VATICANO, 18 Ago. 00 (ACI).- En estos días son muchos los testimonios de jóvenes dispuestos a compartir su encuentro con Dios y con los demás, dándole a la Jornada Mundial de Jóvenes un sello especial de fraternidad y encuentro con Dios.
Un ejemplo es Rachel Spitza, una joven de 17 años proveniente de Tulsa, Okla, quien afirmó que "caminando por las calles había mucho calor y había mucha gente, pero el saber que estábamos yendo a ver al Papa era lo que nos movía".
Otra joven, de Oklahoma, explicó la gran espera por la que pasó para poder ver al Santo Padre el primer día de la Jornada en la Plaza San Pedro, y afirmó que "estuvo muy caluroso y difícil pero valió la pena".
Patrick Jacobs, de 25 años, viajó desde Sudáfrica para participar de la Jornada, y comentó que su grupo tuvo que almorzar de pie mientras hacían la fila para entrar a la Plaza San Pedro y esperar la llegada del Papa, quien llegó a las 6:30 de la tarde. "Cuando llegamos a la Plaza tuvimos que esperar mucho para ingresar, pero nos mantuvimos ocupados construyendo pirámides y cantando", agregó.
Según lo afirmó Kyle Llewellyn, de 14 años, su peregrinación desde Continental, Ohio, en la diócesis de Toledo, fue para "conocer a jóvenes de todo el mundo, para ver al Santo Padre y celebrar la Misa con él".
Carina Sipi de Finlandia afirmó que tuvo que tomar dos trenes para llegar a Roma y encontrarse con la gran multitud. "Fue increíble, hermoso", aseguró.
Asimismo, Mikael Tahaued, 21, un estudiante universitario francés que se hospeda actualmente en Roma, explicó que el gran número de participantes lo llenan de alegría. "Cuando hablo de mi alma, de mi religión, es algo muy personal", afirmó. "Es muy bueno ver a personas con la misma fe, y me siento miembro de un grupo muy grande. No estoy solo", agregó.
Por su parte, Jen Brickman, 21, quien pertenece a un grupo de Ontario, Canada, afirmó que no podrá describir lo que vivió a sus amigos cuando regrese. "Tendré que enseñarles todas mis fotos", afirmó.