Lecturas diarias:
-
Primera Lectura
Sabiduría 11:22--12:2
1122Ante ti el universo entero es como mota de polvo en la balanza,
como gota de rocío mañanero que baja a la tierra.23Pero te apiadas de todos, porque todo lo puedes;
no miras los pecados de los hombres a fin de que se conviertan.24Amas a todos los seres
y no odias nada de lo que hiciste; porque si odiaras algo, no lo hubieras dispuesto.25¿Cómo podría permanecer algo, si Tú no lo quisieras?
¿Cómo podría conservarse algo que Tú no llamaras?26Tú perdonas a todos, porque son tuyos,12
Señor, amigo de la vida.1Tu aliento incorruptible está en todas las cosas.2Por eso corriges poco a poco a los que caen;
los corriges recordándoles sus pecados, para que se aparten del mal y crean en ti, Señor. -
Salmo Responsorial
Salmo 145:1-2, 8-11, 13-14
1Laude. De David.
(Alef) Te ensalzaré, Dios mío, mi Rey, bendeciré tu Nombre por siempre sin fin.2(Bet) Cada día te bendeciré
y alabaré tu Nombre por siempre sin fin.8(Het) El Señor es clemente y compasivo,
lento a la ira y rico en misericordia.9(Tet) El Señor es bueno con todos
y su misericordia se extiende a todas sus obras.10(Yod) Que todas tus obras te den gracias, Señor,
y tus fieles te bendigan.11(Kaf) Que proclamen la gloria de tu reino
y anuncien tu poder.13(Mem) Tu reino es un reino eterno
y tu dominio, por todas las generaciones. (Nun) El Señor es fiel en todas sus palabras y piadoso en todas sus obras.14(Sámek) El Señor sostiene a los que van a caer
y endereza a los que se encorvan. -
Segunda Lectura
2 Tesalonicenses 1:11--2:2
111También por eso oramos en todo momento por vosotros, para que nuestro Dios os haga dignos de su vocación, y con su poder haga realidad todos vuestros deseos de hacer el bien y de practicar la fe,12para que así el nombre de nuestro Señor Jesús sea glorificado en vosotros, y vosotros en él, según la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.21En cuanto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestro encuentro con él, os rogamos, hermanos,2que no se inquiete fácilmente vuestro ánimo ni os alarméis: ni por revelaciones, ni por rumores, ni por alguna carta que se nos atribuya, como si fuera inminente el día del Señor. -
Evangelio
Lucas 19:1-10
1Entró en Jericó y atravesaba la ciudad.2Había un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publicanos y rico.3Intentaba ver a Jesús para conocerle, pero no podía a causa de la muchedumbre, porque era pequeño de estatura.4Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, porque iba a pasar por allí.5Cuando Jesús llegó al lugar, levantando la vista, le dijo:
—Zaqueo, baja pronto, porque conviene que hoy me quede en tu casa.6Bajó rápido y lo recibió con alegría.7Al ver esto, todos murmuraban diciendo que había entrado a hospedarse en casa de un pecador.8Pero Zaqueo, de pie, le dijo al Señor:
—Señor, doy la mitad de mis bienes a los pobres, y si he defraudado en algo a alguien le devuelvo cuatro veces más.9Jesús le dijo:
—Hoy ha llegado la salvación a esta casa, pues también éste es hijo de Abrahán;10porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido.