Lecturas diarias:
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Primera Lectura
II Tesalonicenses 2:1-3, 14-17
1Por lo que respecta a la Venida de nuestro Señor Jesucristo y a nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, 2que no os dejéis alterar tan fácilmente en vuestro ánimo, ni os alarméis por alguna manifestación del Espíritu, por algunas palabras o por alguna carta presentada como nuestra, que os haga suponer que está inminente el Día del Señor. 3Que nadie os engañe de ninguna manera. Primero tiene que venir la apostasía y manifestarse el Hombre impío, el Hijo de perdición, 14Para esto os ha llamado por medio de nuestro Evangelio, para que consigáis la gloria de nuestro Señor Jesucristo. 15Así pues, hermanos, manteneos firmes y conservad las tradiciones que habéis aprendido de nosotros, de viva voz o por carta. 16Que el mismo Señor nuestro Jesucristo y Dios, nuestro Padre, que nos ha amado y que nos ha dado gratuitamente una consolación eterna y una esperanza dichosa, 17consuele vuestros corazones y los afiance en toda obra y palabra buena. -
Salmo Responsorial
Salmo 96:10-13
10Decid entre las gentes: «¡Yahveh es rey!» El orbe está seguro, no vacila; él gobierna a los pueblos rectamente. 11¡Alégrense los cielos, regocíjese la tierra, retumbe el mar y cuanto encierra; 12exulte el campo y cuanto en él existe, griten de júbilo todos los árboles del bosque, 13ante la faz de Yahveh, pues viene él, viene, sí, a juzgar la tierra! El juzgará al orbe con justicia, a los pueblos con su lealtad. -
Evangelio
Mateo 23:23-26
23«¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo de la menta, del aneto y del comino, y descuidáis lo más importante de la Ley: la justicia, la misericordia y la fe! Esto es lo que había que practicar, aunque sin descuidar aquello. 24¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y os tragáis el camello! 25«¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro están llenos de rapiña e intemperancia! 26¡Fariseo ciego, purifica primero por dentro la copa, para que también por fuera quede pura!
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Primera Lectura
Eclesiástico 26:1-4, 13-16
1Feliz el marido de mujer buena, el número de sus días se duplicará. 2Mujer varonil da contento a su marido, que acaba en paz la suma de sus años. 3Mujer buena es buena herencia, asignada a los que temen al Señor: 4sea rico o pobre, su corazón es feliz, en todo tiempo alegre su semblante. 13La gracia de la mujer recrea a su marido, y su ciencia reconforta sus huesos. 14Un don del Señor la mujer silenciosa, no tiene precio la bien educada. 15Gracia de gracias la mujer pudorosa, no hay medida para pesar a la dueña de sí misma. 16Sol que sale por las alturas del Señor es la belleza de la mujer buena en una casa en orden. -
Salmo Responsorial
Salmo 131:1-3
1Canción de las subidas. De David. No está inflado, Yahveh, mi corazón, ni mis ojos subidos. No he tomado un camino de grandezas ni de prodigios que me vienen anchos. 2No, mantengo mi alma en paz y silencio como niño destetado en el regazo de su madre. ¡Como niño destetado está mi alma en mí! 3¡Espera, Israel, en Yahveh desde ahora y por siempre! -
Evangelio
Lucas 7:11-17
11Y sucedió que a continuación se fue a una ciudad llamada Naím, e iban con él sus discípulos y una gran muchedumbre. 12Cuando se acercaba a la puerta de la ciuadad, sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda, a la que acompañaba mucha gente de la ciudad. 13Al verla el Señor, tuvo compasión de ella, y le dijo: «No llores.» 14Y, acercándose, tocó el féretro. Los que lo llevaban se pararon, y él dijo: «Joven, a ti te digo: Levántate.» 15El muerto se incorporó y se puso a hablar, y él se lo dio a su madre. 16El temor se apoderó de todos, y glorificaban a Dios, diciendo: «Un gran profeta se ha levantado entre nosotros», y «Dios ha visitado a su pueblo». 17Y lo que se decía de él, se propagó por toda Judea y por toda la región circunvecina.