Población 21,6
millones:
Musulmanes 93,7%, cristianos 3,7% (católicos 900.000)
La comunidad cristiana en Arabia Saudí, constituida sobre todo por
ciudadanos extranjeros inmigrados por trabajo, continúa sufriendo
por las restricciones de la libertad religiosa. Los cristianos no pueden
reunirse para rezar ni siquiera en casas privadas, está prohibido
poseer la Biblia y el proselitismo religioso está castigado con la
muerte.
Según la organización
humanitaria "Middle East Concerní", ocho cristianos fueron
arrestados recientemente durante una redada de la policía. Los trabajadores
extranjeros residentes en Arabia Saudí son cerca de 6 millones. En
1998, una redada de la policía saudí arrestó a numerosos
trabajadores filipinos acusados de "poseer Biblias".
Además de constituir el grupo no-musulmán más numeroso,
los cristianos son también los mejor organizados como grupos clandestinos
de oración, por lo que son el blanco preferido de las autoridades
saudíes. Considerada "tierra sagrada" musulmana, Arabia Saudí no permite a los fieles de otras religiones construir sus lugares de culto,
ni celebrar tales cultos privadamente.
Grupos de oración o estudio de la Biblia se encuentran en las principales
ciudades (Riyad, Jiddah, Al Jubayl y Dammam). La participación en
estas reuniones es arriesgada. Los fieles deben estar siempre en guardia
al comunicar la fecha y lugar del encuentro. Además, la posesión
de material no-islámico (rosarios, cruces, imágenes sagradas
y Biblias) lleva directamente al arresto por parte de los mutawa (la policía
religiosa de la moralidad).
Interrogados sobre el motivo de la prohibición de los otros cultos
en Arabia, los musulmanes afirman que la "sacralidad de los lugares santos
de La Meca y de Medina se ha extendido a todo el territorio". La acusación
de profesar el credo cristiano se usa con frecuencia como alibí para
eliminar a quienes se oponen al gobierno.