estado vaticano.
El Cardenal Parolin comparte el pensamiento del Pontífice, quien se encontrará, escuchará y hablará con los jóvenes procedentes de todo el mundo para esta gran fiesta de la fe. El Papa ya tiene pronta su "mochila", la misma que los jóvenes peregrinos recibirán después en Lisboa.
Las Jornadas Mundiales de la Juventud tienen su origen hace 40 años, especialmente gracias a una "intuición profética" de San Juan Pablo II, señaló el Purpurado. "La Iglesia quiere acompañar a los jóvenes para anunciarles el Evangelio, para facilitarles el encuentro con Cristo".
Por tanto, esta "intuición profética" conserva toda su actualidad en un mundo en constante cambio, afectado por la pandemia y conflictos; la JMJ se presenta como un importante instrumento para que los jóvenes encuentren a Jesucristo, subrayó Parolin.
El Purpurado explicó que la Iglesia enfrenta el desafío de transmitir la fe al mundo actual, donde muchos desconocen a Jesucristo o han perdido la fe.
"El Papa ha hablado a menudo de esta ruptura en la transmisión de la fe entre generaciones". También recuerda: "Cada vez hay más padres que no bautizan a sus hijos, que no les enseñan a rezar o que se van a otras comunidades de fe".
Los jóvenes tienen preguntas y dudas, al mismo tiempo que piden a la Iglesia que "ésta renueve su ímpetu apostólico y, sin miedo, emprenda ese camino de conversión pastoral y misionera, tan deseado por el Santo Padre", afirmó el Cardenal Parolin.
El Papa Francisco reiteró hoy su pedido de oraciones por la JMJ y los peregrinos, a través de su cuenta en Twitter: "Les pido que me acompañen con la oración en mi viaje a Portugal con ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud. A la Virgen María, estrella luminosa del camino cristiano, tan venerada en Portugal, encomiendo los peregrinos de la #JMJ y todos los jóvenes del mundo".
En la tarde del lunes 31 de julio, el Pontífice también rezó ante la imagen de la Salus Populi Romani de la Basílica romana de Santa María la Mayor para encomendarle a la Virgen María su próximo viaje apostólico a Lisboa.