San Josefina Bakhita

1869-1947
Santoral: 8 de febrero

San Josefina Bakhita nació en una aldea cerca de la montaña Agilerei en el país de África central de Sudán. Su familia era de recursos y su padre era asistente del jefe de la aldea. Eran tres varones y tres hembras en la familia de San Josefina. Pertenecían a la tribu Dagiu, gente de trabajo y paz.

Cuando tenía cinco años, su herman mayor fue secuestrada por comerciantes de esclavos. A través de su vida, Bakhita contaba de la tristeza que pasó su familia al perder a su hermana. Varios años después, cuando tenía ocho años, Bakhita fue secuestrada.

Fueron los comerciantes de esclavos árabes que le dieron el nombre de Bakhita. Uno de ellos dijo: "Bakhita es un nombre hermoso; te traerá buena suerte." Fue llevada a la aldea de los comerciantes de esclavos y encerrada en una choza por cerca de un mes, y despues fue puesta en una caravana de esclavos.

En total, fue vendida cinco veces. Algunos de sus dueños la golpeaban. Finalmente, en Khartoum, Callisto Legnani, el vice consul italiano, la compró con la intención de liberarla.
La familia regresó a Italia y Bakhita fue adoptada por la familia Michieli. La familia fue a África por un tiempo y Bakhita buscó a Alice, la más jóven de las hermanas de su familia. Bakhita y Alice fueron a Venecia a quedarse en el instituto para catecúmenos dirigido por las Hermanas Canossianas.

El hombre que los llevó al convento dió a Bakhita un crucifijo de plata. "Mientras me lo daba," dice Bakhita, "lo besó con gran devoción; "después me explicó que Jesucristo, el Hijo de Dios, había muerto por nosotros. Miré al crucifijo casi en secreto, y me llené de una fuerza misteriosa y sentí dentro de mí algo que no podía entender...Si hubiera conocido al Señor durante mi esclavitud, cuán menos hubiera sufrido."

Bakhita se convirtió al cristianismo en enero de 1890, y en 1893 entró al convento al Instituto de las Hijas Canossianas de la Caridad. En 1896 hizo sus votos, y sirvió como una hija Canossiana los próximos 50 años.

Se le conocía como una persona gentil y siempre dispuesta a ayudar. En Schio donde vivía a la hora de su muerte, aún es llamada "Nuestra Madre Negra."

Poco antes de morir el 8 de febrero de 1947, Josefina dijo: "No, No, no se entristescan, aún estaré con ustedes. Si el Señor me lo permite, mandaré muchas gracias del cielo para la salvación de las almas."

Cuando fue canonizada el 1 de Octubre de 2000, el Papa Juan Pablo II dijo: "¡Regocíjate África! Bakhita ha regresado a ustedes: la hija de Sudán, vendida a la esclavitud como mercancía viva, sin embargo libre: libre con la libertad de los Santos." El Papa también dijo de Bakhita: "En nuestros tiempos, en los que la desenfrenada carrera hacia el poder, dinero y placer es la causa de tanta desconfianza, violencia y soledad, la Hermana Bakhita se nos ha dado una vez más por el Señor como una hermana universal, para que nos revele el secreto de la verdadera felicidad: las bienaventuranzas...He aquí un mensaje de bondad heróica modelado en la bondad de nuestro Padre celestial."

Citas de San Josefina

"O Señor, si pudiera volar a mi gente y decirles de tu bondad a voz alta: ¡O, cuantas almas no ganaríamos!"

"¡María me protegió antes de que la conociera!"

"Le he dado todo a mi Señor: Él me cuidará...Lo mejor para nosotros no es lo que nosotros consideramos, pero lo que el Señor quiere de nosotros."

"Cuando una persona ama a otra con mucho cariño, desea con fuerza estar cerca de ella: por tanto, ¿porqué temer la muerte? ¡La muerte nos lleva a Dios!

Oración para la intercesión de San Josefina Bakhita

Padre celestial, Tú Hijo Jesucristo, a través de su sufrimiento y muerte sobre la cruz, se dió a si mismo como un regalo de amor para la reconciliación y salvación de toda la gente. Él continua expresando este amor dándonos a San Josefina Bakhita. Ella también se ofreció a través de su sufrimiento en la esclavitud. Humildemente te pedimos que a través de su intercesión Salves a sus hermanos y hermanas de Sudán de la esclavitud y persecución. Que obtenga para su gente y todo el mundo el regalo de justicia y paz. Te lo pedimos a través de Cristo nuestro Señor. Amen.

Fuente: Página oficial de Toronto