Camino
al gran encuentro del Papa Juan Pablo II con los
Movimientos, presentamos información general de
los movimientos internacionales involucrados en
la organización del evento.
Además.....
Schoenstatt
Schoenstatt
-lugar bello en alemán- es el nombre de un valle
en el que se encuentra el centro mundial de este
movimiento nacido en el seno de la Iglesia.
Fue
fundador el Padre José Kentenich, quien se caracterizó
por un marcado amor a la Iglesia, de la cual la
Virgen María es Madre y prototipo. Se siente y quiere
ser parte viva de ella y colaborar activamente en
la realización de su misión posconciliar. Su carácter
mariano lo lleva a fomentar la unidad de la Iglesia.
Así,
uno de los carismas de este movimiento que agrupa
a numerosas asociaciones consisten en "acoger
y dejarse fecundar por la vida que Dios suscita
en otras comunidades y movimientos eclesiales. Busca
así aunar fuerzas y fomentar su coordinación para
que la Iglesia entera sea alma del mundo nuevo".
El
Movimiento de Schoenstatt cuenta con diversos tipos
de comunidades de acuerdo a la forma y grado del
compromiso apostólico, comunitario y de autoformación
de sus miembros.
Una
de las notas características del movimiento es la
de construir casas del movimiento y santuarios marianos
-filiales del que se encuentra en Alemania-.
Misión
de Schoenstatt
Schoenstatt
como movimiento, tiene tres objetivos fundamentales,
encuadrados en el objetivo básico de ser un movimiento
de educadores y educación religioso-moral. Sin dejar
de aportar elementos teológicos y filosóficos, el
desarrollo de Schoenstatt lo ha caracterizado como
un movimiento de educación integral de la fe que,
como lo decía el Padre José Kentenich, quiere hacer
de "enlace entre la teoría y la praxis".
Así,
se propone forjar: una nueva comunidad basada en
hombres nuevos, que vivan la unión entre fe y vida
e integren lo humano y religioso, y que incentiven
la coordinación de todas las fuerzas apostólicas,
de la Iglesia para responder así a los requerimientos
de los tiempos.
Presencia
Schoenstatt
se encuentra en todos los continentes del mundo
y actualmente desarrolla su presencia en Sud Africa,
Tanzania Argentina , Bolivia, Brasil, Chile, Canadá,
Colombia, República Dominicana, Ecuador, México,
Paraguay, Perú, Puerto Rico, Estados Unidos, Uruguay,
India, Israel, Austria, Bélgica, República Checa
Francia, Alemania, Hungría, Polonia, Italia, Polonia
Portugal, España, Suiza, Reino Unido, Ucrania y
Australia
La
Comunidad del Emmanuel y la Fraternidad de Jesús
La
Comunidad del Emmanuel es una asociación de fieles
surgida en Francia en el marco de una espiritualidad
centrada en la intensa apertura a la acción del
Espíritu Santo, con el fin de reunir todos los estados
de vida con el deseo de comprometerse a una vida
contemplativa y apostólica a la vez, en el seno
de la Iglesia Católica.
EMMANUEL
significa "Dios con nosotros", es decir,
presente en la vida de cada día. Significa, por
tanto, reconocer a Jesús como el centro de la vida
para "estar en el mundo sin ser del mundo".
Miembros
La
Comunidad reúne a miembros de todos los estados
de vida:
-
Laicos, casados/as o solteros/as
-
Hombres y mujeres comprometidos en el celibato por
el Reino
-
Diáconos permanentes
-
Sacerdotes
-
Diáconos preparándose al sacerdocio
-
Seminaristas
-
Religiosos y religiosas.
Espiritualidad
Todos
los miembros se reconocen mutuamente como hermanos
y hermanas en Cristo, compartiendo una misma llamada
a santificación y al anuncio del Evangelio. Para
ello, se comprometen a formar juntos una misma Comunidad
prometiéndose una asistencia mutua fraterna tanto
material como espiritual, dirigida hacia la vida
de santificación y al anuncio del Reino de Dios.
La
gracia más intensa de la Comunidad viene de la Adoración
Eucarística. De esta adoración nace la Compasión hacia todos los hombres que mueren de hambre
material o espiritualmente. De esta compasión nace
la sed de Evangelizar en el mundo entero
y particularmente a los más pobres.
Las
gracias de la adoración, compasión y evangelización,
hacia las que se dirige la Comunidad, se reciben
en los sacramentos - especialmente en la Eucaristía
y en la Reconciliación -, en la oración personal
y comunitaria, en la apertura del corazón al
Espíritu
Santo, y en la confianza a la Virgen María, Madre
del Emmanuel.
La
Fraternidad de Jesús
De
entre los miembros católicos de la Comunidad del
Emmanuel, algunos pueden recibir una llamada más
radical. En el corazón mismo de la Comunidad, la
Fraternidad de Jesús propone un don personal por
medio de un compromiso (Consagración) más firme
de fidelidad a la Iglesia y de disponibilidad a
la misión en el contexto comunitario.
La
Consagración en la Fraternidad de Jesús es una renovación
voluntaria de la consagración de los bautizados
como a un don total para un compromiso de disponibilidad
al Señor, la Iglesia y la evangelización.
Por
medio de la vida fraterna y las actividades conjuntas,
la comunidad se propone la santificación de sus
miembros así como la participación en la "finalidad
apostólica general de la Iglesia". Esta participación
en la misión de la Iglesia asocia la Comunidad a
la evangelización de los creyentes y de los no creyentes,
de las personas y de la cultura, al servicio de
los enfermos y de los pobres, a la promoción humana
y espiritual, familiar y social.
Todas
estas actividades, aun las culturales, caritativas
o sociales, se hacen explícitamente en el nombre
de Jesucristo, y van acompañadas del anuncio de
la Buena Nueva. Están iluminadas por la enseñanza
de la Iglesia, en la sumisión, llena de confianza,
al magisterio y en la adhesión a la fe de la Iglesia
Católica.
Los
miembros de la Comunidad nos comprometemos, siempre
que sea posible a: un largo tiempo de adoración
cada día, la participación diaria en la Eucaristía,
una oración diaria de alabanza gozosa, y a recibir
con frecuencia el Sacramento de la Reconciliación.
Las
comunidades están formadas por grupos de entre 5
y 10 miembros de la Comunidad que se encuentran
regularmente para el compartir fraterno, la santificación
y la vida apostólica. Una vez al mes todos los miembros
de la Comunidad participan en un fin de semana comunitario.
La Comunidad ofrece a sus miembros un programa de
vida y de formación comunitaria con medios formativos
propios. Esta formación es bíblica, teológica y
espiritual, hecha según el espíritu del Concilio
Vaticano II, y de manera general, de acuerdo con
las enseñanzas de la Iglesia. Profundiza también
en la vida mística de contemplación y de acción
según el carisma propio del Emmanuel.
Apostolado
y solidaridad
Según
sus posibilidades, y las necesidades de las familias,
cada cual entrega un diezmo razonable, fijado
de acuerdo con la Comunidad. La Comunidad es totalmente
misionera. Algunos miembros podrán, si lo piden
o en todo caso con libre aceptación, ser enviados
a diócesis o fuera de su país de origen en espíritu
de misión. La Comunidad ha aceptado diversas tareas
de servicio eclesial, desde la atención espiritual
del gran santuario francés de Paray-le-Monial, hasta
la atención y recuperación de adictos.
La
Renovación Carismática Católica
La
Renovción Carismática Católica es un movimiento
genérico que acoge a diversas asociaciones inspiradas
en sus grandes líneas espirituales.
El
Movimiento comenzó en 1967 cuando estudiantes y
profesores de teología de la universidad de Duquesne
en Estados Unidos para orar inspirados en la espiritualidad
de Pentecostés. Para 1990, el movimiento afirma
contar con millones de miembros alrededor del mundo
y con representación oficial en 120 países.
El
Movimiento se inspira, según sus líderes, en la
oración del Papa Juan XXIII: "Oh Espíritu Santo,
derrama la plenitud de tus dones , renueva tus maravillas
en este día mediante un nuevo Pentecostés".
La
espiritualidad del movimiento no sólo es la renovación
de los carismas que se encuentran descritos en la
el capítulo 12 de la Carta del Apóstol San Pablo
a los Corintios, sino que se centra en la renovación
del compromiso individual a la persona de Jesucristo.
Este
compromiso es visto como el centro de la verdadera
renovación, que se inicia con la unción con la presencia
del Espíritu Santo, llamado algunas veces "Bautismo
en el Espírtu Santo". Esto sucede cuando los
individuos le piden a Jesucristo, quien es el que
envía al Espíritu Santo, que avive el don del Espíritu
en sus corazones.
Esto
implica la renovación ante todo de los dones recibidos
en los sacramentos del bautismo y la confirmación,
que se traduce en el encuentro de una fuerza nueva
en la oración, un amor renovado a la Escritura,
y un nuevo y más profundo aprecio a la Iglesia,
a la liturgia y a los sacramentos.
Aprobación
y Carisma
El
primer respaldo pontificio a la Renovación llegó
de parte del Papa Paulo V, que en 1975 le pidió
realizar su encuentro anual en Roma. El Papa Juan
Pablo II también ha manifestado su confianza por
los frutos del movimiento.
El
Carisma de la Renovación se manifiesta en "elementos
de la Buena nueva que son prioritarios y no opcionales":
la alianza de Amor con el Padre, el Señorío de Jesús,
el poder del Espíritu, la vida sacramental y comunitaria,
la oraciónm, los carismas y la necesidad de la Evangelización.
Y
dado que la Renovación se considera en el corazón
de la Iglesia, descubre que parte de su propia misión
es tener un papel en la renovación de la vida parroquial.
De la misma manera, se considera que, colectivamente,
los 7 dones del Espíritu por los que el miembro
de la Renovación suplica, están encaminados a la
edificación del Pueblo de Dios.
Oración
La
experiencia carismática se expresa de forma especial
en los grupos de oración. Los encuentros de oración
tienen como objetivo principal dar gloria a Dios
Padre a través de Jesucristo mediante oraciones
expontáneas y cantos. EL ritmo de los encuentros
es marcado puntualmente con lecturas de la Escritura,
compartir y oraciones sobre necesidades particulares
de los individuos. En tales encuentros, los carismas
auténticos son ejercidos, aunque no cumplen un papel
fundamental en la reunión de oración.
El
Movimiento de Vida Cristiana
El
Movimiento de Vida Cristiana (MVC) nació en Lima
(Perú) en 1985 como la unión de un conjunto de iniciativas
apostólicas surgidas en torno al Sodalicio
de Vida Cristiana y otros grupos cercanos a
su acción. Luis Fernando Figari, fundador
del Sodalicio, concibió la idea de asociar las iniciativas
en un movimiento eclesial. El crecimiento y maduración
del MVC llegó a un punto decisivo en 1994, cuando la
Santa Sede lo reconoció como Asociación Internacional
Privada de Fieles de Derecho Pontificio.
Actualmente
existen comunidades de emevecistas en diversos países
de América y de
Europa aunque el movimiento está oficialmente establecido
en Perú, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador,
Chile y los Estados Unidos.
Espiritualidad
Inspirado
en el Concilio Vaticano II, el MVC descubre
su vocación eclesial a la santidad, al
apostolado y al servicio.
En la santidad de la Iglesia, el Señor
invita a todos los bautizados a ser santos, acercándose,
en su propio estado de vida, a la plenitud de la
vida cristiana. El apostolado es
entendido como consecuencia del dinamismo propio
del Bautismo, que por la reconciliación en el Señor
Jesús destina a los fieles, según la propia
condición y oficio, al anuncio del Evangelio del
Señor a todos y a trabajar por que las estructuras
de la convivencia humana y la cultura se edifiquen
en espíritu evangélico. Además, el Plan de Dios
manifiesta en la persona misma del Señor Jesús,
Siervo de Dios y en la vida y misión de María, la
«sierva del Señor», la dimensión de servicio
a Dios y a los hombres.
Identidad Latinoamericana
El
MVC nace en América Latina, donde descubre
la impostación latinoamericana de esa vocación a
la santidad, al apostolado y al servicio a Dios
y a los hermanos concretos, especialmente a los
jóvenes y a los pobres, vocación que asume y busca
encarnar. Esta vocación lo lleva a vivir intensamente
el compromiso por evangelizar la cultura e inculturar
el Evangelio.
Además, Ante las rupturas que se hacen presentes
en la vida de hombres y pueblos el MVC se compromete,
en un esfuerzo permanente, a vivir y difundir el
don de la reconciliación traída por el Señor
Jesús. Junto con el Papa Juan Pablo II, considera
la reconciliación como «tema central en la tarea
de la Iglesia», y como camino de aproximación a
todo el misterio de Cristo desde una dimensión de
plenitud y totalidad. Así, los miembros del
MVC aspiran a superar toda separación entre fe y
vida convencidos de que, como María, se debe vivir
una espiritualidad profundamente
encarnada en la vida cotidiana.
La espiritualidad del MVC se expresa en el lema:
«Por Cristo a María; por María más plenamente
al Señor Jesús». En la Madre del Señor ve el
modelo por excelencia de vida cristiana y de fidelidad
al designio divino.
Comunidad
y formación
El
MVC aspira a ser un espacio comunitario de encuentro
con el Señor Jesús que facilite una auténtica y
comprometida vida cristiana que se proyecte bajo
la guía de Santa María en la vida testimonial, el
anuncio de la fe y la promoción humana a la luz
del Evangelio y la enseñanza de la Iglesia. Su identidad
está sellada por su vocación al apostolado, núcleo
de su vida y proyección, en el marco de comunidades
en las que los miembros se nutren de la verdad,
experimentan la comunión y maduran integralmente
como personas. Los medios de los que se vale el
MVC pare alcanzar sus fines son todos aquellos que
responden al espíritu evangélico y a la fidelidad
a la Iglesia; pero destacan de manera especial:
-
La fidelidad personal a la consagración y promesas
del Bautismo y de la Confirmación
-
La participación activa en la Sagrada Liturgia,
en especial en la Eucaristía y en el sacramento
de la Reconciliación.
-
La conformación con el Señor Jesús, Hijo de María
-
El amor filial a María, que conduce al hombre a
recuperar la plena semejanza con el Señor Jesús.
- La devoción a la Inmaculada Concepción de la Madre
del Señor, y el rezo del Rosario.
-
La lectura oyente de la Palabra de Dios en espíritu
de oración,buscando descubrir en Ella
orientaciones para la vida, así como una instancia
crítica de los proyectos humanos.
- El ejercicio de la presencia de Dios y el examen
continuo de intenciones.
- El estudio y la formación permanente, personal
y en común.
-
Las Formación en la fe, en la competencia en el
trabajo según la propia vocación, en la orientación
cristiana para el propio trabajo o responsabilidad,
y la formación para la vida.
-La
profundización en la enseñanza social de la Iglesia,
y la praxis según sus orientaciones.
- La activa participación en las responsabilidades
de evangelización y de servicio, en todos los ambientes
y realidades de la vida social y cultural, de manera
especial, pero no exclusiva, en la solidaridad fraterna
que hace concreto el amor por el pobre.
- La difusión de opciones de reconciliación, comunión
y paz ante las diversas rupturas.
Quienes integran el MVC se adhieren a la fe de la
Iglesia y su Magisterio, siendo particularmente
solícitos a las orientaciones del Santo Padre y
buscan insertarse, según el propio carisma,
en las orientaciones pastorales de la Iglesia local,
en actitud de servicio y en disposición de diálogo
y colaboración con otras asociaciones e instituciones
eclesiales.
Asociaciones
y Servicios
El
MVC está integrado tanto por personas que a título
personal se vinculan al Movimiento, como por asociaciones
cuyos miembros se identifican como emevecistas.
Al MVC pertenecen, así, las Agrupaciones Marianas -comunidades de vida para jóvenes-, Coordinadora
Universitaria -espacio comunitario y evangelizador
para universitarios-, Betania -grupo de
mujeres adultas-, Emaús -hombres adultos-,
Familia de Nazaret -parejas de esposos-,
Simeón y Ana -para hombres y mujeres de
la Tercera Edad-, Solidaridad en Marcha -dedicada a hacer concreto el amor por los más pobres
mediante la promoción humana-. Entre los servicios
destacan Acción misional -para viajes de
misiones a zonas apartadas-, Servicios de Fe -catequesis sacramental para jóvenes-, Vivencia,
Cristiada y Convivio -jornadas de diversa duración
para promover la conversión y perseverancia
de los jóvenes-, Por la Vida -para la defensa
de la vida y la dignidad humanas-, Siloé -para la atención de los hermanos enfermos-, Pan
para mi Hermano -servicio asistencial para
los más necesitados.
Además,
el MVC realiza y alienta todo medio posible de evangelización
de la cultura, incluyendo el apostolado a través
de las nuevas tecnologías informáticas y la pastoral
musical.
El
Camino Neocatecumenal
El
Camino Neocatecumenal es una asociación de católicos
que busca la conversión de las personas a través
de una catequesis post-bautismal que las disponga
a asumir los compromisos adquiridos en el sacramento
del Bautismo en su propia vida.
El
CN busca realizar una catequesis similar al Catecumenado
de la Iglesia primitiva, (es decir, la educación
en la fe cristiana de aquellos conversos que se
preparaban para recibir el bautismo), con la diferencia
de que los neocatecumenales se dirigen a los bautizados
que se han alejado de la fe. Por ello, según señalan
sus miembros, esta preparación está "adaptada
a su condición de personas ya bautizadas".
Los
neocatecumenales dirigen su trabajo pastoral principalmente
a adultos. Éste se realiza dentro de la estructura
de la parroquia y en comunión con el obispo, en
pequeñas comunidades compuestas por personas de
diferente edad, status social y cultura. El equipo
de catequistas está conformado por un sacerdote,
una pareja de esposos y una persona joven, que buscan
que las personas puedan "redescubrir y vivir
la vida cristiana en toda su plenitud, vivir las
consecuencias esenciales de su Bautismo".
Etapas
Para
el CN, la catequesis consta de varias etapas. La
primera etapa es el "kerigma", la proclamación
de la salvación, "mediante un diálogo existencial
y directo". Le sigue el precatecumenado, que
es un periodo de conocimiento personal y de la lectura
bíblica y de participación en la Eucaristía y la
penitencia.
La
segunda etapa es el Catecumenado post-bautismal
donde perseveran en pequeñas comunidades la Palabra,
la Eucaristía y la comunión fraterna. Con ello,
los neocatecumenales buscan tener a Cristo como
el centro de sus vidas. Los catecúmenos son iniciados
por los catequistas en la oración individual y diaria,
en especial con salmos. A través de algunas liturgias
descubren cómo el Bautismo que se les dio una vez
en la Iglesia, los convierte en testigos de Cristo
en su trabajo, sus familias y en el apostolado en
la parroquia. Por último, los catecúmenos renuevan
las promesas bautismales en una ceremonia pública
ante la autoridad eclesiástica.
Los
miembros también destacan la piedad a María y destacan
su "sí" pronunciado ante el llamado del
Señor.
Comunión
y Liberación
Comunión
y Liberación (CL) es un movimiento eclesial fundado
por Monseñor Luigi Giussani, sacerdote nacido en
Desio y formado en el Seminario de Venegono. El
movimiento nació en Milán en 1954, cuando Mons.
Giussani fundó la Gioventú Studentesca (GS),
desde el liceo clásico Berchet de la ciudad de Milán.
El nombre actual, Comunión y Liberación, aparece
por primera vez en 1969, para resumir la convicción
de que el acontecimiento cristiano vivido en comunión
es el fundamento de la auténtica liberación. En
1982 el Papa reconoció oficialmente la Fraternidad
de Comunión y Liberación, cuya finalidad es la madurez
en la educación cristiana de sus miembros y la colaboración
en la misión de la Iglesia Católica en la sociedad
contemporánea.
Según
sus miembros, la idea-guía del movimiento es que
el cristianismo es un acontecimiento que afecta
y tiende a determinar toda la vida.
Esencia
del Carisma
La
esencia del carisma de Comunión y Liberación se
puede resumir en tres factores:
-El
anuncio de que Dios se hizo hombre y "habita
entre nosotros";
-La
afirmación de que este hombre, Jesús de Nazaret
muerto y resucitado, "es un acontecimiento
presente en la Iglesia, signo de comunión que tiene
como garantía la guía del Santo Padre;
-La
convicción de que sólo en el Dios hecho hombre y
por tanto dentro de la vida de la Iglesia, el hombre
puede ser verdadero hombre.
El
instrumento fundamental para la formación de los
miembros del movimiento es una catequesis semanal
denominada "Escuela de Comunidad", en
el que se reflexiona en textos, meditación personal
y encuentros comunitarios y el trabajo de caridad.
Ésta se desarrolla preferentemente en los ambientes
de estudio, de trabajo o en la parroquia.
La
educación de las personas en la fe tiene lugar en
comunidades que están presentes en los distintos
ambientes en donde se desarrolla la vida de la persona:
la escuela, la universidad, el trabajo, etc. "En
la vida de la comunidad señalan- que se basa
en la obediencia a la autoridad, la práctica de
los sacramentos y la escucha de la Palabra, la persona
profundiza en las dimensiones fundamentales del
acontecimiento cristiano: la cultura, la caridad
y la misión".
Los
miembros del Movimiento han creado diversas iniciativas
de carácter cultural, caritativo y empresarial,
de acuerdo con la enseñanza de la Doctrina Social
de la Iglesia.
En Italia, la presencia de CL es más significativa,
aunque cuenta con miembros de alguna forma presentes
en 67 países de Europa, América, África y Asia.
|