El P. Benjamin Sellier, de la Arquidiócesis francesa de Cambrai, se suicidó la madrugada del 11 de julio, tras enterarse de que era investigado por el presunto abuso sexual contra una joven.
Según refiere un medio local, el presbítero de 47 años fue atropellado por un tren de carga alrededor de las 3:00 a.m. (hora local), en la región norte, cerca de la frontera con Bélgica.
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El medio francés informó que junto al cuerpo del P. Sellier se encontró una carta en la que reconoce el abuso, pero minimiza los hechos.
"Nuestra diócesis ha sufrido una trágica pérdida con la muerte del Padre Benjamin Sellier. Su muerte nos ha conmocionado y sumido en el dolor", señala una nota del Arzobispo de Cambrai, Mons. Vincent Dollmann, publicada el 13 de julio.
"La investigación sobre las circunstancias de su muerte confirma que se quitó la vida", precisa el texto.
La nota explica asimismo que el sacerdote, desde hace algunos meses, "era objeto de un procedimiento judicial a raíz de una denuncia por agresión sexual presentada por una joven y su familia. Estos procedimientos estaban amparados por el secreto sumario y por la presunción de inocencia a la que el Padre Benjamin Sellier tenía derecho como cualquier otra persona".
"A raíz de esta denuncia, se adoptaron medidas cautelares en colaboración con las autoridades judiciales, limitando su ministerio con los jóvenes", prosigue.
"Como obispo, mis pensamientos están con esta joven denunciante y su familia, con los feligreses y sacerdotes de la diócesis, y con la desconsolada familia del Padre Benjamin. Acojo la incomprensión y la confusión que pueden y podrán afectarnos a todos", subraya el Arzobispo.
Mons. Dollmann ofrece además su compasión y disponibilidad, así como las de sus vicarios generales. "Tomemos a pecho este tiempo de duelo. En esta prueba que atravesamos juntos, permanezcamos unidos en la oración", alienta.
"Cuidémonos mutuamente. ¡Que Dios venga en nuestra ayuda!", concluye el Prelado francés.
El P. Benjamin Sellier era originario de la localidad de Landrecies. Provenía de una familia católica y trabajó como director general de los servicios del ayuntamiento de Landrecies.
Fue ordenado sacerdote en 2015 y llegó a la localidad de Avesnes-sur-Helpe en 2020, donde realizaba su ministerio.