Día 5, enero 26: "Cien años, pero poco a poco"
ST.LOUIS, 26 (ACI).- Otro estilo, decididamente norteamericano, pero igualmente cordial y expectante, recibió al Papa Juan Pablo II en la ceremonia de bienvenida realizada en uno de los hangares del aeropuerto Lambert de St. Louis, Missouri, la ciudad donde se eleva el famoso "Arco del Paso de los Mundos", que en el pasado marcaba la separación entre el medio-oeste y el "salvaje" oeste.
El presidente Clinton y su esposa Hillary procuraron derramar simpatía ante la presencia no sólo del Pontífice, sino del liderazgo católico norteamericano, con el que colisionan en un tema fundamental e irrenunciable: el derecho a la vida del no nacido.
Durante los saludos, Clinton presentó al Papa a un anciano sacerdote católico, párroco de Little Rock -el pueblo natal de Clinton, aunque el Presidente no es católico- y le dijo al Pontífice, señalando al sacerdote: "él nunca vota por mí; nunca votó por mí".
En su mensaje de bienvenida, el presidente dijo que "durante 20 años, Usted ha levantado nuestro ánimo y ha llegado a nuestros corazones".
Clinton utilizó luego una frase en polaco para desearle más de 100 años de vida. Pero el Papa al iniciar su discurso, respondió en inglés y en tono de broma: "Sí, 100 años, pero poco a poco".
EL PAPA LLAMA A JÓVENES A UNA FE AUTÉNTICA Y COMPROMETIDA
ST. LOUIS, 26, (ACI).- En un inolvidable encuentro con los jóvenes católicos de Saint Louis reunidos en el Kiel Center, el Papa no sólo hizo un despliegue de excelente humor y buen estado físico, sino que lanzó un enérgico llamado a los jóvenes para rechazar las seducciones del consumismo y de un cristianismo "light", para vivir una fe auténtica, comprometida y coherente.
En el encuentro el Papa hizo gala de una gran sintonía con los jóvenes norteamericanos, lanzando metáforas relacionadas con la naturaleza deportiva del Kiel Center, mencionando a la estrella del equipo de béisbol local, los "St. Louis Cardinals" Mark McGuire quien lo saludó en la entrada del coliseo-, y utilizando su histórica competencia por el record de "home runs" con otro famoso pelotero católico, Sammy Sosa, para hablar sobre la necesidad de un adecuado "entrenamiento" y una sana "competencia" para lograr un objetivo diferente: "el objetivo de traer su mensaje al mundo".
"Cada uno de vosotros pertenece a Cristo y Cristo os pertenece", dijo el Pontífice, antes de hacer un firme llamado a los jóvenes a nutrir su fe de la vida sacramental: la Eucaristía "donde recibís el alimento que os nutre para los desafíos espirituales de cada día"; el sacramento de la Reconciliación en el que "experimentáis la tierna misericordia y el amor del Salvador de manera totalmente personal, cuando sois liberados del pecado y de su horrible compañía que es la vergüenza"; la asistencia regular a la Misa dominical donde deben vivir "un encuentro real con Jesús en la comunidad de sus seguidores". Todo esto forma "¡parte esencial de vuestro entrenamiento en la devoción hacia el Señor!
Actuar ahora
"Aunque sois jóvenes, ¡el tiempo para actuar es ahora!" dijo el Papa a los jóvenes, recordándoles que Jesús "no os ha puesto a un lado para más adelante cuando seáis mayores y vuestro entrenamiento esté completo".
Un poco más adelante, en la segunda parte de su mensaje, que siguió a la lectura del Evangelio que se refería al pasaje sobre la "luz del mundo"- , el Papa recordó a los jóvenes que "estáis llamados a hacer que la luz de Cristo ilumine brillantemente en el mundo".
Juan Pablo II enumeró luego una lista de "tinieblas" tanto a nivel personal como el temor, la soledad, la inseguridad por el futuro- como social la violencia, la droga, la pobreza-, el Papa exhortó a los jóvenes a no escuchar "a quienes os alientan a mentir" o a quienes "dicen que la castidad ha pasado". "En vuestros corazones, vosotros sabéis que el verdadero amor es un don de Dios y que respeta su plan sobre la unión del hombre y la mujer en el matrimonio".
Libertad y verdad
En una postura de abierta confrontación al tipo de libertad irrestricta consagrada por la cultura dominante estadounidense, el Pontífice no dudó en señalar que "la verdadera libertad es un don de Dios y ha sido una valiosa parte de la historia de vuestro país". "Pero cuando la libertad es separada de la verdad, los individuos pierden la dirección moral y el tejido mismo de la sociedad comienza a desintegrarse", explicó el Papa.
"La libertad no es la capacidad de hacer lo que uno quiere. En cambio, la libertad es la capacidad de vivir responsablemente la verdad de nuestra relación con Dios y entre nosotros", explicó el Papa ante una audiencia juvenil que había pasado de los gritos de entusiasmo a una escucha atenta y silente.
"Que nadie os engañe ni impida ver lo que realmente cuenta. Volveos a Jesús, escuchadle, y descubrid el verdadero sentido y dirección de vuestras vidas", agregó.
El extenso mensaje del Papa, con los jóvenes especialmente en la segunda parte- apenas interrumpieron para asentir mesuradamente, concluyó con un llamado exigente y alentador:
"Recordad: ¡Cristo os está llamando; la Iglesia os necesita; el Papa cree en vosotros y espera grandes cosas de vosotros!"
Cálida despedida
El final de la ceremonia estuvo marcado por momentos intensos, especialmente cuando un grupo de niños enfermos y dirigentes del Hospital Infantil Católico se acercaron al Papa para recibir de sus manos una carta dirigida a los niños sufrientes.
Luego, los jóvenes entregaron al Pontífice, como recuerdo, una mitra y un palo de hockey sobre hielo con una camiseta del equipo local que decía en la espalda: "Juan Pablo II # 1".
El Papa improvisó entonces una palabra: "Tal vez regrese... tal vez regrese para jugar hockey". Y los jóvenes estallaron en aplausos. "¿Estaré preparado para jugar hockey? Esa es la pregunta...¿Estaré preparado? Después de este encuentro... ¡un poco más!", concluyó el Pontífice, dando a entender el efecto revigorizante del encuentro.
Y a la salida, cuando todos los jóvenes lo observaban, un último gesto: invirtió repentinamente su bastón e imitó un golpe de hockey. Para ese momento, ya se había robado el corazón de los jóvenes.
EL PAPA LLEGA A SAINT LOUIS CON UN RECIO MENSAJE PRO-VIDA
ST. LOUIS, 26 (ACI).- Sin titubear ante los esfuerzos del Presidente norteamericano Bill Clinton de caer simpático ante el Pontífice y la audiencia católica reunida en el hangar del aeropuerto internacional de Saint Louis, Juan Pablo II inauguró la etapa estadounidense de su visita a América con un poderoso mensaje a favor de la vida del no nacido.
"Como pastor de la Iglesia universal, estoy particularmente feliz de saludar a la comunidad católica de la arquidiócesis de St. Louis, con su rica herencia y sus dinámicas tradiciones de servicio a los necesitados", dijo el Papa al momento de saludar al Arzobispo, Mons. Justin Rigali.
En la parte central de su breve mensaje el Papa recordó que hay ocasiones históricas que ponen a prueba el carácter de una nación y trajo a colación el famoso juicio a Dred Scott que tuvo lugar en St Louis- tras el cual la Corte Suprema declaró que los hombres de raza negra no estaban protegidos por la Constitución.
"Tras inenarrable sufrimiento y enorme esfuerzo, esa situación, por lo menos en parte, se ha revertido", dijo el Papa.
Y luego, retomando la frecuente comparación pro-vida entre la decisión de la Corte Suprema que legalizó la esclavitud y la que aprobó el aborto para demostrar cómo lo legal puede ser injusto y por tanto, debe ser corregido- el Pontífice señaló que Estados Unidos enfrenta un desafío similar.
"Hoy, el conflicto es entre una cultura que afirma, acoge y celebra el don de la vida y una cultura que busca declarar un grupo entero de seres humanos los no nacidos, los enfermos terminales, los minusválidos y otros considerados inútiles- fuera de los límites de la protección legal", dijo el Papa, mientras la audiencia católica aplaudía ante un incómodo Clinton y una nada alegre Hillary.
"Por la seriedad de los temas involucrados, y por el gran impacto de Estados Unidos en el mundo entero, la solución de este nuevo tiempo de prueba tendrá consecuencias profundas para el siglo cuyo umbral estamos por atravesar", agregó.
EL Pontífice ofreció luego su oración y su deseo de que "América resista la cultura de muerte y escoja ponerse enérgicamente del lado de la vida".
Según el Papa, esta militancia a favor de la vida en Estados Unidos sólo será posible si "la nación continúa honrando y reverenciando la familia como la célula básica de la sociedad: la familia, maestra de amor, servicio, comprensión y perdón; la familia, abierta y generosa a la necesidades de otros; la familia, el gran manantial de la felicidad humana".
El Pontífice concluyó su discurso pidiendo a los norteamericanos cumplir con las palabras del "juramento de fidelidad" que todo niño aprende desde pequeño: "un nación, bajo Dios, con libertad y justicia para todos".
Lea la versión completa del discurso papal en http://www.aciprensa.com/dis-mex8.htm
"MÉXICO LO LLEVA EN SU CORAZÓN"
MÉXICO D.F., 26 (ACI).- "Juan Pablo, hermano, ya eres mexicano" coreaban los fieles reunidos en las tribunas que rodeaban el escenario del Aeropuerto "Benito Juárez" donde se realizó la ceremonia de despedida.
En un discurso que años atrás hubiera sido impensable de un presidente mexicano, Ernesto Zedillo agradeció repetidamente al Pontífice por su presencia en el país. "A nombre de millones de mexicanos, agradezco esta cuarta visita". "La presencia de Su Santidad ha dado enorme alegría y su voz se ha escuchado clara en toda América", agregó.
"México quiere al Papa porque sabe cómo quiere el Papa a México", agregó Zedillo. "A nombre de millones de mexicanas y mexicanos ¡gracias, muchas gracias por esta visita que nunca olvidaremos! Su México amigo le llevara siempre en el corazón y siempre recordará al Papa Juan Pablo II", concluyó.
Mientras los asistentes muchos de ellos en lágrimas- coreaban "Que se quede... Que se quede..." y "México siempre fiel", el Pontífice abordó el avión de Mexicana de Aviación que lo trasladó a Saint Louis
EL PAPA ENCOMIENDA AMÉRICA A LA VIRGEN DE GUADALUPE
MÉXICO D.F., 26 (ACI).- Ante un México conmovido que se resistía a despedir al "Papa Mexicano", Juan Pablo II revivió los momentos más intensos de la visita y encomendó la tarea de la nueva evangelización de América a la Virgen de Guadalupe.
"Mi agradecimiento se hace oración invocando del Cielo las mejores bendiciones para este pueblo que en tantas ocasiones ha demostrado su fidelidad a Dios, a la Iglesia y al Sucesor de San Pedro", dijo el Papa; "Por eso, desde aquí elevo mi voz hacia lo alto," agregó.
"¡Dios te bendiga, México!, por los ejemplos de humanidad y de fe de tus gentes, por los esfuerzos en defender la familia y la vida", dijo el Santo Padre; "¡Dios te bendiga, México!, por la fidelidad y amor de tus hijos a la Iglesia", agregó.
Luego, refiriéndose a los millones de mexicanos inmigrantes en Estados Unidos, dijo también "¡Dios te bendiga, México!, que sigues extrañando a tus hijos emigrantes en busca de pan y trabajo. Ellos han contribuido también a propagar la fe católica en sus nuevos ambientes y a construir una América que, como manifestaron los Obispos en el Sínodo, quiere ser solidaria y fraterna".
"Al concluir esta visita pastoral, quiero reafirmar mi plena confianza en el porvenir de este pueblo", dijo el Pontífice en la parte final de su discurso, antes de encomendar a la nación a "la tierna mirada de su Reina Madre, la Virgen de Guadalupe".
"Para Ella mi última mirada y mi último saludo antes de dejar por cuarta vez esta bendita tierra mexicana. A Ella confío a todos y cada uno de sus hijos mexicanos, cuyo recuerdo llevo en mi corazón. ¡Virgen de Guadalupe, vela sobre México! ¡vela sobre todo el querido Continente americano!", concluyó entre aplausos.
La versión completa del discurso papal de despedida en http://www.aciprensa.com/dis-mex7.htm
TRES MIL REGALOS DE MEXICANOS PARA JUAN PABLO II
MÉXICO D.F., 26 (ACI).- Antes de partir rumbo a Saint Louis, el Papa Juan Pablo II recibió el presente número 3.000 : un sombrero de charro bordado con hilos de oro, elaborados por artesanos del occidental estado de Jalisco.
El presente, que tomó seis meses para su confección, se sumó a los otros miles entregados a la Nunciatura Apostólica, donde el Papa se alojó durante su visita a la ciudad.
Según fuentes de la Nunciatura, los 3.000 presentes incluyen una inmensa gama que va desde artesanías y objetos religiosos locales hasta pantuflas, bufandas, abrigos, cuadros y discos compactos.