EL
PAPA REVELA INTENCIÓN ESPECIAL DE SU VIAJE A LOURDES
VATICANO,
11 Ago. 04 (ACI).- Esta mañana, la presidir la audiencia
general de los miércoles en la residencia veraniega
de Castelgandolfo, el Papa Juan Pablo II reveló a
los fieles que llevará al santuario de Lourdes
una intención muy especial. Pedirá el auxilio
de la Virgen para sanar el alma del “hombre moderno”.
La visita
del Papa al santuario francés está prevista
para el 14 y 15 de agosto. Su motivo
es celebrar el 150º aniversario de la proclamación
del dogma de la Inmaculada Concepción –a
cargo de Pío IX el 8 de diciembre de 1854- y coincidirá
con la fiesta de la Asunción de María.
El Papa
anticipó que su viaje a Francia tendrá tres
momentos públicos: el rezo del Rosario
el sábado por la tarde, una procesión
ese mismo día y la celebración de
la Eucaristía dominical; pero agregó
que tendrá dos momentos de oración
silenciosa en la gruta de Lourdes a su llegada y partida.
Justamente, en esos momentos
privados, el Papa confesó que llevará en su corazón “la
gratitud y plegarias de toda la Iglesia, sino de todo el mundo, cuya paz y salvación
solo pueden provenir de Dios”.
Según
el Papa, el mensaje divino que la Virgen dio al mundo en
Lourdes es que “a través de la oración
y la penitencia, la victoria de Cristo puede tocar a todas
las personas y todas las sociedades”.
“Para
cambiar nuestra conducta, debemos escuchar
la voz de nuestra conciencia, donde Dios nos ha dado la
facultad de reconocer el bien y el mal.
Es desafortunado que muchas veces el hombre moderno
parezca haber perdido el poder de saber qué es el
pecado. Es necesario rezar por él, para
que experimente un nuevo despertar interior,
que le permita redescubrir completamente la santidad de
la Ley de Dios y los deberes que de él provienen”,
señaló el Pontífice.
El Santo
Padre recordó que la Virgen se apareció
a Santa Bernardita en Lourdes cuatro años antes de
la proclamación del dogma presentándose a
sí misma como la “Inmaculada Concepción”.
“Regresar a Lourdes como signo de esta verdad luminosa
de la fe es para mí un regalo especial de la Divina
Providencia”, señaló.
El Papa
destacó que en un mismo acto de alabanza a Dios y
la Virgen, “abarcaré dos grandes misterios
marianos, el de la Inmaculada Concepción
y su Asunción al cielo en cuerpo y alma”.
“Los
dos representan el principio y fin del peregrinaje terreno
de María unidos en la eternal presencia de Dios que
la llamó a formar parte de una manera única
en el evento salvífico que fue la
Redención de Nuestro Señor Jesucristo”,
añadió.
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