Miércoles 3 de enero
Evangelio según San Juan, capítulo 1, versículo del 29 al 34
Los primeros discípulos de Jesús
29 Al día siguiente vió a Jesús que venía hacia él, y dijo: "He aquí el cordero de Dios, que lleva el pecado del mundo. 30 Este es Aquel de quien yo dije: En pos de mí viene un varón que me ha tomado la delantera, porque El existía antes que yo. 31 Yo no lo conocía, mas yo vine a bautizar en agua, para que El sea manifestado a Israel". 32 Y Juan dió testimonio, diciendo: "He visto al Espíritu descender como paloma del cielo, y se posó sobre El. 33 Ahora bien, yo no lo conocía, pero El que me envió a bautizar con agua, me había dicho: "Aquel sobre quien vieres descender el Espíritu y posarse sobre El, Ese es el que bautiza en Espíritu Santo". 34 Y bien: he visto, y testifico que El es el Hijo de Dios".
Comentario
29. Juan es el primero que llama a Jesús Cordero de Dios. Empieza a descorrerse el velo. El cordero que sacrificaban los judíos todos los años en la víspera de la fiesta de Pascua y cuya sangre era el signo que libraba del exterminio (Ex. 12, 13), figuraba a la Víctima divina que, cargando con nuestros pecados, se entregaría "en manos de los hombres" (Luc. 9, 44), para que su Sangre "más elocuente que la de Abel" (Hebr. 12, 25), atrajese sobre el ingrato Israel (v. 11) y sobre el mundo entero (11, 52) la misericordia del Padre, su perdón y los dones de su gracia para los creyentes (Ef. 2, 4 - 8)
34. El Hijo de Dios: Diversos mss. y S. Ambrosio dicen: el escogido (eklektós) de Dios. Cf. v. 45.
Estos comentarios corresponden a la versión electrónica de la Biblia y Comentario de Mons. Juan Straubinger, cortesía de VE Multimedios