8 pensamientos de santos para reflexionar en el Día del Amigo

Cada 20 de julio, en Argentina se celebra el Día del Amigo, una fecha para recordar la importancia de los lazos de amistad que nos acompañan en nuestra vida.

Al respecto, el Antiguo Testamento dice : “Un amigo fiel es un refugio seguro: el que lo encuentra ha encontrado un tesoro. Un amigo fiel no tiene precio, no hay manera de estimar su valor. Un amigo fiel es un bálsamo de vida, que encuentran los que temen al Señor”

Y el mismo Jesús resalta la importancia de la amistad. Dice el Evangelio: “No hay amor más grande que dar la vida por sus amigos”.

Siguiendo el modelo de Jesús, y buscando imitar su corazón, muchos santos a lo largo de la historia han puesto su mirada y sus palabras en este gran tesoro que es la amistad.

Hoy te compartimos ocho frases de santos que servirán para reflexionar, rezar, agradecer por la amistad y homenajear a tus amigos.

1. “Quien ama a alguien con amor de amistad, quiere el bien para quien ama como lo quiere para sí mismo”. Santo Tomás de Aquino.

2. “No siempre el que es indulgente con nosotros es nuestro amigo, ni el que castiga es nuestro enemigo. Mejor las heridas del amigo que los besos tramposos del enemigo. Mejor amar con severidad que engañar con dulzura”. San Agustín.

3. “Ama a todos los hombres con un gran amor de caridad cristiana, pero no mantengas amistad sino con las personas con las que convivir pueda ayudarte, y cuanto más perfectas sean estas relaciones, tanto más perfecta será tu amistad”. San Francisco de Sales.

4. “La amistad es tan verdadera y tan vital que en el mundo no se puede desear nada más santo y ventajoso”. San Agustín.

5. “El amor es el origen y la fuente de la amistad. Puede darse amor sin amistad, pero amistad sin amor, jamás”. San Elredo de Rieval.

6. “Nos hace mucho bien, cuando sufrimos, tener corazones amigos, cuyo eco responde a nuestro dolor”. Santa Teresa de Lisieux.

7. “La amistad es la realización más auténtica de la persona”. Santa Teresa de Ávila.

8. “Las palabras de amistad y consuelo pueden ser cortas y sucintas, pero su eco no tiene fin”. Santa Madre Teresa de Calcuta.