VATICANO, 16 Ago. 00 (ACI).- En un intenso ambiente de alegría y entusiasmo se inició ayer la XV Jornada Mundial de los Jóvenes con el encuentro del Santo Padre en la Plaza de San Juan de Letrán con los cientos de miles de jóvenes italianos que se reunieron para celebrar su Jubileo.
El Santo Padre se reunió a las 6 de la tarde con los miembros de diversas diócesis del país a las puertas de la Basílica Romana, en donde en medio de las barras y cantos el Papa ingresó en su papamóvil hasta llegar al estrado central de la Plaza.
Al iniciar el encuentro, el Papa, que estuvo acompañado por el Cardenal Camilo Ruini, Vicario del Papa para la diócesis de Roma, y por el Cardenal James Francis Stafford, Presidente del Pontificio Consejo para los Laicos, recibió la estola que lo presenta como Obispo de Roma, y realizó un gesto de bienvenida para todas las delegaciones de las diócesis presentes.
Luego, los jóvenes Luca Anzini y Simona Montanino dirigieron cada uno un pequeño mensaje de bienvenida al Santo Padre, y compartieron la intensa alegría que viven los jóvenes italianos, que ubicados hasta en los monumentos que rodean la Basílica, cargaban numerosas banderas y pancartas con mensajes de cariño al Santo Padre.
Terminadas sus palabras, ambos jóvenes se acercaron hacia el Papa y con un significativo abrazo recibieron la paternal bendición del Pontífice.
Inmediatamente se cantó una canción titulada "Por tu palabra yo arrojaré las redes", que aludía al pasaje en el que el Señor realiza el milagro de la pesca milagrosa y en el que San Pedro le hace una confesión de fe.
Antes del saludo del Santo Padre, el Cardenal Ruini recordó en sus palabras "aquella tarde del 30 de marzo de 1985, 'Año Internacional de la Juventud', en la que, en esta misma plaza de San Juan de Letrán, Vuestra Santidad encontraba por primera vez a jóvenes de todo el mundo y daba inicio así a aquel extraordinario camino de fe, de amistad, de fraternidad, de alegría común y de compromiso común, que después se ha desarrollado como Jornadas Mundiales de la Juventud".
Concluido el discurso del Purpurado, el Sumo Pontífice se dirigió a los jóvenes con unas palabras de bienvenida interrumpidas constantemente por las aclamaciones de los asistentes, por las que el Santo Padre levantaba continuamente la mirada para contemplar esa impresionante demostración de alegría y entusiasmo.
En su saludo a los jóvenes, el Santo Padre señaló que "en esta ciudad, que custodia las tumbas y las memorias de aquellos que han testimoniado al Salvador del mundo, pueda, en estos días, cada uno de los jóvenes, encontrar a Jesús, Aquel que conoce el secreto de la verdadera felicidad y la ha prometido a sus amigos".
"Vivid intensamente, queridos jóvenes peregrinos del tercer milenio, esta Jornada Mundial de la Juventud. A través del contacto con tantos contemporáneos que como vosotros quieren seguir a Cristo, atesorad las palabras que escuchéis de los obispos, acogiendo la voz del Señor para fortalecer vuestra fe y testimoniarla sin miedo, sabiendo ser herederos de un gran pasado", agregó el Pontífice.
"Al abrir vuestro Jubileo, queridísimos jóvenes, deseo repetiros las palabras con las que inicié mi ministerio de Obispo de Roma y de Pastor de la Iglesia universal; querría que éstas guiasen vuestros días romanos: '¡No tengáis miedo! Abrid las puertas, es más, abrid las puertas a Cristo de par en par! Dejad que Cristo reine en vuestras jóvenes existencias, servidlo con amor. ¡Servir a Cristo es libertad!", exclamó el Papa.
Antes de terminar su discurso, el Papa respondió con humor a los gritos de ¡viva el Papa! comentando que "el Papa vive ya desde hace 80 años y los jóvenes lo quieren siempre joven. ¿Cómo hacer esto?".
Terminadas sus palabras y en medio de cantos que aclamaban "quédate con nosotros", Juan Pablo II se trasladó en el papamóvil a la plaza de San Pedro para encontrarse con los jóvenes provenientes de más 150 países del mundo.