San Benedict, Abad (Memoria)

julio 11, 2024

Color: Blanco

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Oseas 11:1-4, 8-9

    1Cuando Israel era niño, Yo lo amé,
    y de Egipto llamé a mi hijo.
    2Cuanto más los llamaba,
    tanto más se alejaban de Mí; ofrecían sacrificios a los baales y quemaban incienso a los ídolos.
    3Yo enseñé a andar a Efraím,
    lo tomaba en mis brazos; pero ellos no entendían que Yo los cuidaba.
    4Con vínculos de afecto los atraje,
    con lazos de amor. Era para ellos como quien alza a un niño hasta sus mejillas, y me inclinaba a él y le daba de comer.
    8¿Podré abandonarte, Efraím,
    podré entregarte, Israel? ¿Podré abandonarte como a Admá, tratarte como a Seboim? Me da un vuelco el corazón, se conmueven a la vez mis entrañas.
    9No dejaré que prenda el ardor de mi cólera,
    no volveré a destruir a Efraím, porque Yo soy Dios, y no un hombre; soy el Santo en medio de ti y no voy a llegar con mi ira.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 80:2-3, 15-16

    2Pastor de Israel, inclina tu oído,
    Tú que guías a José como un rebaño, que estás sentado sobre los querubines, muestra tu esplendor
    3ante Efraím, Benjamín y Manasés,
    despierta tu fuerza y ven a salvarnos.
    15¡Oh Dios de los ejércitos, vuélvete!
    Mira desde los cielos, fíjate, ven a visitar esta viña.
    16Protégela, es la que tu diestra plantó,
    el hijo que te adoptaste:

  • Evangelio

    Mateo 10:7-15

    7Id y predicad: «El Reino de los Cielos está al llegar».
    8Curad a los enfermos, resucitad a los muertos, sanad a los leprosos, expulsad los demonios. Gratuitamente lo recibisteis, dadlo gratuitamente.
    9No llevéis oro, ni plata, ni dinero en vuestras bolsas,
    10ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón, porque el que trabaja merece su sustento.
    11»En cualquier ciudad o aldea en que entréis, informaos sobre quién hay en ella que sea digno; y quedaos allí hasta que os vayáis.
    12Al entrar en una casa dadle vuestro saludo.
    13Si la casa fuera digna, venga vuestra paz sobre ella; pero si no fuera digna, que vuestra paz vuelva a vosotros.
    14Si alguien no os acoge ni escucha vuestras palabras, al salir de aquella casa o ciudad, sacudíos el polvo de los pies.
    15En verdad os digo que en el día del Juicio la tierra de Sodoma y Gomorra será tratada con menos rigor que esa ciudad.

  • Primera Lectura

    Proverbios 2:1-9

    1Hijo mío, si acoges mis palabras
    y guardas mis preceptos,
    2prestando oídos a la sabiduría,
    inclinando tu corazón a la prudencia;
    3si invocas el discernimiento
    y apelas a la prudencia,
    4si la procuras como a la plata
    y la buscas como a los tesoros,
    5entonces comprenderás el temor del Señor
    y hallarás el conocimiento de Dios.
    6Porque el Señor da la sabiduría,
    de su boca, el saber y la discreción.
    7Él reserva destreza a los rectos,
    es escudo para quienes andan con integridad,
    8protege las sendas del derecho,
    y guarda el camino de sus fieles.
    9Entonces comprenderás justicia, derecho y rectitud:
    todo buen sendero.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 34:2-11

    2(Alef) Bendigo al Señor en todo tiempo;
    su alabanza está en mi boca de continuo.
    3(Bet) Mi alma se gloría en el Señor;
    que lo escuchen los humildes y se alegren.
    4(Guímel) Engrandeced conmigo al Señor;
    ensalcemos juntos su Nombre.
    5(Dálet) Busqué al Señor y me ha escuchado,
    me ha librado de todos mis temores.
    6(He) Miradle y brillaréis de gozo,
    vuestros rostros no se avergonzarán.
    7(Záin) Cuando el pobre invoca, el Señor le escucha,
    y lo salva de todas sus angustias.
    8(Het) El ángel del Señor se sitúa
    alrededor de los que le temen para librarlos.
    9(Tet) Gustad y ved qué bueno es el Señor,
    dichoso el hombre que se refugia en Él.
    10(Yod) Temed al Señor sus santos,
    que nada falta a los que le temen.
    11(Kaf) Los ricos se empobrecen y pasan hambre,
    pero los que buscan al Señor de nada carecen.

  • Evangelio

    Mateo 19:27-29

    27Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo:
    —Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido, ¿qué recompensa tendremos?
    28Jesús les respondió:
    —En verdad os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en su trono de gloria, vosotros, los que me habéis seguido, también os sentaréis sobre doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.
    29Y todo el que haya dejado casa, hermanos o hermanas, padre o madre, o hijos, o campos, por causa de mi nombre, recibirá el ciento por uno y heredará la vida eterna.