ROMA, 20 Ago. 00 (ACI).- Al rezar el Ángelus, que cerró las celebraciones por el Jubileo de los Jóvenes en Tor Vergata, el Papa Juan Pablo II se despidió de sus amigos con una nueva invitación: participar en la próxima Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en Toronto, Canadá, en el año 2002.
"Antes de concluir esta grande y bella asamblea, deseo anunciar que el próximo Encuentro Mundial de los Jóvenes tendrá lugar en Toronto, Canadá, en el verano de 2002. Al invitar ya desde ahora a los jóvenes del mundo a encaminarse hacia aquella meta, dirijo un saludo especial a la Delegación canadiense, que ha estado presente en esta celebración para recoger el "testigo" de su futuro compromiso. Sobre ellos y el encargo que hoy asumen invoco la protección de la Santísima Virgen", afirmó el Papa.
Previamente, el Pontífice dirigió la reflexión de la asamblea hacia la figura de la Virgen María. "Con su presencia solícita y materna, María ha presidido estas jornadas romanas de intensa experiencia de fe. A ella queremos manifestar todo nuestro agradecimiento por aquel "sí" que dio al inicio de la "aventura" de la Redención", indicó.
Asimismo, agradeció a todos los que participaron y organizaron la Jornada Mundial de la Juventud, con una mención especial al "Pontificio Consejo para los Laicos, presidido por el Cardenal James Francis Stafford; el Vicariato de Roma y la Conferencia Episcopal Italiana, presidida por el Cardenal Camillo Ruini; el Presidente y los miembros del Comité Italiano para la decimoquinta Jornada Mundial de la Juventud, así como también las comunidades parroquiales de Roma y de las diócesis limítrofes, sus asociaciones, movimientos y grupos que, desde hace tres años, han rezado y trabajado con entusiasmo para preparar este evento. Pido a todos que no se deje desperdiciar el rico patrimonio de bien que el trabajo común ha producido".
"Mi agradecimiento se dirige también a las Autoridades públicas, que con gran esfuerzo se han ocupado de que la compleja organización de la Jornada Mundial de la Juventud se desarrollase lo mejor posible. Saludo, finalmente, a tantos Cardenales y Obispos presentes, a los sacerdotes, a las religiosas y religiosos, a los educadores y a vosotros, jóvenes del mundo, mi gozo y mi corona", concluyó.
Saludos para el mundo
Como es tradicional, al final de la ceremonia, el Pontífice dirigió un saludo en cada una de las lenguas de las delegaciones participantes.
Hablando en inglés, el Papa señaló: "Queridos jóvenes, debemos decir adiós hasta la próxima vez. Su peregrinación siguiendo los pasos de Jesús debe continuar dondequiera que vayan. ¡Lleven con ustedes las palabras de vida de Jesús, y difúndanlas por doquier! ¡Dios estará con ustedes!".
En español, Juan Pablo II dijo: "Saludo ahora a los jóvenes de América Latina y España presentes en la Jornada Mundial de la Juventud. Al regresar a los lugares de origen contad a vuestros coetáneos la experiencia vivida y dadles un abrazo del Papa".
"A los jóvenes de lengua portuguesa y a cuantos les sirven de guía y apoyo: muchas gracias por su peregrinación, lleven mi bendición en el camino de la vida que os espera. ¡Sean tienda del divino Emanuel en medio de vuestra gente y dejen entrar a los hambrientos de Dios!".