El Papa Francisco explicó este jueves 29 de junio que San Pedro no es "un superhombre", sino que es un hombre "que dice 'sí' a Jesús con generosidad".
En la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, el Papa se asomó a la ventana del estudio del Palacio Apostólico Vaticano para recitar el Ángelus con los peregrinos y fieles congregados en la Plaza de San Pedro.
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El Apóstol Pedro, sostuvo el Papa, "no es un superhombre: es un hombre como nosotros, como uno de nosotros, que dice "sí" a Jesús con generosidad en su imperfección. Pero también en él -como en Pablo y en todos los santos- aparece que es Dios quien nos hace fuertes con su gracia, nos une con su caridad y nos perdona con su misericordia".
En sus palabras previas al rezo del Ángelus, el Papa Francisco reflexionó sobre el Evangelio en el que Jesús dice a Simón: "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia" (Mt. 16,18).
En la Plaza de San Pedro a medio día en el Vaticano, el Santo Padre afirmó que "San Pedro es un nombre que tiene varios significados: puede significar roca, piedra o simplemente piedrita".
El Pontífice expresó que "en Pedro está todo esto: la fuerza de la roca, la fiabilidad de la piedra y la pequeñez de una simple piedrita".
Señaló que es "con esta humanidad verdadera con la que el Espíritu forma la Iglesia. Pedro y Pablo eran personas reales, y nosotros, hoy más que nunca, necesitamos personas reales".
Pedro es auténtico y generoso
"Pedro es una roca: en muchos momentos se muestra fuerte y firme, auténtico y generoso. Lo deja todo para seguir a Jesús, lo reconoce como Cristo, el Hijo de Dios vivo, se sumerge en el mar para ir rápidamente al encuentro del Resucitado", destacó.
Describió que el Apóstol "con franqueza y valentía, proclama a Jesús en el Templo, antes y después de ser arrestado y azotado. La tradición nos habla también de su firmeza ante el martirio", que tuvo lugar en Roma.
De esta manera, Pedro "es una roca y también una piedra, apta para ofrecer apoyo a los demás: una piedra que, cimentada en Cristo, sirve de apoyo a los hermanos para la edificación de la Iglesia".
Asimismo, "se preocupa por los que sufren; promueve y anima el anuncio común del Evangelio. Es una 'piedra', es un punto de referencia fiable para toda la comunidad", constató.
"La pequeñez" en San Pedro
En el retrato que hace el Papa Francisco de San Pedro indicó que "es también una piedrita: a menudo emerge su pequeñez".
Explicó que "a veces no comprende lo que hace Jesús; ante su arresto, se deja vencer por el miedo y lo niega, luego se arrepiente y llora amargamente, pero no encuentra el valor de permanecer bajo la cruz".
Pedro "se esconde con los demás en el cenáculo, por miedo a ser apresado. En Antioquía se avergüenza de estar con los paganos convertidos -y Pablo le pide coherencia al respecto".
El Santo Padre rememoró que, según la tradición del Quo vadis, Pedro "intenta huir ante el martirio, pero se encuentra con Jesús en el camino y encuentra el valor para volver atrás".
En su alocución alentó a cuestionarse: "¿Hay en nosotros ardor, celo, pasión por el Señor y por el Evangelio, o es algo que se desmorona fácilmente? Y luego, ¿somos piedras, no piedras de tropiezo, sino piedras de construcción para la Iglesia? ¿Trabajamos por la unidad, nos interesamos por los demás, especialmente por los más débiles?".
Para concluir reiteró, pensando en la "piedrita": "¿Somos conscientes de nuestra pequeñez? Y sobre todo: en nuestras debilidades, ¿nos confiamos al Señor, que realiza grandes cosas con los que son humildes y sinceros?".
El Santo Padre rogó para que "María, Reina de los Apóstoles", nos ayude "a imitar la fortaleza, generosidad y humildad de los santos Pedro y Pablo".
La paz de Ucrania
Tras el Ángelus, dirigió un cordial saludo y felicitación al pueblo de Roma, en la fiesta de los santos patronos Pedro y Pablo.
Aprovechó la ocasión para agradecer a la Asociación "Pro Loco di Roma", que organizó la "histórica exhibición floral, creada por los Maestros floristeros" de varias regiones de Italia y que ya va por su décima edición.
"Se han colocado hermosas alfombras florales inspiradas en la paz y esto nos dice que no nos cansemos de rezar por la paz, especialmente por el pueblo ucraniano, que está cada día en mi corazón", expresó el Papa Francisco.
Por otro lado, el Pontífice renovó sus saludos "a la Delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, que ha participado en la celebración de hoy, y envío un abrazo a mi querido Hermano, Su Santidad Bartolomé".
Entretanto, el Papa saludó a los fieles que han venido "a festejar a los arzobispos metropolitanos", para quienes bendijo esta mañana los palios.
También tuvo palabras de afecto dirigidas "a los grupos de Brasil, Croacia, México, Nicaragua, Polonia, Estados Unidos de América y de diversos lugares de Italia".
"Les deseo a todos una buena fiesta y, por favor, no se olviden de rezar por mí. ¡Buen provecho y hasta luego!", concluyó.