El representante de los jesuitas en Mallorca (España), Javier Montserrat, SJ, ha difundido un comunicado en el que expresa su condena y pide perdón por abusos contra una mujer por parte de dos religiosos durante 36 años.
En el texto expresa su "rotunda condena" por los hechos cometidos "por miembros de la orden cuya labor precisamente debería haber sido proteger a una persona vulnerable".
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Se refiere así a una mujer que padece un trastorno psíquico –con una incapacidad reconocida del 68%– que ha denunciado a dos religiosos jesuitas y un sacerdote diocesano.
Según informa el Diario de Aragón, la mujer sufriría la enfermedad a raíz de los abusos que padeció en su infancia a manos de su padre.
Los hechos se produjeron en diferentes espacios (un hospital, una parroquia, un despacho y un campamento). Según refiere este medio, los religiosos serían conocedores de los abusos previos sufridos en el ámbito familiar.
En el comunicado, los jesuitas piden perdón a la víctima tanto "por el grave sufrimiento personal y psíquico ocasionado" como "por no haber sabido proteger a una joven vinculada a nuestra pastoral".
Denuncia ante el Obispado en 2021
La víctima denunció el caso ante el Obispado de Mallorca en el año 2021. Según la nota de los jesuitas, "el provincial de España abrió dos procesos canónicos de investigación previa".
Los religiosos quedaron entonces "bajo supervisión de sus superiores", mientras que la delegada de "entornos seguros" de la Compañía se puso en contacto con la denunciante.
En junio de 2021, se impuso la "restricción de movilidad", así como la limitación completa de su actividad pastoral. Esto incluye la "prohibición de actividades con menores y adultos y obligación de ser sometidos a evaluación psicológica".
Según detalla la Compañía de Jesús, los dos acusados residen en comunidades "donde dichas medidas se pueden cumplir".
Los casos fueron remitidos a la Congregación para la Doctrina de la Fe. Uno de los acusados está a la espera de resolución, mientras que al otro se le ha impuesto "un precepto penal por el que adquieren firmeza las medidas cautelares".
Los dos jesuitas involucrados pertenecían a la comunidad del Colegio Montesión en Mallorca en el momento en que se iniciaron los hechos.
Uno de ellos, al conocerse la denuncia, fue apartado del centro educativo San Ignacio de la Compañía en Oviedo, donde estuvo destinado entre 2016 y 2021.
El Obispado de Mallorca suspendió del ejercicio público al sacerdote diocesano involucrado y lo mantiene bajo seguimiento psicológico y una "seria dirección espiritual", según apunta el Diario de Mallorca.
El pasado mes de junio, la víctima presentó el caso también ante la justicia ordinaria.