El Arzobispo de Valladolid (España), Mons. Luis Argüello, invita a tener en cuenta cuatro grandes asuntos ante la celebración de elecciones generales el próximo 23 de julio.
En una carta titulada Una nueva llamada a las urnas, el Prelado recuerda a los ciudadanos ante los próximos comicios que "no es legítimo mirar hacia otro lado".
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Además, pide caer en la cuenta de que la participación en la vida política "no se acaba cuando depositamos nuestra papeleta en una urna, sino que debe ser un compromiso mantenido" en la vida ordinaria.
Antes de enumerar los asuntos que a juicio del arzobispo "merecen una especial atención", se dirige a los candidatos para pedirles "que nos traten como personas adultas" y que no persigan "comprar nuestro voto con promesas".
"Invierno demográfico"
Mons. Argüello pone el foco en "este drama que los sociólogos denominan invierno demográfico" que afecta de forma especial a España.
Este concepto fue acuñado por el sacerdote belga P. Michel Schooyans para referirse a la situación en la que se produce un envejecimiento y un descenso drástico de la población.
En España la edad media de la población se sitúa en los 44 años y el número medio de hijos por mujer es de 1,09, según el Instituto Nacional de Estadística.
En este contexto, el Arzobispo invita a conocer "cuáles son las propuestas para favorecer la vida; qué comprensión de la persona, de la diferencia sexual, se tiene; qué valor se da a la paternidad y la maternidad; cuáles son las circunstancias de vivienda o las condiciones laborales que pueden favorecer o dificultar la natalidad".
Estado del bienestar
En segundo lugar, el Prelado propone prestar atención a la situación del Estado del bienestar, un asunto que a su juicio tiene "mucha repercusión" en diversos ambientes, entre ellos la educación, la sanidad y los servicios sociales.
El Arzobispo de Valladolid recomienda a los españoles interesarse por las propuestas de los partidos y, en concreto, por el papel que se da a la iniciativa social para poder intervenir en el campo público.
A juicio de Mons. Argüello, "es imprescindible que las propuestas de las administraciones públicas y las de la iniciativa social converjan" para que haya un verdadero Estado del bienestar.
Salud democrática
El tercer "gran asunto" citado por el Arzobispo de Valladolid se refiere a la salud democrática y, en concreto, a lo referido a la organización del Poder Judicial y a "asegurar la independencia de los jueces", una cuestión que considera "de gran importancia".
Por otro lado, el Prelado se fija en "la articulación entre las diversas administraciones públicas" en una nación, la española, cuya Constitución "reconoce en su seno nacionalidades y regiones".
Esas diferencias deben conjugarse "con el criterio del bien común que asegure la equidad entre todos los ciudadanos, cualquiera que sea el lugar donde habitemos".
Puntos de alarma en la vida social
Mons. Argüello pide además prestar atención a los que llama "puntos de alarma de la vida social en los que está seguramente concentrado el sufrimiento de muchos".
Entre ellos se encuentra el reto de la acogida de inmigrantes "desde su derecho a no salir de sus países". Para ello considera necesario "abordar la situación económica y política" de las naciones de origen "hasta su acogida en nuestro entorno".
Entre las realidades "alarmantes", el Prelado se refiere a "las diversas violencias".
Entre ellas incluye el suicidio, los accidentes laborales y los homicidios, que resuenan "de manera singularmente dramática cuando acontecen entre personas que han mantenido vínculos afectivos".
El último "punto de alarma" que subraya el Prelado es lo referido a la salud mental, pues entiende que "hace falta una respuesta a la altura del desafío que nos plantean estos asuntos ahora y en el futuro".
El Arzobispo de Valladolid concluye su carta recordando a los ciudadanos que "no podemos esperarlo todo de la política. Hay vida social, vida cultural, vida relacional más allá".
A los políticos, por su lado, les pide: "No quieran solucionar todos los problemas de la existencia", pues algunos se deben abordar "desde categorías diferentes al corto, al medio o al largo plazo, como las que tienen que ver con el sentido de la vida o bien con la dimensión religiosa de la existencia".