La científica mexicana Carmen Félix Chaldez reveló cómo rechazó el aborto y pudo salvar su embarazo gracias a su fe en Dios: "Yo le quería dar esa oportunidad de vivir al niño, aún sabiendo que estaba en riesgo yo".
Ante los riesgos del embarazo, recordó, "los médicos rápidamente me informaron que tenía que abortar". En esa circunstancia, dijo, "inmediatamente recurrí a Dios".
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Carmen Félix Chaldez es la primera astronauta análoga de México. Su trabajo consiste en participar en simulaciones sobre la superficie terrestre de eventuales viajes al espacio.
Félix Chaldez es además candidata a científico-astronauta por el Instituto Internacional de Ciencias Aeronáuticas (IIAS, por sus siglas en inglés) para una misión espacial a Marte.
Junto a sus estudios en Ingeniería Electrónica y Telecomunicaciones, tiene una maestría en Ciencias Espaciales.
Carmen Félix Chaldez. Crédito: Cortesía.
En declaraciones a ACI Prensa, la científica aeroespacial recordó respecto a su segunda gestación, del pequeño Gabriel: "Me dijeron que las posibilidades de llevar a término el embarazo eran muy bajas y que tanto mi vida como la de mi bebé estaban en peligro".
"Los médicos me dijeron que tenía el útero abierto, una situación que podía llevar a un parto prematuro o incluso a la pérdida de mi bebé. Me hablaron de condiciones como daño cerebral o parálisis".
A pesar de este pronóstico desalentador, ella se mantuvo firme en su fe y decidió luchar, y se dijo: "Le voy a dar la mayor oportunidad a este niño de sobrevivir, de que viva. Voy a poner todo de mi parte, voy a investigar, voy a ir con los doctores que tenga que ir".
"Yo soy católica, vengo de una familia católica. Creo que hay mucha gente que piensa que la ciencia y la religión están divididas. Yo creo que se complementan", destacó la científica mexicana.
"Siempre he creído que hay muchas cosas que la ciencia puede explicar", aseguró, pero "Dios siempre está en cada paso de la creación".
Sobre su embarazo, recordó: "Todos me decían que abortar era la única opción, que tenía que abortar y ya luego ver si me embarazaba de nuevo". Además, que "tenía que pensar en qué pasaría con mi otro hijo. Fueron momentos de muchísimo estrés".
Al final, su bebé nació sano, algo que ella atribuye tanto a los avances médicos como a su confianza en Dios, pues tuvo "que luchar contra los doctores".
"Pero logramos convencer a los doctores de que en el momento adecuado hicieran la cirugía. No fue fácil, porque tampoco querían hacer la cirugía, pero todo salió bien".
"Me agarré de la fe, de la oración de mi familia y de personas cercanas a mi familia que se enteraron. Me llegó una virgencita de Fátima viajera y le pedí que estuviera conmigo y con el niño", señaló.