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Día 5

RIQUEZA HISTÓRICA Y RELIGIOSA EN MONASTERIO QUE ACOGE AL PAPA

ROMA, 10 (ACI).- El antiguo Monasterio de Camaldulense de Wigry, que acogió el día de ayer al Papa en su día de descanso, es un ejemplo de la riqueza histórica y religiosa del país.

El monasterio Camaldulense de Wigry se encuentra ubicado en medio de una aldea de 200 personas, cerca al lago del mismo nombre, en el Parque Nacional de Wigierski.

El monasterio fue edificado en 1668 sobre un terreno de caza perteneciente al rey Jan Kazimierz y al poco tiempo la región comenzó a poblarse estableciéndose aldeas y granjas.

El lago Wigry, con sus 17.5 kilómetros de largo y sus 3.5 de ancho, es el más grande de los 41 lagos del Parque Nacional instituido recientemente y uno de los más anchos y profundos de Polonia. El nombre de este lago –cuya forma se asemeja a la letra "s"- procede de la palabra lituana "wingri", es decir "tortuoso".

En 1410 la zona pasó a formar parte del Gran Ducado de Lituania que de 1445 a 1569 fue gobernado por un monarca común con Polonia. De 1569 a 1795, año del fin del estado polaco-lituano y de su repartición entre Prusia, Rusia y Austria, fue un estado federado con el Reino de Polonia.

Los Camaldulenses llegaron a Polonia en 1605 y construyeron seis monasterios, de los cuales en la actualidad se conservan solamente dos.

En 1800 los Camaldulenses fueron expulsados por las autoridades prusianas y en 1920 Wigry se integró en el estado polaco.

Tras la restauración del complejo y la fundación de una nueva aldea en el lugar del antiguo monasterio, pasó a ser iglesia parroquial y en la actualidad cuenta con 2,500 feligreses, mientras que el eremitorio pertenece al Ministerio de Cultura de Polonia.

 

VIAJE A POLONIA MUESTRA VISIÓN HISTÓRICA DEL PAPA DICE EXPERTO

VARSOVIA, 10 (ACI).- Las recientes palabras del Papa Juan Pablo II que indicaron que la primera razón de su visita a Polonia era rendir honor a San Adalberto, mártir cristiano que hace mil años sembró la "semilla" de la santidad en ese país, dan cuenta de que el Santo Padre no restringe su mirada a contextos coyunturales sino que tiene una visión espiritual de la historia que puede ser medida "en milenios".

Así lo comenta John Thavis, un corresponsal especializado en temas de la Santa Sede de la agencia católica norteamericana CNS, que acompaña al Papa en este viaje de 12 días por su tierra natal.

Mientras el Papa descansaba en su único día de pausa, Thavis destacó cómo el Santo Padre prefirió priorizar la fecha del milenio de San Adalberto entre otras posibles conmemoraciones como el 10º aniversario de las primeras elecciones post-comunistas en Polonia; el 20º de la primera visita de Juan Pablo II a su país natal; o el 60º de los mártires polacos víctimas de la persecución nazi.

En efecto, la decisión papal de recordar al obispo checo que hace mil años fue canonizado en virtud de su martirio y de su labor evangelizadora -entre otros lugares, en el territorio de Gdansk (Polonia)- "revela que el Santo Padre ve los acontecimientos en términos de milenios" y desde una perspectiva profundamente espiritual y cristiana", dice Thavis.

"Nuevas cosas han sucedido en este país, pero Adalberto es una parte esencial de él", dijo recientemente el Santo Padre, en su primer discurso en tierra polaca. "La sangre que derramó -agregó el Papa- produce siempre nuevos frutos espirituales".

"De este modo, una vez más, Juan Pablo II recuerda el pasado histórico de un pueblo para señalar su identidad", señala Thavis . "Un elemento esencial en este proceso es la inspiración de los santos", puntualiza.

Durante su visita a Polonia, el Papa ha recordado a los santos polacos, incluyendo a aquellos que serán próximamente elevados a los altares, explicitando que todos "pertenecen a la historia de la gente de esta tierra".