Al conmemorarse un nuevo aniversario de la Independencia argentina, se celebró en la ciudad de San Miguel de Tucumán el tradicional Tedeum. En el marco del año electoral y a 40 años del regreso de la democracia, el Arzobispo local llamó a recrear la política para superar las deudas sociales.
Asistieron a la celebración del Tedeum del 9 de julio, autoridades nacionales, provinciales y municipales, ante quienes Mons. Carlos Sánchez dirigió un mensaje sobre la realidad actual del país.
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El Arzobispo dio gracias a Dios por estos 207 años de la declaración de la Independencia y 40 años del retorno de la democracia, al tiempo que rezó "por nuestra querida Patria Argentina".
En su mensaje, pidió al Señor que ilumine a los gobernantes a fin de que actúen "para el bien de todos y cada uno de los argentinos", en pos de la concordia, la paz y la justicia.
"No hace falta describir la situación que sufren tantos tucumanos y argentinos, está a la vista de todos", admitió Mons. Sánchez.
En esa línea, enumeró realidades de "hermanos pobres, sin lo necesario para vivir, marginados, excluidos, en situación de extrema vulnerabilidad y denigración de su dignidad".
También mencionó las situaciones de "violencia, adicciones, manipulación, desesperanza, angustia".
Por eso, desde la tierra de la declaración de la Independencia Argentina clamó al Señor por alivio y fortaleza, y animó a los fieles a "volcar nuestros sufrimientos, aflicciones en Jesús", y recordó que en Él "encontramos alivio, esperanza, consuelo y compasión".
"Volvemos a contemplar la Casa Histórica donde se juró la Independencia, como símbolo que nos invita a ser más que habitantes y a constituirnos en ciudadanos comprometidos con la construcción del bien común, capaces de integrarnos como único pueblo", expresó.
"Necesitamos seguir creciendo como pueblo, superando la condición de mera multitud", afirmó.
En ese sentido, consideró que "la enfermedad de la multitud es el desconocimiento, el anonimato y la indiferencia".
"La multitud cae muy fácilmente en manos de prácticas demagógicas, presiones indebidas, como el clientelismo y la dádiva", de las que en esta sociedad "seguimos siendo cautivos", advirtió.
Por eso, llamó a ser "una democracia participativa, con la correspondiente pluralidad, no dejando a nadie afuera; afrontando las deudas pendientes de la democracia".
Entre esas deudas, mencionó las luchas contra la pobreza y la exclusión; la corrupción y la impunidad; el narcotráfico y la inseguridad.
También hizo referencia a la necesidad del acceso de todos a la salud y al agua potable, a la educación integral y al trabajo digno; el cuidado del medio ambiente; la ética y la transparencia en la cosa pública; la austeridad en la gestión del Estado, y el cambio en el sistema electoral.
Para ello, aseguró, "es importante recrear la política y el ejercicio del poder en clave de servicio" con el fin de alcanzar una democracia auténtica y representativa de los intereses del pueblo.
"Necesitamos verdaderos pasos de conversión", afirmó. Por eso, consideró importante "educar en el auténtico civismo, en los verdaderos valores de la democracia como servicio al bien común, la recuperación de la ética social, la legalidad y la moral pública".
"Construir una vida democrática de inclusión e integración requiere el compromiso de todos", concluyó, llamando a establecer "consensos fundamentales que se conviertan en referencias constantes para la vida de la Nación, y puedan subsistir más allá de los cambios de gobierno".
Curas villeros llamaron a los gobernantes a no olvidarse de los pobres
En esta fecha patria, los sacerdotes de la Pastoral de Villas y Barrios Populares también se hicieron presentes con la difusión de una carta en la que exhortan a no olvidarse de los más pobres.
Los "curas villeros" advirtieron que algunos sueños "siguen pendientes" desde el regreso de la democracia.
En especial, se refirieron a la pobreza, la precariedad en el trabajo y la vivienda, el flagelo del narcotráfico, las personas en situación de calle.
"La democracia no debe dejar a nadie afuera, debe incorporar a todos, especialmente a los rotos, hacerles lugar. ¡No dejemos que nos roben esa esperanza!", exclamaron.
En ese sentido, llamaron a una política de fraternidad y amistad social "arraigada en la vida del pueblo", y a buscar mecanismos "para garantizar a todas las personas una vida digna de llamarse humana".
En este tiempo electoral, reiteraron a los políticos: "No se olviden de las y los pobres".