Día 2, enero 23: "Ecclesia in América" es un poderoso llamado a la Evangelización
MÉXICO D.F. 23 (ACI).- La Exhortación Post Sinodal "Ecclesia in America" entregada por el Santo Padre en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, es un potente y esperanzador llamado del Papa Juan Pablo II a la Evangelización de América, según diversos señalaron prelados consultados por ACI Digital.
El documento, que consiste en un enérgico llamado a la Evangelización dirigido a todas las fuerzas vivas de la Iglesia, está dividido en una introducción, seis capítulos, y una conclusión que incluye una oración para el Continente en vistas al Tercer Milenio.
En la introducción, el Santo Padre señala que "el punto de partida de este programa evangelizador es ciertamente el encuentro con el Señor"; y explica que al llevarlo a cabo, deben distinguirse dos situaciones claramente diferentes: "la de los países muy afectados por el secularismo y la de aquellos otros donde todavía se conservan muy vivas las tradiciones de piedad y de religiosidad popular cristiana".
"El encuentro personal con el Señor, si es auténtico, llevará también consigo la renovación eclesial: las Iglesias particulares del Continente, como Iglesias hermanas y cercanas entre sí, acrecentarán los vínculos de cooperación y solidaridad para prolongar y hacer más viva la obra salvadora de Cristo en la historia de América", agrega.
Encuentro con Jesucristo
En el primer capítulo, dedicado al tema del Encuentro con Jesucristo, el Santo Padre señala que "la Iglesia es el lugar donde los hombres, encontrando a Jesús, pueden descubrir el amor del Padre"; y recuerda que "Jesús no sólo reconcilia al hombre con Dios, sino que lo reconcilia también consigo mismo, revelándole su propia naturaleza".
Más adelante, al señalar que "María es un camino seguro para encontrar a Cristo", el Papa recuerda que "en todas las partes del Continente la presencia de la Madre de Dios ha sido muy intensa desde los días de la primera evangelización, gracias a la labor de los misioneros".
"En este sentido, acojo gozoso la propuesta de los Padres sinodales de que el día 12 de diciembre se celebre en todo el Continente la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, Madre y Evangelizadora de América". "Abrigo en mi corazón la firme esperanza de que ella, a cuya intercesión se debe el fortalecimiento de la fe de los primeros discípulos, guíe con su intercesión maternal a la Iglesia en este Continente, alcanzándole la efusión del Espíritu Santo como en la Iglesia naciente, para que la nueva evangelización produzca un espléndido florecimiento de vida cristiana", dice también.
Jesús en América
El capítulo segundo, "El encuentro con Jesucristo en el hoy de América", se aproxima a una descripción del continente, abordando su "realidad compleja, fruto de las tendencias y modos de proceder de los hombres y mujeres que lo habitan". "En esta situación real y concreta es donde ellos han de encontrarse con Jesús".
Al respecto, el documento reconoce la "identidad cristiana de América", "cuya mejor expresión son sus santos", entre los que destaca a santa Rosa de Lima, "proclamada patrona principal de América". "Después de ella, el santoral americano se ha ido incrementando hasta alcanzar su amplitud actual".
El Papa menciona también la piedad popular "presente en todos los niveles y sectores sociales, revistiendo una especial importancia como lugar de encuentro con Cristo para todos aquellos que con espíritu de pobreza y humildad de corazón buscan sinceramente a Dios".
La conversión
El capítulo tercero, titulado "Camino de Conversión", señala que "la auténtica conversión debe prepararse y cultivarse con la lectura orante de la Sagrada Escritura y la recepción de los sacramentos de la Reconciliación y la Eucaristía"; y que no puede considerarse completa "si falta la conciencia de las exigencias de la vida cristiana y no se pone esfuerzo en llevarlas a cabo", especialmente cuanto se refiere a la preocupación por todas las necesidades del prójimo.
"La propuesta de un nuevo estilo de vida dice el Papa- no es sólo para los Pastores, sino más bien para todos los cristianos que viven en América. A todos se les pide que profundicen y asuman la auténtica espiritualidad cristiana", explicando que por espiritualidad "se entiende no una parte de la vida, sino la vida toda guiada por el Espíritu Santo", en la que debe sobresalir la oración "tanto personal como litúrgica", "un deber de todo cristiano". En este capítulo, el Papa también recuerda con vigor "la importancia de la doctrina de la vocación universal a la santidad en la Iglesia" que tiene en Jesús su único camino.
Reconciliación
En el corazón de este capítulo se recuerda que "sólo quien se reconcilia con Dios es protagonista de una auténtica reconciliación con y entre los hermanos". Al respecto, el Papa cita a los padres sinodales cuando señalan que "es de gran importancia que la Iglesia en toda América sea signo vivo de una comunión reconciliada y un llamado permanente a la solidaridad, un testimonio siempre presente en nuestros diversos sistemas políticos, económicos y sociales".
Camino de Comunión
"Camino para la Comunión" es el título del cuarto capítulo, en el que se aborda la misión reconciliadora de la Iglesia. "La Iglesia es signo de comunión porque sus miembros, como sarmientos, participan de la misma vida de Cristo, la verdadera vid", dice la Exhortación, que recuerda que la comunión eclesial "implica conservar el depósito de la fe en su pureza e integridad, así como también la unidad de todo el Colegio de los Obispos bajo la autoridad del Sucesor de Pedro".
Un acápite especial se dedica a la Eucaristía como "lugar privilegiado para el encuentro con Cristo vivo", y como "un inmenso don" para todos los fieles.
Hablando luego de la misión del obispo como promotor de la comunión, el Papa recuerda que la diócesis, en cuanto Iglesia particular, "tiene la misión de empezar y fomentar el encuentro de todos los miembros del pueblo de Dios con Jesucristo, en el respeto y promoción de la pluralidad y de la diversidad que no obstaculizan la unidad, sino que le confieren el carácter de comunión".
"Esta Asamblea ha reforzado la comunión que debe existir entre las Comunidades eclesiales del Continente", dice el Papa, y recuerda la responsabilidad compartida por todos los fieles de "desarrollar los lazos de comunión con las Iglesias locales en otras partes de América por la educación, la mutua comunicación, la unión fraterna entre parroquias y diócesis, planes de cooperación, y defensas unidas en temas de mayor importancia, sobre todo los que afectan a los pobres".
El sacerdote, hombre de comunión
De manera particular, el Papa destaca que "todo sacerdote debe ser signo de comunión", "Como testigos y discípulos de Cristo misericordioso, los sacerdotes están llamados a ser instrumentos de perdón y de reconciliación, comprometiéndose generosamente al servicio de los fieles según el espíritu del Evangelio", señala el Papa.
"Atentos a los desafíos del mundo actual" y "sensibles a las angustias y esperanzas de sus gentes", el sacerdote está llamado "a discernir los carismas y las cualidades de los fieles que puedan contribuir a la animación de la comunidad, escuchándolos y dialogando con ellos, para impulsar así su participación y corresponsabilidad", de tal manera que él pueda consagrarse "a lo que está más estrechamente conexo con el encuentro y el anuncio de Jesucristo".
Parroquias y movimientos
El capítulo cuarto se refiere también a la urgencia de la renovación de la parroquia, especialmente en los grandes núcleos urbanos, "donde las dificultades son tan grandes que las estructuras pastorales normales resultan inadecuadas y las posibilidades de acción apostólica notablemente reducidas". El Papa señala al respecto que "una clave de renovación parroquial especialmente urgente en las parroquias de las grandes ciudades, puede encontrarse quizás considerando la parroquia como comunidad de comunidades y de movimientos".
"La renovación de la Iglesia en América no será posible sin la presencia activa de los laicos", señala el Papa, al subrayar los dos ámbitos en los que se realiza la vocación de los fieles laicos: el de las realidades temporales, "que lo lleva a actuar en la vida familiar, social, laboral, cultural y política, a cuya evangelización es llamado"; y el de "la construcción de la comunidad eclesial como delegados de la Palabra, catequistas, visitadores de enfermos o de encarcelados, animadores de grupos, etc.".
Mujer, familia, jóvenes
El Papa dedica líneas importantes para subrayar la vocación de la mujer, su aporte y las discriminaciones que sufre en algunos ambientes; y habla también de los desafíos y la importancia de la familia cristiana. "La Palabra, leída asiduamente en la familia, la construye poco a poco como iglesia doméstica y la hace fecunda en humanismo y virtudes cristianas; allí se constituye la fuente de las vocaciones. La vida de oración de la familia en torno a alguna imagen de la Virgen hará que permanezca siempre unida en torno a la Madre, como los discípulos de Jesús".
El documento reconoce también la "gran fuerza social y evangelizadora" de los jóvenes, y destaca que "en el encuentro de ellos con Cristo vivo se fundan la esperanza y la expectativas de un futuro de mayor comunión y solidaridad para la Iglesia y las sociedades de América".
La solidaridad
El capítulo quinto, titulado "Camino para la Solidaridad", señala ante todo que ésta es fruto de la comunión, y señala que ante los graves problemas de orden social "el católico sabe que puede encontrar en la doctrina social de la Iglesia la respuesta de la que partir para buscar soluciones concretas. Difundir esta doctrina constituye, pues, una verdadera prioridad pastoral".
Como parte importante de esta doctrina, el Papa destaca "el derecho a un trabajo digno", las respuestas "a la problemática que presenta la actual economía globalizada", la promoción de "una mayor integración entre las naciones" y la lucha contra "el comercio de drogas, el lavado de las ganancias ilícitas, la corrupción en cualquier ambiente, el terror de la violencia, el armamentismo, la discriminación racial, las desigualdades entre los grupos sociales, la irrazonable destrucción de la naturaleza"
También en este capítulo el Santo Padre destaca que los derechos humanos se basan en la dignidad de la persona como creatura de Dios.
Amor preferencial por los pobres
El Papa señala que "el recuerdo de los capítulos oscuros de la historia de América relativos a la existencia de la esclavitud y de otras situaciones de discriminación social, ha de suscitar un sincero deseo de conversión que lleve a la reconciliación y a la comunión"; y plantea como respuesta ya no la simple "opción preferencial por los pobres", sino "la opción de amar de manera preferencial a los pobres", "un amor que no es exclusivo y no puede ser pues interpretado como signo de particularismo o de sectarismo".
"La actividad de la Iglesia en favor de los pobres en todas las partes del Continente es importante; no obstante hay que seguir trabajando para que esta línea de acción pastoral sea cada vez más un camino para el encuentro con Cristo".
También en este capítulo se aborda propuestas cristianas frente el tema de la deuda externa "que asfixia a muchos pueblos del Continente americano", la lucha contra la corrupción, el problema de las drogas, la carrera de armamentos, la "cultura de la muerte", la marginación de los pueblos indígenas y los americanos de origen africano y la problemática de los inmigrantes.
La gran tarea de la Evangelización
El capítulo VI es la recapitulación de todo el documento: "La Misión de la Iglesia hoy en América: La Nueva Evangelización. El capítulo recuerda ante todo que Jesucristo es la "buena nueva" en quien la Iglesia debe centrar su atención pastoral y su acción evangelizadora. "Este anuncio es el que realmente sacude a los hombres, despierta y transforma los ánimos, es decir, convierte. Cristo ha de ser anunciado con gozo y con fuerza, pero principalmente con el testimonio de la propia vida", dice el Papa.
"El ardiente deseo de invitar a los demás a encontrar a Aquél a quien nosotros hemos encontrado, está en la raíz de la misión evangelizadora que incumbe a toda la Iglesia, pero que se hace especialmente urgente hoy en América, después de haber celebrado los 500 años de la primera evangelización y mientras nos disponemos a conmemorar agradecidos los 2000 años de la venida del Hijo unigénito de Dios al mundo", señala el Santo Padre.
Evangelización de la cultura
La nueva evangelización "pide un esfuerzo lúcido, serio y ordenado para evangelizar la cultura", dice el documento, y señala que es necesario anunciar el Evangelio en el lenguaje y la cultura de aquellos que lo oyen, sin olvidar que "sólo el misterio pascual de Cristo, suprema manifestación del Dios infinito en la finitud de la historia, puede ser el punto de referencia válido para toda la humanidad peregrina en busca de unidad y paz verdaderas".
"El rostro mestizo de la Virgen de Guadalupe fue ya desde el inicio en el Continente un símbolo de la inculturación de la evangelización, de la cual ha sido la estrella y guía. Con su intercesión poderosa la evangelización podrá penetrar el corazón de los hombres y mujeres de América, e impregnar sus culturas transformándolas desde dentro", agrega.
Esperanza y gratitud
El documento concluye con un alentador llamado al compromiso evangelizador en espíritu de esperanza y acción de gracias. "Este doble sentimiento de esperanza y gratitud ha de acompañar toda la acción pastoral de la Iglesia en el Continente, impregnando de espíritu jubilar las diversas iniciativas de las diócesis, parroquias, comunidades de vida consagrada, movimientos eclesiales, así como las actividades que puedan organizarse a nivel regional y continental", concluye el texto.
Lea la versión completa de la Ecclesia in America o bájela completa directamente a su computador en versión comprimida: http://www.aciprensa.com/Ecc-am.zip
EL PAPA INVITA A ORAR POR AMÉRICA
MÉXICO D.F. 23 (ACI).- La Exhortación Post sinodal "Ecclesia in America" concluye con una invitación del Papa Juan Pablo II a unirse en una oración a Jesucristo por las familias de América.
"Al concluir esta Exhortación Apostólica, con la que he recogido las propuestas de los Padres sinodales, acojo gustoso su sugerencia de redactar una oración por las familias en América", dice el Papa en la parte conclusiva del documento. Que todos se unan a la súplica del Sucesor de Pedro, invocando a Jesucristo, camino para la conversión, la comunión y la solidaridad en América", dice el Pontífice, al presentar la siguiente oración:
Señor Jesucristo, te agradecemos
que el Evangelio del Amor del Padre,
con el que Tú viniste a salvar al mundo,
haya sido proclamado ampliamente en América
como don del Espíritu Santo
que hace florecer nuestra alegría.
Te damos gracias por la ofrenda de tu vida,
que nos entregaste amándonos hasta el extremo,
y nos hace hijos de Dios
y hermanos entre nosotros.
Aumenta, Señor, nuestra fe y amor a ti,
que estás presente
en tantos sagrarios del Continente.
Concédenos ser fieles testigos de tu Resurrección
ante las nuevas generaciones de América,
para que conociéndote te sigan
y encuentren en ti su paz y su alegría.
Sólo así podrán sentirse hermanos
de todos los hijos de Dios dispersos por el mundo.
Tú, que al hacerte hombre
quisiste ser miembro de una familia humana,
enseña a las familias
las virtudes que resplandecieron
en la casa de Nazaret.
Haz que permanezcan unidas,
como Tú y el Padre sois Uno,
y sean vivo testimonio de amor,
de justicia y solidaridad;
que sean escuela de respeto,
de perdón y mutua ayuda,
para que el mundo crea;
que sean fuente de vocaciones
al sacerdocio,
a la vida consagrada
y a las demás formas
de intenso compromiso cristiano.
Protege a tu Iglesia y al Sucesor de Pedro,
a quien Tú, Buen Pastor, has confiado
la misión de apacentar todo tu rebaño.
Haz que tu Iglesia florezca en América
y multiplique sus frutos de santidad.
Enséñanos a amar a tu Madre, María,
como la amaste Tú.
Danos fuerza para anunciar con valentía tu Palabra
en la tarea de la nueva evangelización,
para corroborar la esperanza en el mundo.
¡Nuestra Señora de Guadalupe, Madre de América,
ruega por nosotros!
MÉXICO D.F., 23 (ACI).- Una imagen histórica: por primera vez, un Pontífice llegó a la residencia presidencial de Los Pinos para encontrarse con el mandatario mexicano con el pleno reconocimiento de su dignidad en compañía de cardenales, obispos y sacerdotes que no necesitaron ocultar sus vestimentas eclesiales.
Juan Pablo II apareció ante la multitud que se congregó en la residencia "abierta a todos los mexicanos" para las fotos oficiales y escuchar el mensaje de bienvenida del Presidente Ernesto Zedillo.
"Muchas gracias por esa acogida calurosa. Que Dios bendiga a ustedes", improvisó el Santo Padre ante una emocionada audiencia de fieles de toda edad y condición que coreaban lemas y mensajes de cariño hacia el Pontífice.
Luego, tanto el Papa como el mandatario se retiraron a su encuentro privado en el que hablaron sobre temas relacionados a la realidad mexicana y la Iglesia, para finalmente llegar hasta otro ambiente en el que le aguardaba el cuerpo diplomático acreditado en pleno en el país para un encuentro protocolar.
Durante su encuentro con los embajadores, el Papa destacó que "la Iglesia, fiel a la misión recibida de su Fundador, proclama incansablemente que la persona humana ha de ser el centro de todo orden civil y social, y de todo sistema de desarrollo técnico y económico". "La historia humana no puede ir contra el hombre", agregó el Santo Padre, "ello equivaldría a ir contra Dios, cuya imagen viviente es el hombre, incluso cuando es deformada por el error o la prevaricación".
"La vida internacional exige unos valores morales comunes como base y unas reglas comunes de colaboración", dijo también.
Lea la versión completa del Mensaje del Santo Padre al Cuerpo Diplomático.
UNA EMOTIVA CELEBRACIÓN MARCÓ PRESENTACIÓN DE LA ECCLESIA IN AMERICA
MÉXICO D.F., 23 (ACI).- Con paso firme, Juan Pablo II cruzó la Basílica de Guadalupe entre una multitud que sobrepasó la capacidad del templo, para encontrarse después de ocho años con su Madre querida, la Virgen del Tepeyac, y acogido en su regazo, entregar a los obispos de América la Exhortación Apostólica Postsinodal Ecclesia in America consagrándole una vez más la evangelización del que hoy bautizó como el Continente de la Esperanza y de la Vida.
Poco después de las ocho de la mañana, el Papa Juan Pablo II abandonó la sede de la Nunciatura con destino a la Basílica a bordo del papamóvil. Con buen semblante y múltiples gestos de cariño saludó a los miles de mexicanos que le acompañaron en toda su ruta con un mar de banderas vaticanas y nacionales, gritos, porras y cantos.
Ya en la Basílica, su primer acto fue la bendición de una imagen del Beato Juan Diego ubicada en la denominada "Parroquia de los Indios" en el Atrio de las Américas; luego se dirigió a la sacristía para, finalmente, iniciar su procesión rumbo al altar.
Al grito de "Tú eres Pedro" seguido por el "Magnificat" cantado por un coro de prodigiosas voces mexicanas, el Santo Padre inició la celebración eucarística junto a los 500 cardenales y obispos americanos, así como otros 5,000 sacerdotes ubicados en el interior del templo, mientras otras diez mil personas acompañaban la celebración a través de las pantallas gigantes ubicadas en el atrio de la Basílica.
El Cardenal Norberto Rivera, Arzobispo Primado de México y anfitrión de la visita papal, pronunció su mensaje de bienvenida en el que destacó que así como el Papa llegó a encontrarse con la Guadalupana, toda América se pone de rodillas ante su madre a través de los obispos llegados de todo el Continente.
"En este momento absurdo del mundo, en este hoy de la desesperanza y de la injusticia, cuando América, el continente de la esperanza se debate entre la corrupción y la violencia, y nos angustiamos, me parece oír resonar en este recinto la voz de Ella, salid de sus labios de rosas: ¿Acaso no estoy yo aquí, yo que tengo el honor de ser tu Madre?", explicó el Purpurado.
Asimismo, expresó el gozo inmenso que invade a los americanos y agradeció al Pontífice por su presencia en el Tepeyac pidiéndole que siga guardando, para siempre, en su corazón, las manos, el manto, el bello rostro de la Morenita y el Verdadero Sol de Justicia que trae en su seno e ilumina todo su cuerpo. Pidió también que lleve consigo la fe y la adhesión que la Santa Señora ha sabido inculcarnos para los que son "representantes de nuestro Señor".
Desde ese momento, la Eucaristía tradujo el espíritu de comunión continental que el Santo Padre quiso traer a América. La primera lectura en inglés, el salmo en español y la segunda lectura en portugués, precedieron al Evangelio también en español y a la homilía multilingüe del Pontífice, en la que hablando en las cuatro lenguas mayoritarias americanas: español, inglés, portugués y francés, dirigió un enérgico y paternal mensaje de esperanza a todos los católicos de América interrumpido en varias ocasiones por las espontáneas palmas.
Lea el mensaje del Cardenal Rivera en http://www.aciprensa.com/dis-rive1.htm
"BIENAVENTURADA ERES IGLESIA EN AMÉRICA"
MÉXICO, 23 (ACI).- Durante la homilía en la Basílica de Guadalupe, el Papa Juan Pablo II resumió el ambicioso proyecto evangelizador para el Continente de la Exhortación Post-sinodal "Ecclesia in America" e invitó los católicos a desplegar en la región "una nueva primavera de santidad".
"Hoy en esta Basílica de Guadalupe, corazón mariano de América, damos gracias a Dios por la Asamblea especial para América del Sínodo de los Obispos auténtico cenáculo de comunión eclesial y de afecto colegial entre los Pastores del Norte, del Centro y del sur el continente- vivida con el Obispo de Roma como experiencia fraterna de encuentro con el Señor resucitado, camino para la conversión, la comunión y la solidaridad en América", dijo el Papa.
"Ahora, un año después -continuó- de la celebración de aquella Asamblea sinodal, y en coincidencia también con el Concilio Plenario de la América Latina que tuvo lugar en Roma, he venido aquí para poner a los pies de la Virgen mestiza del Tepeyac, estrella del nuevo mundo, la Exhortación Apostólica Ecclesia in America, que recoge las aportaciones y sugerencias pastorales de dicho Sínodo, confiando a la madre y Reina de este Continente el futuro de su evangelización".
Luego de agradecer a quienes hicieron posible la Asamblea sinodal, especialmente al Arzobispo de México, Cardenal Norberto Rivera, y a todos los cardenales y obispos, el Papa dijo que la acogida de la fe por parte de la Virgen se puede aplicar también al continente americano.
"¡Bienaventurada eres tú, Iglesia en América, que, acogiendo la Buena Nueva del Evangelio, generaste en la fe a numerosos pueblos! ¡Bienaventurada por esperar, bienaventurada por amar, porque la promesa del Señor se cumplirá! Los heroicos esfuerzos misioneros y la admirable gesta evangelizadora de estos cinco siglos no fueron en vano".
El Santo Padre exhortó a los americanos a confiar en Jesucristo para vencer las "graves dificultades" e "importantes desafíos" de la Iglesia en América. "¿Debemos por ellos desanimarnos? De ninguna manera: "¡Jesucristo es el Señor!" (Hb 2, 11). él ha vencido el mundo y ha enviado su Espíritu Santo para hacer todas las cosas nuevas".
"Queridos hermanos y hermanas, ha llegado el momento de desaparecer de una vez por todas de este continente todo ataque contra la vida. ¡No más violencia, terrorismo y narcotráfico! ¡No más torturas u otras formas de abuso! ¡Debe ponerse fin al innecesario recurso a la pena de muerte! ¡No más explotación de débil, discriminaciones raciales o ghetos de pobreza! ¡Nunca más!".
El Papa pidió también "vida con dignidad para todos", especialmente "para todos los que han sido concebidos en los vientres de su madre, para los niños de la calle, para los indígenas y afroamericanos, para los inmigrantes y refugiados, para los jóvenes privados de oportunidades, para los ancianos, para aquellos que sufren cualquier tipo de pobreza o marginación".
"Debemos elevar las conciencias de hombres y mujeres con el Evangelio, de tal manera que destaquemos la sublime vocación de hijos de Dios. Esto les inspirará a construir una América mejor. Con urgencia, debemos despertar una nueva primavera de santidad en el Continente de tal manera que la acción y la contemplación vayan de la mano".
Por último, suplicó a la Virgen de Guadalupe para que "acompañe a la Iglesia que desarrolla su labor en las naciones americanas, para que sea siempre evangelizadora y renueve su espíritu misionero".
"¡Oh dulce Señora del Tepeyac, Madre de Guadalupe! Te presentamos esta multitud incontable de fieles que rezan a Dios en América. Tú que has entrado dentro de su corazón, visita y conforta los hogares, las parroquias y las diócesis de todo el Continente. Haz que las familias cristianas eduquen ejemplarmente a sus hijos en la fe de la Iglesia y en el amor del evangelio, para que sean semillero de vocaciones apostólicas. Vuelve hoy tu mirada sobre los jóvenes y anímalos a caminar con Jesucristo".
Lea la homilía del Papa en http://www.aciprensa.com/dis-mex2.htm
EL 12 DE DICIEMBRE ES FIESTA OFICIAL PARA EL CONTINENTE
MÉXICO D.F., 23 (ACI).- Casi hacia el final de su intensa homilía, el Papa Juan Pablo II anunció oficialmente que el 12 de Diciembre, día en que México celebra a Nuestra Señora de Guadalupe, se convertirá en fiesta litúrgica para todo el continente.
En el pasaje de la homilía que arrancó entusiastas aplausos de aprobación de las decenas de miles de presentes, el Papa señaló que "quiero confiar y ofrecer el futuro del Continente a María Santísima, Madre de Cristo y de la Iglesia". "Por eso, tengo la alegría de anunciar ahora que he declarado que el día 12 de diciembre en toda América se celebre a la Virgen María de Guadalupe con el rango litúrgico de fiesta", agregó el Pontífice.
En la liturgia de la Iglesia, la fiesta es la segunda en importancia, inmediatamente después de las solemnidades, rango de las más importantes celebraciones católicas.
Según expertos locales consultados, la Congregación para la Liturgia y la Disciplina de los Sacramentos de la Santa Sede, aprobaría un oficio litúrgico propio para la nueva fiesta continental, o podría aprobar la adaptación y traducción del oficio con el que ya celebran los mexicanos a la Patrona de América.
EL PAPA ENTREGÓ EL DOCUMENTO Y BENDIJO VÍRGENES PEREGRINAS
MÉXICO D.F., 23 (ACI).- Luego de pronunciar la oración final y antes de impartir la bendición apostólica a todos los presentes, el Papa Juan Pablo II bendijo un grupo de vírgenes peregrinas e hizo entrega de la Exhortación Apostólica post-sinodal "Ecclesia in America".
Las réplicas exactas de la imagen de la Virgen de Guadalupe serán distribuidas en México y toda América para que recorran las diócesis y parroquias como preparación del Gran Jubileo del 2000.
Luego, entregó la Exhortación Apostólica empastada en rojo y con el escudo papal, a representantes de la Iglesia de todo el continente, comenzando por los cardenales y seguido por un número significativo de obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, presbíteros de rito oriental, indígenas, laicos varones y mujeres, niñas y niños.
Finalmente, se dirigió a orar a solas con la imagen de la Guadalupana, que giró noventa grados sobre su eje para recibir al Pontífice que mediante un moderno ascensor se elevó ocho metros sobre el nivel de tierra para contemplar de frente la tilma donde milagrosamente se encuentra impresa la imagen de la "Morenita".