Natividad del Señor (Solemnidad)

diciembre 25, 2024

Color: Blanco

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Isaías 9:1-6

    1El pueblo que andaba a oscuras 2vio una luz grande. Los que vivían en tierra de sombras, una luz brilló sobre ellos. Acrecentaste el regocijo, hiciste grande la alegría. Alegría por tu presencia, cual la alegría en la siega, como se regocijan repartiendo botín. 3Porque el yugo que les pesaba y la pinga de su hombro - la vara de su tirano - has roto, como el día de Madián. 4Porque toda bota que taconea con ruido, y el manto rebozado en sangre serán para la quema, pasto del fuego. 5Porque una criatura nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. Estará el señorío sobre su hombro, y se llamará su nombre «Maravilla de Consejero», «Dios Fuerte», «Siempre Padre», «Príncipe de Paz». 6Grande es su señorío y la paz no tendrá fin sobre el trono de David y sobre su reino, para restaurarlo y consolidarlo por la equidad y la justicia, Desde ahora y hasta siempre, el celo de Yahveh Sebaot hará eso.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 96:1-3, 11-13

    1¡Cantad a Yahveh un canto nuevo, cantad a Yahveh, toda la tierra, 2cantad a Yahveh, su nombre bendecid! Anunciad su salvación día tras día, 3contad su gloria a las naciones, a todos los pueblos sus maravillas. 11¡Alégrense los cielos, regocíjese la tierra, retumbe el mar y cuanto encierra; 12exulte el campo y cuanto en él existe, griten de júbilo todos los árboles del bosque, 13ante la faz de Yahveh, pues viene él, viene, sí, a juzgar la tierra! El juzgará al orbe con justicia, a los pueblos con su lealtad.

  • Segunda Lectura

    Tito 2:11-14

    11Porque se ha manifestado la gracia salvadora de Dios a todos los hombres, 12que nos enseña a que, renunciando a la impiedad y a las pasiones mundanas, vivamos con sensatez, justicia y piedad en el siglo presente, 13aguardando la feliz esperanza y la Manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo; 14el cual se entregó por nosotros a fin de rescatarnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo que fuese suyo, fervoroso en buenas obras.

  • Evangelio

    Lucas 2:1-14

    1Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo. 2Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Cirino. 3Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad. 4Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, 5para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. 6Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, 7y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento. 8Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. 9Se les presentó el Angel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor. 10El ángel les dijo: «No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: 11os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor; 12y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.» 13Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: 14«Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace.»

  • Primera Lectura

    Isaías 62:11-12

    11Mirad que Yahveh hace oír hasta los confines de la tierra: «Decid a la hija de Sión: Mira que viene tu salvación; mira, su salario le acompaña, y su paga le precede. 12Se les llamará "Pueblo Santo", "Rescatados de Yahveh"; y a ti se te llamará "Buscada", "Ciudad no Abandonada".»

  • Salmo Responsorial

    Salmo 97:1, 6, 11-12

    1¡Reina Yahveh! ¡La tierra exulte, alégrense las islas numerosas! 6los cielos anuncian su justicia, y todos los pueblos ven su gloria. 11La luz se alza para el justo, y para los de recto corazón la alegría. 12Justos, alegraos en Yahveh, celebrad su memoria sagrada.

  • Segunda Lectura

    Tito 3:4-7

    4Mas cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor a los hombres, 5él nos salvó, no por obras de justicia que hubiésemos hecho nosotros, sino según su misericordia, por medio del baño de regeneración y de renovación del Espíritu Santo, 6que derramó sobre nosotros con largueza por medio de Jesucristo nuestro Salvador, 7para que, justificados por su gracia, fuésemos constituidos herederos, en esperanza, de vida eterna.

  • Evangelio

    Lucas 2:15-20

    15Y sucedió que cuando los ángeles, dejándoles, se fueron al cielo, los pastores se decían unos a otros: «Vayamos, pues, hasta Belén y veamos lo que ha sucedido y el Señor nos ha manifestado.» 16Y fueron a toda prisa, y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. 17Al verlo, dieron a conocer lo que les habían dicho acerca de aquel niño; 18y todos los que lo oyeron se maravillaban de lo que los pastores les decían. 19María, por su parte, guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón. 20Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho.

  • Primera Lectura

    Isaías 52:7-10

    7¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae buenas nuevas, que anuncia salvación, que dice a Sión: «Ya reina tu Dios!» 8¡Una voz! Tus vigías alzan la voz, a una dan gritos de júbilo, porque con sus propios ojos ven el retorno de Yahveh a Sión. 9Prorrumpid a una en gritos de júbilo, soledades de Jerusalén, porque ha consolado Yahveh a su pueblo, ha rescatado a Jerusalén. 10Ha desnudado Yahveh su santo brazo a los ojos de todas las naciones, y han visto todos los cabos de la tierra la salvación de nuestro Dios.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 98:1-6

    1Salmo. Cantad a Yahveh un canto nuevo, porque ha hecho maravillas; victoria le ha dado su diestra y su brazo santo. 2Yahveh ha dado a conocer su salvación, a los ojos de las naciones ha revelado su justicia; 3se ha acordado de su amor y su lealtad para con la casa de Israel. Todos los confines de la tierra han visto la salvación de nuestro Dios. 4¡Aclamad a Yahveh, toda la tierra, estallad, gritad de gozo y salmodiad! 5Salmodiad para Yahveh con la cítara, con la cítara y al son de la salmodia; 6con las trompetas y al son del cuerno aclamad ante la faz del rey Yahveh.

  • Segunda Lectura

    Hebreos 1:1-6

    1Muchas veces y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas; 2en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo a quien instituyó heredero de todo, por quien también hizo los mundos; 3el cual, siendo resplandor de su gloria e impronta de su sustancia, y el que sostiene todo con su palabra poderosa, después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, 4con una superioridad sobre los ángeles tanto mayor cuanto más les supera en el nombre que ha heredado. 5En efecto, ¿a qué ángel dijo alguna vez: Hijo mío eres tú; yo te he engendrado hoy; y también: Yo seré para él Padre, y él será para mi Hijo? 6Y nuevamente al introducir a su Primogénito en el mundo dice: Y adórenle todos los ángeles de Dios.

  • Evangelio

    Juan 1:1-18

    1En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. 2Ella estaba en el principio con Dios. 3Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. 4En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, 5y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron. 6Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan. 7Este vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por él. 8No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz. 9La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. 10En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció. 11Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. 12Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre; 13la cual no nació de sangre, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios. 14Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. 15Juan da testimonio de él y clama: «Este era del que yo dije: El que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo.» 16Pues de su plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia. 17Porque la Ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. 18A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, él lo ha contado.

    OR

    Juan 1:1-5, 9-14

    1En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. 2Ella estaba en el principio con Dios. 3Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. 4En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, 5y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron. 9La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. 10En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció. 11Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. 12Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre; 13la cual no nació de sangre, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios. 14Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.