Mary Ann Glendon, Presidenta de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, aseguró en una cita internacional que “cualquier medida para promover el desarrollo auténtico y duradero tiene que defender la dignidad y la cultura humanas”.
Como jefe de la delegación de la Santa Sede en la Consulta de Alto Nivel sobre los Países menos Desarrollados de ECOSOC 2004, Glendon aseguró que “lo que se necesita es un cambio del corazón, que la comunidad internacional sea más sólida, más generosa, más creativa, más enérgica en su esfuerzo para acabar por fin con la división del mundo en zonas de pobreza y de abundancia".
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ECOSOC es la sigla del Consejo Económico y Social de Naciones Unidas. "La Santa Sede une su voz a la de aquellos que piden con urgencia a la familia de las naciones que se ocupen de las necesidades de sus miembros más vulnerables”, indicó Glendon.
Además, recordó que Juan Pablo II ha repetido que “Los pobres no pueden esperar. Nadie puede negar la envergadura del reto de invertir la tendencia de lo que a veces parece ser un ciclo perpetuo de pobreza, especialmente en los países menos desarrollados".