El Obispo de Nanterre (Francia), Mons. Matthieu Rougé, envió sus "sinceras condolencias a la madre y a la familia de Nahel", el adolescente de 17 años que murió el martes 27 de junio por los tiros de un policía cerca de París y que amenaza con encender las barriadas francesas.
"Escuchamos el sufrimiento y la rabia que se expresan y ofrecemos nuestras sinceras condolencias a la madre y a la familia de Nahel, aunque también afirmamos con una sola voz que la violencia nunca es un buen camino", se lee en la carta de Mons. Rougé firmada el 29 de junio.
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Este jueves, después de dos noches de enfrentamientos entre las autoridades y los habitantes de varios suburbios de París, más de 6.000 personas se reunieron para rendirle homenaje a Nahel.
"Como líderes religiosos de la ciudad de Nanterre y comprometidos desde hace mucho tiempo con la fraternidad, deseamos hacer un llamamiento conjunto, en estos tiempos difíciles para nuestra ciudad y nuestro país, en favor del diálogo y la paz", escribió el obispo en su llamamiento también en representación de la asociación Fraternité Amicale Interreligieuse de Nanterre.
Una marcha 'blanca' -según la agencia France 24- en la ciudad de Nanterre en homenaje a Nahel, el adolescente de 17 años asesinado por un policía, reunió el jueves 29 de junio a varios miles de personas en un ambiente tranquilo, antes de que estallaran enfrentamientos al margen de la procesión, reflejo de las altas tensiones que persisten dos días después de la tragedia.
"Hacemos un llamamiento a todos los creyentes para que sean servidores de la paz y todos estamos disponibles para contribuir a ello", añadió el prelado francés respecto a las protestas que han superado el nivel de violencia de las precedentes ocurridas hace 18 años.
En el año 2005, París fue testigo de una serie de protestas masivas que se desencadenaron principalmente en los suburbios de la ciudad.
Estas protestas fueron impulsadas principalmente por jóvenes de origen inmigrante y de bajos recursos, y estallaron después de la muerte de dos adolescentes, Zyed Benna y Bouna Traoré, quienes fueron electrocutados en un transformador eléctrico mientras huían de la policía.