Nacimiento: Nació el 17 de junio de 1928, Hachioji, arquidiócesis de Tokio, Japón.
Educación: Estudió en la Universidad Sofía, Tokio (doctorado en filosofía); en la Pontificio Universidad Urbaniana, Roma (doctorado en derecho canónico).
Sacerdocio: Ordenado sacerdote, el 21 de diciembre de 1954, Tokio. Trabajó pastoralmente en la arquidiócesis de Tokio, de 1954 a 1957 y de 1960 a 1967. Continuó sus estudios, en Roma, de 1957 a 1960.
Episcopado: Elegido obispo titular de Atenia y nombrado auxiliar de Tokio, el 15 de marzo de 1966. Consagrado, el 8 de mayo de 1966, Tokio, por Mario Cagna, Arzobispo titular de Eraclea di Europa, internuncio en Japón. Promovido a la sede titular arzobispal de Castro y nombrado coadjutor, con
derecho a sucesión, de Tokio, el 15 de noviembre de 1969. Sucedió a la sede metropolitana de Tokio, el 21 de febrero de 1970. Asistió a la II Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, en Ciudad del Vaticano, del 30 de septiembre al 6 de noviembre de 1971. Presidente de la Conferencia Episcopal de Japón, de 1983 a 1992. Asistió a la II Asamblea Extraordinaria del Sínodo de los Obispos, Ciudad del Vaticano, del 24 de noviembre al 8 de deciembre 1985.
Cardenalato: Creado Cardenal presbítero, el 26 de noviembre de 1994; recibió la birreta roja y el título de S. Emerenziana a Tor Fiorenza, el 26 de noviembre de 1994. Renunció al gobierno pastoral de la arquidiócesis, el 10 de mayo del 2000. Participó en el cónclave del 18 y 19 de abril de 2005.
Información adicional: A partir de la visita en 1957 del Cardenal Frings, Arzobispo de Colonia, una relación de amistad fue establecida entre Colonia y Tokio. El Arzobispo Shirayangai promovió esta amistad y, siguiendo el ejemplo de la qrquidiócesis de Colonia, comenzó a ayudar a otras Iglesias en Asia con los recursos de la arquidiócesis de Tokio. En particular, estableció Myanmar Sunday, una ocasión anual para hacer que la Iglesia en Tokio tome conciencia de su deber de ayudar a otras en Asia, como aquellas en Myanmar, China, Filipinas, etc.
En 1989, organizó un grupo de sacerdotes, religiosas y laicos para visitar la Iglesia Católica en China, con el fin de encontrarse con los chinos católicos sin distinción alguna. Fueron tres los objetivos: buscar el perdón para todos los pecados cometidos por la Armada Imperial Japonesa contra el pueblo chino y la Iglesia Católica en China; promover la solidaridad entre todos los católicos, tanto los de la Asociación Patriótica como los denominados católicos de la Iglesia clandestina, fieles al Papa, en orden a aliviar los sufrimientos causados por la división al interior de la Iglesia; y ayudar a reconstruir las iglesias, seminarios e institutos católicos para religiosas.