El informe anual del Óbolo de San Pedro revela que durante el año 2022 fueron donados 107 millones de euros, de los cuales 95,5 fueron destinados a sostener la misión apostólica del Papa. En 2021 recaudó 47 millones de euros.
En los días previos a la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, que se celebra el 29 de junio, en la mayoría de las parroquias se realiza la convocatoria para la colecta del Óbolo de San Pedro.
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Según explica el sitio web del Vaticano, el Óbolo de San Pedro es "una ayuda económica" que los fieles ofrecen al Santo Padre "como una expresión de apoyo" para las necesidades de la Iglesia en el mundo y las obras de caridad que esta realiza.
La colecta se lleva a cabo en todas las diócesis en la "Jornada mundial de la caridad del Papa", cada 29 de junio o el domingo más próximo a la Solemnidad de San Pedro y San Pablo.
El reciente informe precisa que los gastos del año 2022 fueron 95,5 millones de euros. Entre las diferentes donaciones, que proceden desde las diócesis, de donantes privados, órdenes religiosas o fundaciones, se recaudó un total de 107 millones.
Las donaciones recibidas de las diócesis supusieron 27,4 millones de euros, seguidas de las fundaciones, con 12,6 millones de euros.
Estados Unidos se convierte en el país que más cantidad donó, con 11 millones de euros (25,3%), seguido de Corea del Sur (8%), Italia (6,7%), Brasil (3,4%) y Alemania (3%).
Las contribuciones concedidas apoyan las actividades de los dicasterios, entidades y organismos de la Santa Sede, así como la promoción "de iniciativas caritativas en favor de los necesitados".
Desde el Óbolo se entregaron 77,6 millones de euros para apoyar las actividades promovidas por la Santa Sede y llevar a cabo la misión apostólica del Santo Padre. Además, 16,2 millones de euros se utilizaron para proyectos de asistencia directa a los más vulnerables.
Entre los grupos que recibieron estas ayudas se encuentran las personas y familias necesitadas, migrantes y refugiados, diócesis, parroquias, institutos religiosos y poblaciones afectadas por desastres naturales o conflictos, especialmente la guerra en Ucrania.
Los proyectos se distribuyeron en 72 países, siendo África el continente más beneficiado. Parte del dinero recaudado ha servido para construir un centro médico en Perú, una escuela para inmigrantes en Vietnam o salas de maternidad y pediatría en Haití.
El informe recuerda que estas contribuciones también favorecen la misión apostólica del Santo Padre, que incluye actividades como el anuncio del Evangelio, la promoción del desarrollo humano, la formación de sacerdotes, los esfuerzos diplomáticos por la paz y el fomento de la fraternidad entre los pueblos.
Asimismo, el Óbolo donó 77,6 millones de euros a los 70 dicasterios de la Santa Sede y entidades reunidas en el Grupo de Misión Apostólica, que realizan actividades como el apoyo a las Iglesias locales en dificultades, la evangelización, la difusión de mensajes, el servicio caritativo o las nunciaturas apostólicas.