XXII Domingo Ordinario

agosto 31, 2014

Color: Verde

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Jeremías 20:7-9

    7Me sedujiste, Señor, y yo me dejé seducir.
    Fuiste más fuerte que yo, y me venciste. He llegado a ser un hazmerreír todo el día, todo el mundo se burla de mí.
    8Cada vez que hablo tengo que gritar,
    he de pregonar: «¡Violencia, destrucción!». La palabra del Señor es para mí oprobio y escarnio cada día.
    9Yo me dije: «No me acordaré de Él,
    ni hablaré más en su Nombre». Pero es dentro de mí como fuego abrasador, encerrado en mis huesos; me esfuerzo por soportarlo, pero no puedo.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 63:2-6, 8-9

    2Oh Dios, Tú eres mi Dios, al alba te busco,
    mi alma tiene sed de Ti, por Ti mi carne desfallece, en tierra desierta y seca, sin agua.
    3Por eso te contemplo en el Santuario,
    para ver tu poder y tu gloria
    4Tu misericordia vale más que la vida,
    mis labios te alabarán.
    5Así, te bendeciré toda mi vida,
    a tu Nombre alzaré mis manos.
    6Como de enjundia y de grosura
    se saciará mi alma, y con labios jubilosos te alabará mi boca.
    8porque Tú eres mi socorro,
    canto gozoso a la sombra de tus alas.
    9A Ti se aferra mi alma,
    tu diestra me sostiene.

  • Segunda Lectura

    Romanos 12:1-2

    1Os exhorto, por tanto, hermanos, por la misericordia de Dios, a que ofrezcáis vuestros cuerpos como ofrenda viva, santa, agradable a Dios: éste es vuestro culto espiritual.
    2Y no os amoldéis a este mundo, sino, por el contrario, transformaos con una renovación de la mente, para que podáis discernir cuál es la voluntad de Dios, qué es lo bueno, agradable y perfecto.

  • Evangelio

    Mateo 16:21-27

    21Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que él debía ir a Jerusalén y padecer mucho por causa de los ancianos, de los príncipes de los sacerdotes y de los escribas, y ser llevado a la muerte y resucitar al tercer día.
    22Pedro, tomándolo aparte, se puso a reprenderle diciendo:
    —¡Dios te libre, Señor! De ningún modo te ocurrirá eso.
    23Pero él se volvió hacia Pedro y le dijo:
    —¡Apártate de mí, Satanás! Eres escándalo para mí, porque no sientes las cosas de Dios sino las de los hombres.
    24Entonces les dijo Jesús a sus discípulos:
    —Si alguno quiere venir detrás de mí, que se niegue a sí mismo, que tome su cruz y que me siga.
    25Porque el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la encontrará.
    26»Porque, ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida?, o ¿qué podrá dar el hombre a cambio de su vida?
    27Porque el Hijo del Hombre va a venir en la gloria de su Padre acompañado de sus ángeles, y entonces retribuirá a cada uno según su conducta.