Mons. Daniel Fernández, Obispo de Jujuy, provincia argentina que los últimos meses ha estado marcada por el conflicto social, llamó a conformar una mesa de diálogo y participación para resolver los problemas actuales.
En una entrevista radial con el programa Caminos de Encuentro, de la Oficina de Comunicación y Prensa de la Conferencia Episcopal Argentina, el Prelado se refirió a la situación dramática que se vive en el norte del país.
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Mons. Daniel Fernández dio a conocer también las distintas acciones que se llevan a cabo desde la Iglesia para contribuir a la pacificación.
En ese marco, se refirió al encuentro de referentes de la Pastoral Aborigen de la Diócesis de Jujuy y la Prelatura de Humahuaca, en el que estuvieron acompañados por el presidente de esa Comisión Episcopal.
Allí, explicó el Obispo, compartieron la preocupación por la reforma parcial de la Constitución de la provincia de Jujuy, con la que las comunidades originarias "han visto afectados sus derechos" y "reclaman por su atención".
"Ha sido un tiempo de deliberación para continuar acompañando, no sólo desde lo religioso y pastoral, sino también desde los aspectos legales, buscando caminos visibles para sus derechos", afirmó.
También mencionó el Encuentro Social que reunió el último fin de semana a los equipos de Pastoral Social de la región noroeste. Ese espacio, afirmó Mons. Fernández, "ha contribuido para ponernos al día sobre las diferentes realidades de los pueblos" y para "plantear los desafíos que tenemos por delante".
Consultado por el P. Máximo Jurcinovic, conductor del programa radial, sobre su punto de vista acerca de la situación en Jujuy, el Prelado admitió que "a raíz de esta reforma parcial de la Constitución provincial, mucha gente (...) sintió que sus derechos se veían vulnerados".
"Eso trajo una conmoción social, hechos de violencia muy fuertes desde el 20 de junio; después la acción del Estado para reprimir esos brotes de violencia", relató.
"Hay un tendal [gran cantidad] de sufrimiento, de dolor, que ha quedado a lo largo de la provincia", lamentó el Obispo.
En ese contexto, aseguró que la Iglesia se encuentra en conversación con las autoridades a fin de "pedir que haya una pacificación primero, para después tener una mesa de participación donde todos podamos aportar".
"Trabajamos por una pacificación, bajando niveles de conflicto; buscamos entonces una mesa de diálogo y participación, donde surjan voces comprometidas con la paz social", indicó.
En cuanto al rol puntual de la Iglesia, expresó: "Pienso a la Iglesia de Jujuy como el ámbito espiritual de oración, contención y confianza; donde en este caso, las partes que están en conflicto puedan encontrar la ayuda necesaria para poder resolver [los problemas] en el marco de un buen diálogo".
Lo que se busca, aseguró, es "un acercamiento que genere puentes de diálogo para acercar a las partes. Debemos ser cautelosos para poder ayudar a que las partes se den la mano", advirtió.
En cuanto a las demandas de los pueblos originarios, el Obispo de Jujuy consideró difícil comprender desde fuera los "reclamos ancestrales sobre la posesión de la tierra, para que no se contamine y se observe el cuidado sobre el agua como elemento vital".
"Los pueblos pelean por su supervivencia, su ligazón a la tierra", aseguró. "Por sus recursos, por sus lugares, por la tierra, por el agua y por el poder [hacer] oír su voz"
Respecto de lo sucedido en este tiempo de tensión social, el Prelado reconoció: "Hemos sentido la solidaridad, las oraciones; agradecemos cada oración".
"Tenemos esperanza en que este tiempo político, con racionalidad y lo mejor que hay en el corazón de cada uno, pueda llevarnos a un final honroso y digno, aun cuando lleve tiempo poder conseguirlo", concluyó.