Las delegaciones Durante los días previos al II Encuentro de las familias con el Santo Padre, Río ya ha comenzado a recibir a los peregrinos de todos los estados de Brasil y a las numerosas delegaciones de católicos de 78 países que han asegurado su presencia. Los organizadores calculan que la ciudad carioca recibirá a más de 18.000 peregrinos, cifra proporcionada por la comisión organizadora oficial y que se basa en la solicitud de alojamientos para el evento. Para atender tantos
pedidos de alojamiento, la Arquidiocesis de Rio,
a través de 300 parroquias, hizo un llamado a los
fieles para que acogiesen en sus casas a los peregrinos.
La idea fue un éxito pues por lo menos 5.600 familias
respondieron a la invitación lo que abrió cerca
de 14 mil lugares de hospedaje. Instituiciones religiosas,
profesionales y numerosas escuelas también se inscribieron
en la campaña arquidiocesana, elevando a más de
seis mil el número de locales de hospedaje, con
lo cual se llegó a un total 24.200 peregrinos alojados.
Peregrinos extranjeros Grupos de peregrinos están llegando de todos los lugares del mundo y se calcula que en total suman 2.161 persoas, aunque la realidad podría exceder los números proyectados. La delegación de México, por ejemplo, ha enviado la mayor comitiva, con 624 integrantes. Familias de países distantes asiáticos y africanos también estarán presentes en el encuentro: Myanmar -la antigua Birmania-, Zambia, Siria; y los países europeos de Noruega y Rumania. Los medios de transporte varían según la distancia, la disponibilidad de recursos económicos y el número de los peregrinos en cada delegación. El grupo de México irá, por ejemplo en tres Jumbos. La segunda mayor delegación es la de Chile, con 271 integrantes, seguida por la de Argentina, con 167 miembros, y la de Itália, con 158. En la delegación argentina hay siete obispos, incluyendo a Mons. Cándido Rubiolo, presidente de la Comisión de Familia y al presidente del Episcopado argentino, Mons. Estanislau Karlic. Se calcula que por lo menos cien católicos argentinos se unirán a la delegación de más de 150 personas en las horas previas al evento, algunos de ellos aprovechando las ofertas de paquetes turísticos que se ofrecen en estos días. Peregrinos brasileños Peregrinos de diversos puntos de Brasil, se vienen movilizando hacia Río para el Encuentro de las familias con el Santo Padre. El mayor grupo previsto es el de São Paulo (4.250 fieles), seguido por 2.135 peregrinos de vários puntos del Estado de Rio de Janeiro y de otros 1.608 de Minas Gerais. Desde distintos puntos de la región Fluminense viajarán a la ciudad carioca 460 fieles al Maracanã para la Fiesta del Testimonio. La actividad fue iniciativa del Mons. Waldyr Calheiros, Obispo de esa diócesis, quien junto con 40 sacerdotes recibirán participarán de la misa celebrada por el Papa en la Catedral Metropolitana. Cada fiel pagó sólo 13 reales para ver al Santo Padre. Centenares de peregrinos de Bahia y de várias regiones de ese estado han organizado caravanas para ir a ver al Papa. La mayoría de los bahianos irán en ómnibus. "Kit peregrino" Según el Obispo auxiliar de Rio, Mons. Filippo Santoro, coordinador de infraestructura y hospedaje, casi siete mil personas serán alojadas en escolas y parroquias. Esos fieles recibirán el "kit-peregrino" que consiste en un equipo de campamento con colchón, almohada, dos sábanas, frazada, jabón y jugo de toallas. Familia chilena entregará ofrenda al Santo Padre Hospedados en Copacabana, la familia chilena, compuesta por Mario Münzenmayer (46) y Ana María Abarca (45) y sus seis hijos, fue una de las primeras familias peregrinas en llegar a esta ciudad. Integrantes de un movimiento católico laico, ellos han sido escogidos, junto con otras cinco familias peregrinas, para entregar unas ofrendas al Santo Padre, en representación de las miles de familias reunidas en un estadio que se espera albergue a más de 115,000 personas. Mario, Ana y sus hijos, cuyas edades fluctúan entre 11 e 22 años, estarán vestidos com trajes típicos chilenos y van a representar a las familias de América. "Es una alegria inmensa estar en Rio para un encontro con el Santo Padre y las familias de todo el mundo", dice Mario, que es profesor de derecho de la Universidad Católica de Concepcion, en Chile. Así como la familia Münzenmayer, cientos de familias están llegando a la ciudad para hospedarse prácticamente en dónde puedan. Algunos se alojarán en el edificio del Servicio Social de Comercio (SESC), en Copacabana, que debe abrigar a cerca de 200 peregrinos, en 105 departamentos. Allí se encuentran ya algunas familias peregrinas de España, Australia, Francia y Estados Unidos. Algunas de estas familias peregrinas participan ya del Congreso Teológico Pastoral que se desarrolla en el centro de Río. Para reciber a los peregrinos, la comisión de la visita papal colocó "puntos de acogida", desde sábado, en la Rodoviária Novo Rio y en los aeropuertos Internacional y Santos Dumont. Desde el oriente, una familia muy especial. Un matrimonio de maestros acompañado por sus tres hijas de 9, 13 y 16 años, representará en la Fiesta del Testimonio a las familias católicas de Japón. Escogidos por el Pontificio Consejo para la familia, Hiroyuki, de 45 años, su esposa Fumiko de 47 y sus tres niñas arribaron a Río con muchas expectativas. Ellos se convirtieron a la religión católica hace sólo nueve años y ésta será la experiencia que compartirán junto con otras 13 familias de diferentes partes del mundo ante 150 mil personas que se congregarán en el Maracaná. Al arribar a Río, Fumiko relató que "vamos a hablar sobre la felicidad de encontrarnos con Dios en nuestras vidas. Cuando eso sucedió, mi esposo y yo estábamos a punto de divorciarnos, pero aprendimos del Evangelio que es precioso amarnos unos a otros. Nuestra familia superó ese difícil momento gracias a nuestra fe y es eso lo que compartiremos en el Maracaná". Ellos viven en la ciudad de Nagoya, a 400 kilómetros de Tokio. Hace diez años se mudaron de un departamento a una casa vecina a una Iglesia Católica. "Todos los días, cuando pasábamos por la Iglesia, nuestra hija nos preguntaba qué era esa cruz tan grande colgada en lo alto. No sabíamos nada de la religión católica, pero un día decidimos visitar la Iglesia y el Evangelio nos convirtió", explica Hiroyuki. |