Sáqbado 12 de enero
Evangelio según San Juan, capítulo 3, versículos del 22 al 30
Nuevo testimonio del Bautista.22 Después de esto fue Jesús con sus discípulos al territorio de Judea y allí se quedó con ellos, y bautizaba. 23 Por su parte, Juan bautizaba en Ainón, junto a Salim, donde había muchas aguas, y se le presentaban las gentes y se hacían bautizar; 24 porque Juan no había sido todavía aprisionado. 25 Y algunos discípulos de Juan tuvieron una discusión con un judío a propósito de la purificación. 26 Y fueron a Juan, y le dijeron: "Rabí, Aquel que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú diste testimonio, mira que también bautiza, y todo el mundo va a El". 27 Juan les respondió: "No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo. 28 Vosotros mismos me sois testigos de que yo he dicho: "No soy yo el Mesías, sino que he sido enviado delante de El". 29 El que tiene la esposa, es el esposo. El amigo del esposo, que está a su lado y le oye, experimenta una gran alegría con la voz del esposo. Esta alegría, que es la mía, está, pues, cumplida. 30 Es necesario que El crezca y que yo disminuya.
Comentario
23. Ainón, situada en el valle del Jordán, al sur de la ciudad de Betsán.
29. Juan se llama "amigo del Esposo" porque pertenece, como Precursor, al Antiguo Testamento y no es todavía miembro de la Iglesia, Esposa de Cristo, que no está fundada aún (véase Mat. 16, 20; Luc. 16, 16 y notas). De ahí lo que Jesús dice del Bautista en Mat. 11, 11 ss. Sobre la humildad de Juan véase Marc. 1, 7: Y predicaba así: "Viene en pos de mí el que es más poderoso que yo, delante del cual yo no soy digno ni aun de inclinarme para desatar la correa de sus sandalias".
30. Como el lucero de la mañana palidece ante el sol, así el Precursor del Señor quiere eclipsarse ante el que es la Sabiduría encarnada. Esta es la lección que nos deja el Bautista a cuantos queremos predicar al Salvador: desaparecer. "¡Ay, cuando digan bien de vosotros!" (Luc. 6, 26). Cf. 5, 44; 21, 15; Juan 1, 7.
Estos comentarios corresponden a la versión electrónica de la Biblia y Comentario de Mons. Juan Straubinger, cortesía de VE Multimedios