Los famosos chocolates Ferrero Rocher tienen un profundo vínculo poco conocido con las apariciones de la Virgen María en Lourdes (Francia).
Se cuenta que Michele Ferrero, experto chocolatero y fundador de la marca, decidió llamarlos así en honor a la gruta de Rocher de Massabielle, un lugar en Lourdes donde la Virgen María se apareció a Santa Bernadette Soubirous. De hecho, en francés "rocher" significa gruta.
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El chocolate, conocido por su consistencia crocante, apareció en Italia en 1979 y se comercializó por otros países de Europa desde 1982.
En declaraciones a ACI Prensa, el P. Mauricio Elías, coordinador de habla hispana del Santuario en Lourdes, comentó que "Don Ferrero tenía mucha devoción a la Virgen de Lourdes, venía mucho a Lourdes y era un bienhechor".
"Según me dicen, trataba de traer a todos sus empleados a que peregrinaran a Lourdes", compartió el coordinador del recinto mariano.
"Era un hombre que venía siempre acá, tenía mucha devoción a la Virgen, se confesaba, llevaba vida cristiana", recordó. Michele Ferrero falleció el 14 de febrero de 2015, a los 89 años.
Poco tiempo antes de su muerte, una inundación afectó gravemente el santuario, compartió el sacerdote, y el empresario prometió "una gran donación para recuperar lo perdido".
El P. Elías señaló que los hijos de Ferrero cumplieron la promesa de su padre tras su muerte, y ayudaron a las reparaciones del santuario.
Las apariciones de Lourdes
La Virgen María se apareció 18 veces a Santa Bernadette entre el 11 de febrero y el 16 de julio de 1858, a las afueras de Lourdes, al sur de Francia, en la gruta de Massabielle.
En sus apariciones, Nuestra Señora hizo un llamado a la penitencia, la conversión, a rezar por los pecadores, vivir la pobreza, realizar procesiones a la gruta y construir una capilla en el lugar.
En la zona de las apariciones surgió milagrosamente un manantial el 25 de febrero de 1858, del cual brota agua hasta la fecha. A este líquido miles de peregrinos atribuyen milagrosas curaciones por intercesión de la Virgen.
En su decimosexta aparición, el 25 de marzo de 1858, la Madre del Cielo afirmó: "Yo soy la Inmaculada Concepción". Menos de cuatro años antes, el 8 de diciembre de 1854, el Papa Pío IX, con su bula Ineffabilis Deus, había declarado a la Inmaculada Concepción como un dogma de fe de la Iglesia Católica.
Nuestra Señora de Lourdes es considerada por la Iglesia como Patrona de los enfermos.