III Domingo de Adviento

diciembre 17, 2017

Color: Rosado

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Isaías 61:1-2, 10-11

    1El Espíritu del Señor Dios está sobre mí, porque el Señor me ha ungido.
    Me ha enviado para llevar la buena nueva a los pobres, a vendar los corazones rotos, anunciar la redención a los cautivos, y a los prisioneros la libertad;
    2para anunciar el año de gracia del Señor,
    el día de venganza de nuestro Dios; a consolar a los que hacen duelo,
    10Reboso de gozo en el Señor,
    y mi alma se alegra en mi Dios, porque me ha vestido con ropaje de salvación, me ha envuelto con manto de justicia, como novio que se ciñe la diadema, como novia que se adorna con sus joyas.
    11Lo mismo que la tierra echa sus brotes,
    y el huerto hace germinar sus semillas, así el Señor Dios hace germinar la justicia y la alabanza ante todas las naciones.

  • Salmo Responsorial

    Lucas 1:46-50, 53-54

    46María exclamó:
    —Engrandece mi alma al Señor,
    47y se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador:
    48porque ha puesto los ojos
    en la humildad de su esclava; por eso desde ahora me llamarán bienaventurada todas las generaciones.
    49Porque ha hecho en mí cosas grandes
    el Todopoderoso, cuyo nombre es Santo;
    50su misericordia se derrama de generación
    en generación sobre los que le temen.
    53Colmó de bienes a los hambrientos
    y a los ricos los despidió vacíos.
    54Auxilió a Israel su siervo,
    recordando su misericordia,

  • Segunda Lectura

    1 Tesalonicenses 5:16-24

    16Estad siempre alegres.
    17Orad sin cesar.
    18Dad gracias por todo, porque eso es lo que Dios quiere de vosotros en Cristo Jesús.
    19No extingáis el Espíritu,
    20ni despreciéis las profecías;
    21sino examinad todas las cosas, retened lo bueno
    22y apartaos de toda clase de mal.
    23Que Él, Dios de la paz, os santifique plenamente, y que vuestro ser entero —espíritu, alma y cuerpo— se mantenga sin mancha hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo.
    24El que os llama es fiel, y por eso lo cumplirá.

  • Evangelio

    Juan 1:6-8, 19-28

    6Hubo un hombre enviado por Dios,
    que se llamaba Juan.
    7Éste vino como testigo,
    para dar testimonio de la luz, para que por él todos creyeran.
    8No era él la luz,
    sino el que debía dar testimonio de la luz.
    19Éste es el testimonio de Juan, cuando desde Jerusalén los judíos le enviaron sacerdotes y levitas para que le preguntaran: «¿Tú quién eres?».
    20Entonces él confesó la verdad y no la negó, y declaró:
    —Yo no soy el Cristo.
    21Y le preguntaron:
    —¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías? Y dijo: —No lo soy. —¿Eres tú el Profeta? —No —respondió.
    22Por último le dijeron:
    —¿Quién eres, para que demos una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?
    23Contestó:
    —Yo soy la voz del que clama en el desierto: «Haced recto el camino del Señor», como dijo el profeta Isaías.
    24Los enviados eran de los fariseos.
    25Le preguntaron:
    —¿Pues por qué bautizas si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el Profeta?
    26Juan les respondió:
    —Yo bautizo con agua, pero en medio de vosotros está uno a quien no conocéis.
    27Él es el que viene después de mí, a quien yo no soy digno de desatarle la correa de la sandalia.
    28Esto sucedió en Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan estaba bautizando.