Convocadas por la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), las diferentes diócesis del país dedicaron las Misas del sábado 24 y domingo 25 de junio para rezar por la paz y la justicia, en un contexto de tensión social que afecta de manera especial a la provincia de Jujuy.
En las últimas semanas, al conflicto entre el gremio docente y el gobierno provincial por el reclamo salarial se sumaron las movilizaciones de algunos sectores de la población en contra de la reforma de la Constitución de Jujuy.
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El descontento de los distintos grupos se centra en algunos artículos que afectan los derechos de los pueblos originarios sobre las tierras y otros que limitan el derecho a la protesta social.
La aprobación y puesta en vigencia de la nueva Carta Magna provocó que los reclamos se intensificaran, incluyendo enfrentamientos con la Policía y disturbios en la capital jujeña.
En ese marco, el Obispo de Jujuy, Mons César Daniel Fernández, presidió este domingo la Eucaristía en el Santuario de la Virgen de Río Blanco y Paypaya, patrona de los jujeños, para pedir por la paz.
La Misa estuvo concelebrada por el Obispo de la Prelatura de Humahuaca, Mons. Félix Paredes Cruz.
En la homilía, Mons. Fernández llamó a "pedir por el restablecimiento de la paz y el imperio de la justicia después de los difíciles momentos" que les tocó vivir en los últimos días.
Tomando las palabras de los obispos de la CEA, lamentó que los argentinos vuelvan a enfrentarse "bajo el signo de la violencia". Además, reiteró el llamado a "construir puentes a recorrer para encontrarnos y no dinamitarlos".
"Todo se puede lograr con el diálogo y todo se pierde cuando la palabra cede el paso a la violencia", recordó, animando a hacer lugar "a las distintas voces de los actores" de la vida social".
El obispo expresó su confianza en que el Señor pueda "pacificar nuestros corazones" y pidió la intercesión de la Virgen para "el restablecimiento de la justicia y la paz", así como "el reencuentro entre hermanos".
"Han salido a la luz justos reclamos y postergaciones de diversos sectores de nuestra sociedad: docentes, trabajadores estatales y también el justo reclamo de inclusión y participación de nuestros pueblos originarios", reconoció el prelado.
"Detrás de cada uno de ellos hay situaciones muy dolorosas e historias de vida y de lucha que nos tenemos que detener a contemplar y considerar", alentó.
En ese sentido, llamó a dejar atrás "el tendal de piedras" para sentarse a "construir la amistad social y la fraternidad entre todos nosotros".
Y aunque admitió que la primera responsabilidad es de los gobernantes, aseguró que "en este empeño debemos estar todos alineados".
"La historia nos pone ante un desafío único: de este momento podemos salir fortalecidos o podemos ahondar las diferencias y las exclusiones", sostuvo el obispo.
"Debemos empezar por acercarnos para curar y sanar a los más débiles para sumarlos a la mesa familiar de la vida democrática, donde todos tenemos un lugar y nadie queda fuera", añadió.
Por eso, llamó a acuerdos y políticas adecuadas, que lleven a "un proyecto de desarrollo inclusivo que nos devuelva la esperanza de llegar a ser aquella gran Nación que soñaron nuestros próceres".
Finalmente, con una oración a la Virgen, llamó a los fieles a "dejar en el corazón de nuestra Madre lo que tenemos guardado en el fondo de nuestro corazón".
Los obispos también rezaron por la justicia en la hermana provincia del Chaco, que vive momentos dramáticos ante la desaparición de la joven Cecilia Strzyzowski, vista por última vez el 1 de junio.
La causa tiene varios detenidos, entre ellos el marido y los suegros de la mujer, acusados de homicidio. Mientras la Policía trabaja para esclarecer los hechos y lleva a cabo rastrillajes en busca de su cuerpo, los chaqueños realizan marchas en reclamo de verdad y justicia.