Un equipo de investigadores en Estados Unidos está tratando de utilizar los sistemas de inteligencia artificial (IA) para un nuevo y noble propósito: la traducción de la Biblia a idiomas extremadamente poco comunes.
El trabajo es liderado por Ulf Hermjakob y Joel Mathew, investigadores del Instituto de Ciencias de la Información de la Universidad del Sur de California. Recientemente, ellos lanzaron Greek Room, un programa de computadora diseñado para agilizar el proceso de traducción de la Biblia al proporcionar los servicios de control de calidad necesarios, como la revisión ortográfica de los borradores de traducción creados por humanos.
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"No creemos que la IA pueda reemplazar al traductor humano. Lo vemos como un apoyo para ayudar en esta tarea tan desafiante de traducir la Biblia a idiomas donde a menudo casi no hay registros escritos de ningún tipo", señaló el PhD informático alemán, Hermjakob, a CNA -agencia en inglés de EWTN News-.
Hermjakob, luterano, expresó que a pesar de que la Biblia es el libro más traducido del mundo, hasta ahora sólo se ha traducido a alrededor de 700 de los 7.000 idiomas existentes, lo que excluye a muchos otros que tienen varios miles de hablantes.
"El objetivo principal que tenemos es una comunidad de unos 100.000 hablantes. Podría ser un poco menos, podría ser un poco más, pero normalmente no son idiomas que van a desaparecer en los próximos 10 años que cuentan con unos 10 octogenarios. Ese no suele ser el grupo objetivo", explicó.
Mathew, un ingeniero que trabaja principalmente en el campo del procesamiento de lenguajes naturales (natural language processing), nació de padres cristianos en la India y fue a California para obtener su maestría. Mathew se identifica como un cristiano sin denominación y permanece activo en la comunidad de su iglesia.
En declaraciones a CNA resaltó la importancia de tener una Biblia para los hablantes de idiomas relativamente raros, ya que lo ha visto de primera mano entre las comunidades cristianas en India.
"Altera la vida de las comunidades: la alegría y las lágrimas que trae a la gente tener un libro impreso en el 'idioma de su corazón'", indicó, refiriéndose al idioma que la gente habla en casa y con el que la mayoría se identifica.
"Tener la Palabra de Dios en el idioma de tu corazón es muy significativo. Y a diferencia del pasado, donde la traducción de la Biblia era más una agenda de un organismo más grande, ahora la iglesia local toma la iniciativa y dice: 'Queremos la Biblia en el idioma de nuestro corazón, porque somos un grupo de creyentes aquí en este pequeño grupo lingüístico, y ahora estamos emocionados de tener la Biblia en nuestro idioma'. Así que eso cambió un poco el modelo", agregó.
Para los católicos, las traducciones de la Biblia deben ser aprobadas por el Vaticano o la Conferencia de Obispos correspondiente antes de que puedan publicarse.
¿Qué hace la IA?
Los correctores ortográficos para los principales idiomas como el inglés han existido durante un tiempo, pero para los idiomas con sólo unos pocos miles de hablantes, el software comercial de corrección ortográfica simplemente no existe, explicó Hermjakob.
El software de Greek Room puede escanear los borradores de traducción y buscar inconsistencias en la ortografía, marcándoselas al usuario. También puede escanear el texto y asegurarse de que la alineación de las palabras parezca correcta, y nuevamente puede señalar las inconsistencias al traductor.
Para una traducción larga y técnica como la Biblia, estas herramientas pueden ahorrar mucho tiempo y esfuerzo. No todo lo que marca la IA serán errores reales, pero proporcionará una lista útil de elementos a fin de que los traductores humanos los vean y discutan, señaló Mathew.
El software también puede presentar un "menú" de términos de otras traducciones en un esfuerzo por ayudar al traductor a elegir una palabra para los vocablos difíciles. El ejemplo que dio Hermjakob fue para la palabra "ariete" ("battering ram"), que no tiene equivalente en algunos idiomas. En este caso, las sugerencias del software pueden ayudar a los traductores a elegir una expresión en su idioma que tenga sentido.
Mathew y Hermjakob dejaron en claro que su programa no pretende ser una solución "todo en uno" para traducir la Biblia. El proceso requiere un pequeño equipo de hablantes nativos del idioma raro, idealmente cristianos, que también sepan un segundo idioma más común, como inglés o francés. El programa de computadora está diseñado para "aprender" de los hablantes nativos del idioma raro y podrá aprender más palabras y gramática cuanta más información se le dé.
"Por lo general, no haría este [trabajo de traducción] de forma aislada, lo haría en equipo y en asociación con un cuerpo local de creyentes, cristianos, de modo que generalmente haya una retroalimentación rápida sobre lo que se está redactando. De modo que el elemento humano para todos nosotros es extremadamente importante", continuó Mathew.
"Queremos involucrar a humanos, porque creo que hay un elemento cristiano en el que Dios le ha dado la palabra al hombre, y durante muchos años fue una tradición oral, no se tenía la palabra escrita. Por eso es importante contar con esa participación humana", agregó.
¿Qué sigue?
Además de obtener fondos de su universidad, el trabajo de Hermjakob y Mathew ha recibido el apoyo de una importante institución de traducción de la Biblia cristiana. Su objetivo es hacer que el software esté disponible de forma gratuita, de acuerdo con sus creencias cristianas de difundir la Palabra de Dios "a toda nación, tribu, lengua y pueblo" (Ap 14,6).
"Es mucho más que un proyecto académico para nosotros. También es un proyecto apasionante, en el que estamos emocionados de ver que se traducen Biblias. (…) Dios nos ha permitido ser parte de eso para su reino", comentó Mateo.
Hermjakob estuvo de acuerdo. "Si podemos apoyar el proceso de traducción de la Biblia, acelerar el control de calidad y ayudar a producir Biblias de mejor calidad, esa es suficiente recompensa para nosotros", afirmó.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.