Un prestigioso médico peruano denunció desde Estados Unidos que las autoridades sanitarias de su país mienten a la población al negar que la píldora del día siguiente (Levonorgestrel 0,75 mg) no tiene un efecto antiimplantatorio y poner en duda la seriedad de la Food and Drug Administration (FDA).
En una columna titulada “Anticoncepción de Emergencia o Aborto en Casos de Emergencia” y publicada por el periódico “El Pueblo Católico”, el Dr. Luis E. Ráez señaló que “en Latinoamérica -especialmente en el Perú y Chile- donde los gobiernos han empezado a usar esta droga como "bandera" de sus nefastas política de control de población, se quiere engañar a la gente para difundir su uso masivo mintiéndoles”.
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Ráez es director de la Unidad de Quimioterapia y Clínicas de Oncología Médica del "Sylvester Comprehensive Cancer Center" de Miami y catedrático de la Escuela de Medicina de la Universidad de Miami.
Según el experto, las autoridades –comenzando por la Ministra de Salud, Pilar Mazzetti- “han mentido públicamente” al decir que la píldora no es abortiva porque no tiene un efecto antiimplantatorio, cuando éste es reconocido por sus mismos fabricantes.
“La mentira es a todo nivel ya que incluso autoridades del gobierno y de salud de ambos países han mentido públicamente”, indicó Ráez.
El médico recordó que “en Estados Unidos, donde todas las medicinas tienen que ser aprobadas por la FDA, esta medicina está aprobada con conocimiento que tiene efectos anticonceptivos y que impide que el embrión formado se implante en el útero (efecto abortivo)”.
”Este asunto es muy delicado y absurdo; el uso de un abortivo es siempre un crimen pero además de ello el mentirle a la gente, minusvalorarla o tratarla de ignorante empeora las cosas”, indicó.
Asimismo, señaló que es “vergonzoso para los peruanos” recibir la noticia de “que la Ministra de Salud está en ‘desacuerdo con la FDA’, cuando éste es el organismo más adecuado que existe en el mundo para evaluar medicinas nuevas.
En este sentido, denunció que la Ministra Mazzetti da más valor a “cuatro estudios científicos de dudosa calidad que envuelven menos de 30 personas”, que a las decenas de estudios presentados por los fabricantes ante la FDA y que no descartan el efecto antiimplantatorio.
Ráez recordó que cuando el Levonorgestrel se consume después de la fecundación, “impide la implantación del embrión ocasionando un aborto”.
“Es obvio que cuando hablamos de ‘anticoncepción de emergencia’ es porque la pareja ya ha tenido relaciones sexuales; y horas o días después está buscando los medios para no tener un hijo. No olvidemos que la concepción ocurre solamente horas después de la relación sexual; entonces ya el Levonorgestrel no puede hacer nada para impedir el embarazo”, indicó.
Para Ráez, el Levonorgestrel no debería llamarse "anticoncepción de emergencia" sino "aborto en casos de emergencia".
El médico también citó varios estudios que hablan de efectos no mencionados por los promotores como el alto número de embarazos ectópicos (fuera del útero, con el consecuente peligro de muerte para la madre y el bebé), su incidencia nula en la disminución de los abortos provocados, y el incremento en los casos de enfermedades de transmisión sexual entre jóvenes usuarias.
“Esto no es extraño ya que al tener ellos total disponibilidad del Levonorgestrel ya no se preocupan de ser responsables, o al menos ya no buscan otros medios más convencionales para prevenir el embarazo”.
El médico insistió en que “el aborto es un crimen contra la persona humana y matar con una píldora no lo hace menos inmoral que matar en una cirugía. Sin embargo, es también totalmente inmoral no informar a las mujeres acerca de lo que está sucediendo en su cuerpo y no explicarles todos los posibles efectos secundarios de estas intervenciones controversiales”.