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El primer Pontífice en ingresar al corazón de una mezquita hizo llamado a la paz interreligiosa

DAMASCO, 6 May. 01 (ACI).- El Papa Juan Pablo II, en compañía de los principales clérigos musulmanes sirios, incluyendo al Gran Muftí de Damasco, ingresó este domingo en una mezquita y a la historia, an convertirse en el primer pontífice católico en visitar un santuario musulmán en los 1.400 años de historia del Islam.

El Pontífice ingresó a la espléndida mezquita de Umayyad, que según la tradición contiene la tumba de San Juan Bautista, ante una multitud musulmana que aplaudía con entusiasmo, y mientras la televisión siria anunciaba: "este es un momento histórico y sin precedentes, un Papa ingresa a una mezquita. es el encuentro del Islam con el Cristianismo".

Luego de cumplir con la tradición musulmana de descalzarse, el Pontífice ingresó a la mezquita, desde donde lanzó un poderoso llamado a la comprensión y el diálogo interreligioso al decir que "el mutuo entendimiento nos llevará sin duda a una nueva forma de presentar nuestras dos religiones, no en oposición como ha ocurrido demasiado frecuentemente en el pasado, sino asociadas por el bien de la familia humana".

"Es crucial que a nuestros jóvenes se les enseñe los caminos del respeto y la ocmprensiób, de tal manera que no sean conducidos al mal uso de la religión para promover o justificar el odio y la violencia" dijo el Papa, hablando en inglés, y haciendo pausas para que una autoridad católica siria tradujera al musulmán.

"La violencia destruye la imagen del Creador y nunca debería ser considerada como el fruto de la convicción religiosa, agregó.

La ceremonia concluyó con un festivo intercambio de dones entre el Muftí y el Pontífice. El primero presentó un cuadro del lugar donde están los restos de San Juan Baustista, y otro con vistas de Damasco; mientras que el Papa entregó una bello y antiguo icono de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.

Con los Obispos

Previamente, en una de las más cargadas y agotadoras jornadas de los últimos tiempos, Juan Pablo II se había reunido con los Patriarcas y Obispos sirios en la sede del Patriarcado de Damasco.

Durante el Encuentro el Papa señaló que "Al considerar las realidades concretas que marcan la vida de vuestras comunidades, quisera invitaros a vovler a partir desde Cristo, a fundamentar en Él toda vuestra vida". "Volivendo a Él, regresando cada día a la fuente viva de su Palabra y de sus Sacramentos, la Iglesia encuentra la fuerza que la hace vivir y la sostiene en su testimonio", agregó.

El Pontífice concluyó señalando que la compañía constante del Señor Jesús entre los creyentes "obliga a no tener para nosotros el tesoro que hemos recibido: '¡Ay de mi si no predicase el Evangelio!'".