MENSAJE DE LOS OBISPOS DE CUBA A NUESTROS HERMANOS CUBANOS CON OCASIÓN DE LOS 400 AÑOS DEL HALLAZGO Y PRESENCIA DE LA IMAGEN DE LA VIRGEN DE LA CARIDAD ENTRE NOSOTROS
Aug 25, 2008
“A JESÚS POR MARÍA,LA CARIDAD NOS UNE”
1. Llenos de alegría nos dirigimos a ustedes para invitarlos
a celebrar el Cuarto Centenario del hallazgo de la bendita imagen de la Virgen de la Caridad en el año 1612.
Hemos querido hacerlo a todos los cubanos, porque la Virgen de la Caridad es nuestra, seamos
creyentes o no creyentes, católicos o protestantes, o tengamos una devoción
popular que pueda ser más o menos sincrética. También nos dirigimos a nuestros
hermanos cubanos que viven fuera de Cuba, porque la Virgen de la Caridad es símbolo de la Patria, es vínculo de
unidad de nuestras familias, de nuestro pueblo y, ante todo, porque es la Madre de Jesucristo, el Hijo
de Dios, Salvador de todos los hombres.
2. El acontecimiento que celebramos, como son las cosas de
Dios, pasó inadvertido para los cronistas de la época, pero con el transcurrir
de los años se convirtió en un hecho de mayor trascendencia para la fe de
nuestro pueblo. Esta imagen, hallada y acogida con amor, es el símbolo
religioso que expresa y manifiesta de manera privilegiada la religiosidad del
pueblo cubano. Por esto, podemos decir que, desde su altar del Cobre, la Virgen de la Caridad ha estado presente
en el corazón de la mayoría de los cubanos y nos ha acompañado a lo largo de
nuestra historia. Los creyentes católicos la veneramos como Madre, Reina y
Patrona de Cuba y, para gran parte de nuestro pueblo, su pequeña imagen evoca y
recuerda a Cuba, y en ella quedan plasmados los mejores anhelos y esperanzas de
los cubanos.
3. Relatan documentos antiguos que, un día no precisado, dos
indios de la región central de Oriente, Rodrigo y Juan de Hoyos, y un pequeño
negro esclavo del Cobre, Juan Moreno, encontraron cuando iban a buscar sal a la Bahía de Nipe, una imagen de
la Virgen María
flotando sobre las olas del mar. Según cuenta el mismo Juan Moreno ya con 85
años de edad, en declaraciones hechas el 1º de abril de 1687 a las autoridades de la
época, la imagen flotaba sobre una tabla en la que se leía “Yo soy la Virgen de la Caridad”. Eran hombres de
fe que admirados por el hallazgo, recogieron la imagen y gozosamente la
llevaron al Hato de Barajagua, allí le levantaron un bohío de tablas de palma y
guano y, con respeto, la pusieron sobre un improvisado y modesto altar adonde
acudían a venerarla.
4. Después trasladaron a su ya querida imagen, en larga y
devota procesión, hasta el poblado de El Cobre y la expusieron para veneración
de los cobreros en la iglesia parroquial. Posteriormente, la llevaron a la
capilla del hospital de pobres del poblado. Ya en el año 1648, le habían
construido una pequeña ermita y más tarde, en el año 1680, un espacioso templo
adonde acudían los pobladores de El Cobre e iban de peregrinación los de
Santiago de Cuba, Bayamo y otras comarcas cercanas. El pueblo enseguida
experimentó los bienes y gracias que recibía de Dios por medio de la Madre de su Hijo, María de la Caridad. Son muchos
los milagros y prodigios que narran los documentos de la época.
5. Desde su Santuario de El Cobre se fue extendiendo la
devoción a la Virgen
de la Caridad.
Conquistó el corazón de muchas personas, pues la sentían
cercana y acudían ante ella para manifestarle amor y alcanzar sus favores. El
Cobre se convirtió, hasta el día de hoy, en lugar de peregrinación para los
devotos de toda la isla. A principios del siglo XVIII, en 1717, se levanta una
ermita, hoy parroquia, a su nombre en la Villa de Sancti Spíritus. En Camagüey se
construye otra ermita en el año 1734 que se convierte en lugar de coloridas
fiestas populares, procesiones y peregrinaciones. En el poblado de Quemados,
hoy Marianao, en ese mismo año, se levanta también una capilla bajo la
advocación de Nuestra Señora de la Caridad. Lentamente
la devoción a María de la
Caridad se extiende de un extremo al otro de la isla y se
propaga a amplios sectores de la población, sobre todo entre los criollos y
principalmente entre los campesinos y los grupos más humildes. De manera que
también, en el aspecto religioso, se comienza a vislumbrar la diferenciación
entre lo criollo autóctono y lo peninsular. Los cubanos emigrantes por motivos
económicos y familiares y los cubanos exiliados a partir de las luchas de
independencia y de los conflictos que hemos tenido en la historia más reciente,
llevaron consigo la devoción a la
Virgen de la
Caridad, levantándole altares, iglesias y santuarios. A ellos
acuden, al igual que en Cuba, a venerarla como Madre y Patrona del pueblo
cubano. Fuera de la Patria
su condición de símbolo que evoca a Cuba, permanece siempre. Y, a través de los
cubanos en distintos países la devoción a la Virgen de la Caridad se ha extendido por diversos pueblos.
6. Al disponernos a celebrar este aniversario, nuestros
primeros sentimientos son de agradecimiento a Dios porque nos ha regalado a
María de la Caridad,
Madre de Jesucristo, como Madre nuestra y Patrona de Cuba. Dios siempre está
presente en la historia y por eso muchos hombres y mujeres en nuestro pueblo
experimentamos que la Virgen
de la Caridad
ha sido un regalo de Dios para los cubanos, porque en ella descubrimos la
bondad que viene de Dios, la sentimos cercana al Señor y acudimos a Ella en
busca de favores. Bajo su amparo ponemos a nuestros hijos para que los cuide y
los preserve de todo mal, pedimos que proteja a nuestros ancianos, fortalezca a
los presos y consuele a los enfermos. Nos sentimos acompañados por Ella en los
momentos difíciles y en las alegrías no escatimamos las muestras de gratitud
orando ante su altar, llevándole flores y encendiéndole velas, Siguiendo una
tradición, varias veces centenaria, peregrinamos al Cobre para pedir ante su
altar el bien de los nuestros y la paz deseada para todos los cubanos.
7. Damos gracias a Dios porque la devoción a la Virgen María de la Caridad ha sostenido
yconservado la fe del pueblo en todos
los momentos de nuestra historia. EnElla experimentamos el amor y la acogida de la madre fiel y cercana. Nos
recibe mostrándonos, junto a su pecho, a su hijo Jesús, mientras sostiene en su
mano derecha la cruz donde Él nos alcanzó la redención. Su imagen es una
invitación permanente a acercarnos y a encontrarnos con Jesucristo. Es una
invitación a seguirlo. Al contemplarla recordamos la fe de nuestros mayores: la
madre que nos enseñó la primera oración y nos aconsejó poner nuestra vida en
las manos de la Virgen,
la estampa que preside nuestro hogar, el Bautismo que un día recibimos o la
iglesia a la que de pequeños nos llevaron para que rezáramos ante su altar.
Esta evocación entrañable la expresa de manera magistral y sencilla el poeta
Juan Cristóbal Nápoles Fajardo (El Cucalambé), cantor de la naturaleza y del
alma cubana, en las décimas dedicadas a la Virgen de la Caridad:
Cuando yo, inocente niño,
en el regazo materno
era objeto del más tierno
y solícito cariño,
cuando una mano de armiño
me acarició en esa edad,
mi madre con la ansiedad
más grata y más fervorosa,
me habló de la milagrosa
Virgen de la
Caridad.
8. Los pobladores de El Cobre, la mayoría de ellos “esclavos
del rey”, fueron los primeros devotos y custodios de la Virgen de la Caridad y quienes
levantaron la ermita y el Santuario, convirtiéndose éste en el lugar más
importante del poblado. No es de extrañar que la lectura pública de la Real Cédula donde se
otorgaba la libertad a los “esclavos del rey”, fuese leída en la Plaza frente al Santuario
por el Padre Alejandro Paz Ascanio, capellán del mismo y muy sensible a las
demandas de los cobreros.
9. Según cuenta la tradición, la bandera de Céspedes se
confeccionó con la tela azul que adornaba el altar de la Virgen de la Caridad de una casa de La Demajagua. Después
de la toma de Bayamo, el Padre de la
Patria, Carlos Manuel de Céspedes, se dirigió al Cobre, y en
el Santuario ante el altar de la
Virgen de la
Caridad se arrodilló y oró en silencio por el buen fin de la
lucha que había iniciado por la libertad de Cuba.
10. Abundan los ejemplos de la devoción de los mambises a la Virgen de la Caridad: en sus sombreros
usaban la cinta con la medida de la imagen de la Virgen, llevaban consigo
sus medallas, muchas imágenes fueron llevadas al campo de batalla. De este modo
reforzaron la devoción a la
Virgen del Cobre en su expansión hacia occidente. Si antes de
la guerra el cariño, aprecio y devoción del pueblo a la Virgen de la Caridad estaba presente,
con las guerras de independencia la identificación entre lo genuinamente
cubano, la libertad de Cuba y la
Virgen de la
Caridad se hizo evidente.
11. Al término de la guerra de 1895, al Ejército Libertador
al mando del General Calixto García se le impidió,por parte del mando norteamericano, entrar en
la ciudad de Santiago de Cuba. Se entiende, entonces, que el General Calixto
García enviara al Santuario de El Cobre, el día 8 de Septiembre de 1898, al
General Agustín Cebreco y a su Estado Mayor para celebrar oficialmente la
primera fiesta de la Virgen
de Caridad en Cuba libre. En la
Misa se pidió por el futuro de Cuba y por la República que se
gestaba. Este acontecimiento histórico, que está recogido en acta solemne
firmada por los participantes se puede considerar como el primer acto oficial
de Cuba independiente.
12. En los años iniciales de la nueva república y tras los
trágicos acontecimientos de la denominada “guerrita de los negros”, un grupo de
veteranos de la guerra de independencia consideró necesario realizar un gesto
de unión que aglutinara a todos los cubanos en la búsqueda del bien de la Patria, capaz de recuperar
el espíritu de confraternidad que reinó durante la contienda, en la que no
importaba el origen o el color de la piel. La experiencia vivida en la manigua
les hizo descubrir que el símbolo que concretaba ese ideal era la Virgen de la Caridad. Aquí se
unieron la fe, la devoción y el amor a Cuba. Así pues, el 24 de septiembre de
1915, un grupo de antiguos oficiales y combatientes mambises y más de 2000
veteranos fueron a caballo desde Santiago de Cuba al Cobre, allí durante la
celebración se redactó, leyó y firmó el solemne documento de petición al Papa
Benedicto XV para que declarase a la
Virgen de la
Caridad del Cobre Patrona de Cuba. El grupo estuvo encabezado
por los mayores generales Jesús Rabí y Agustín Cebreco,y “los firmantes eran negros, blancos y
mulatos; militaban en los partidos conservador, liberal y socialista; pasaban
por sobre sus diferencias políticas, a fin de limar asperezas
estamentales…”(1)En respuesta a esta solicitud, el Papa
declaró el 10 de mayo de 1916
ala
Virgen de la
Caridad del Cobre Patrona de la República de Cuba.
13. Desde entonces, y durante toda la etapa republicana, la
presencia de la Virgen
de la Caridad
se enraíza cada vez más en nuestro pueblo. Debido a los trabajos en las Minas
del Cobre el antiguo Santuario se vio irremediablemente afectado y la imagen de
la Virgen fue
trasladada a la iglesia parroquial de El Cobre. Esta urgencia y la creciente
devoción del pueblo cubano hicieron necesaria la construcción de un nuevo
Santuarioque acogiera un mayor número
de fieles. Una buena parte de los gastos fueron cubiertos con las donaciones
generosas de cientos de miles de fieles. El 8 de septiembre del año 1927 se
inauguró el nuevo Santuario y se trasladó la imagen desde la parroquia de El
Cobre en procesión solemne y devota. En 1936 la imagen de la Virgen de la Caridadfue coronada, mediante delegación papal, por
el arzobispo de Santiago de Cuba Mons. Valentín Zubizarreta. El 24 de enero de
1998 el Papa Juan Pablo II la coronó personalmente como Reina y Patrona de
Cuba, ante una multitud entusiasta reunida en la Plaza Antonio Maceo
de Santiago de Cuba.
14. Durante los difíciles años de la década de los cincuenta
y los años posteriores hasta nuestros días, los cubanos la seguimos
considerando como la madre amorosa que vela por nosotros. Ella sigue siendo
faro de esperanza y promesa de un futuro mejor. Sentimos que es nuestra madre y
que todos los cubanos somos hermanos. En su presencia las diferencias sociales,
culturales, políticas, económicas, ideológicas, raciales, o entre los que viven
fuera o dentro de Cuba, desaparecen, todos son acogidos por igual. No hay
acontecimiento o proceso social, ya sea alegre o doloroso que, de una manera u
otra, no esté presente a través de los exvotos, promesas y recuerdos que los
fieles de todo el país le llevan a la
Virgen del Cobre. La historia de nuestros aciertos y
fracasos, del bien que hemos hecho y del mal que hemos causado o sufrido se
puede escribir a través de ellos.
15. Así se comprende que cuando el novelista norteamericano
Ernest Hemingway, hace más de 50 años, recibiera el Premio Nobel de Literatura
quisiera donar la medalla correspondiente al pueblo cubano. Él consideró que el
lugar más digno para depositar la medalla, y el que mejor representaba a todo
nuestro pueblo, era precisamente el Santuario del Cobrepor ser la casa de la Virgen de la Caridad, corazón del
pueblo y símbolo de sus mejores aspiraciones. Hemingway tuvo la seguridad de
que al dejar la medalla en el Santuario del Cobre su ofrenda sería patrimonio
de toda la nación, su decisión mostró su aprecio por el significado de esta
bendita imagen, y de su Santuario, para el pueblo de Cuba.
16. La
Santísima Virgen quiso quedarse entre nosotros bajo el título
de “Caridad” que significa amor, y, ante su presencia materna los cubanos
tomamos conciencia de la fraternidad que debe reinar entre nosotros, que nos
mueve a la comprensión, el perdón, la justicia, la solidaridad, la tolerancia,
el amor entre los cubanos, sin hacer distinciones. Así, únicamente, se podrá
alcanzar un futuro mejor para nuestras familias y para nuestra Patria. Al Cobre
podemos ir solos pero siempre tenemos presentes a nuestros familiares y amigos
y, al ponernos de rodillas ante la imagen de la Virgen de la Caridad, es imposible no
pensar en Cuba y pedir el bien para todos sus hijos.
17. Al comienzo de estos tres años de preparación invitamos
a todo el Pueblo de Dios, sacerdotes, diáconos, religiosas y religiosos, fieles
de nuestros pueblos, campos y ciudades, de grandes y pequeñas comunidades, a
los mayores que han conservado la fe en los momentos difíciles y nos la han
transmitido y a los que la han acogido con alegría en tiempos recientes, a
todos los fieles devotos de la
Virgen de la
Caridad, en Cuba o fuera de Cuba, a vivir con plenitud este
tiempo de gracia. A ustedes los exhortamos a ser agradecidos con Dios y a
corresponder a su amor. La mejor promesa, la mejor ofrenda que podemos hacerle
a la Virgen es
imitarla. María es la primera discípula de Jesús, la mujer fuerte, humilde y
sencilla, de fe orante y comprometida que buscaba siempre la voluntad de Dios,
atenta a las necesidades de los demás. En Ella siempre hallamos los cubanos los
valores que tanto necesita nuestro pueblo.
18. También para nuestros hermanos de otras Iglesias o
grupos cristianos, con quienes compartimos una misma veneración a la Revelación de Dios en la Santa Biblia, la
figura de María es modelo en su respuesta de fe al Señor, porque ella fue la
mujer que creyó en “la Palabra
de Dios que se hizo carne en su seno y habitó entre nosotros”. Por medio de
Cristo, Palabra encarnada, nos ha sido dado el Espíritu Santo que nos hace
hijos de Dios y nos permite dirigimos a Él llamándolo Padre. Así, pues, como
miembros del pueblo de Dios que peregrina en Cuba, los invitamos a unirse a
esta alegría del próximo Año Jubilar y a proclamar, por todos los pueblos,
barrios y ciudades, que Jesús, el hijo de María, es nuestro único Salvador.
19. De igual forma, dirigimos nuestro pensamiento afectuoso
a quienes siguen sus propias tradiciones religiosas, y que sentimos cercanos a la Iglesia Católica
por el bautismo de sus hijos, la oración por los difuntos y la participación en
nuestras fiestas. Ellos muestran su devoción a la imagen de Nuestra Señora de la Caridad a quien respetan y
veneran, y se acercan con frecuencia a su altar para ofrecerle sus dones (flores,
velas, donativos), darle gracias por sus beneficios e implorar su ayuda.
Invitamos a estos creyentes a compartir nuestra alegría en estas celebraciones
y deseamos que al hacerlo no se queden sólo en los atributos exteriores de su
imagen o en las circunstancias de su hallazgo sobre las aguas, sino que traten
de conocerla como Ella es en realidad, la Madre que nos entrega a Jesucristo, el Hijo de
Dios, y nos lleva permanentemente hacia El. Acercándose a Ella, conociéndola
mejor, podrán llegar a descubrir el inmenso amor que Dios Padre nos tiene al
entregarnos, por María, a su Hijo Jesucristo.
20. No queremos terminar sin dirigir una palabra cordial a
quienes, sin tener fe, pueden reconocer la presencia benéfica de la Virgen de la Caridad a lo largo de nuestra
historia y su importancia constitutiva en el proceso histórico, cultural y
religioso de formación de la identidad del pueblo cubano y de nuestra nación.
Les invitamos a compartir nuestro gozo y a celebrar junto a nosotros su
centenaria presencia humanizadora. También les invitamos a conocerla mejor, a
descubrir los valores que como mujer y madre puede sembrar en nuestro pueblo:
fidelidad, fortaleza y espíritu de servicio.
21. A
los Obispos de Cuba nos llena de gozo anunciar que el próximo sábado 30 de
agosto, día en que se inicia la tradicional Novena de la Virgen de la Caridad en toda Cuba,
tendrá lugar en la Basílica
de la Caridad
en El Cobre, la
Solemne Apertura del trienio preparatorio para la gran
celebración del Año Jubilar en el 2012, en el que se cumplen los 400 años del
hallazgo de la bendita imagen de nuestra Madre y Patrona. En esta solemne
celebración estaremos presentes todos los Obispos de Cuba y representantes de
las Diócesis de nuestra Patria.
22. Al mismo tiempo, se ha preparado un programa pastoral
para que todas las comunidades y fieles puedan gradualmente interiorizar el
significado de esta gran celebración. El lema que nos convoca para el trienio y
el Año Jubilar es: “A JESÚS POR MARIA, LA CARIDAD NOS UNE”. En
esta celebración comenzaremos en Cuba una especial misión evangelizadora con la
que nos unimos a la Gran
Misión Continental a la que fuimos llamados por la 5ª
Conferencia General del Episcopado latinoamericano y caribeño celebrada en
Aparecida (Brasil).
23. A
nuestra Madre y Patrona, la
Virgen de la
Caridad del Cobre, confiamos y encomendamos nuestros
esfuerzos y acudimos a su intercesión para alcanzar las bendiciones que
anhelamos para toda nuestra Patria.
LOS OBISPOS CATÓLICOS DE CUBA
15 de Agosto de 2008
Solemnidad de la
Asunción de la Virgen María
(1)Olga
Portuondo Zúñiga, “La Virgen
de la Caridad
del Cobre, Símbolo de Cubanía”, pág.,199, 2002.
N.B. El
presente texto debe ser leído en las Misas del sábado 23 y domingo 24 de Agosto
respectivamente.
Se sugiere que el sábado 30 de Agosto próximo, a las 12 del mediodía, se
hagan repicar las campanas de todas las iglesias del país.